Medioambiente

Grietas en Garoña

El permiso de explotación de Garoña expira el próximo 5 de julio. En el tira y afloja por el cierre de la central, las tensiones en el PSOE abren fisuras de intereses enfrentados. Y al mismo tiempo dos cuestiones siguen sin atenderse pese a la insistencia de diferentes sectores profesionales y populares del paí­s: la independencia energética española y las condiciones de seguridad del desarrollo de la energí­a nuclear. Ahora un nuevo capí­tulo se abre con el desmarque de Sebastián y el manifiesto por el cierre firmado por 250 profesionales.

El ministro de Industria, Miguel Sebastián, al ser reguntado por el PP sobre el futuro de la central, afirmó en el Congreso que "la energía nuclear es hoy insustituible en España". A la defensa ejercida por Felipe González, aunque con cierta ambigüedad, se une ahora la de San Sebastián, y no seguramente por las mismas razones que el alcalde socialista de Trespaderne, que ha amenazado con dejar el PSOE si se cierra Garoña.Hay una cosa en la que Sebastián tiene razón, si se quiere asegurar el suministro energético – la energía nuclear supone el 18% – no puede prescindirse de las centrales. Pero también es justa la exigencia del manifiesto impulsado por Greenpeace y Ecologistas en acción, denunciando la producción de “toneladas de residuos extremadamente peligrosos, como el plutonio o el uranio enriquecido, que duran decenas de miles de años".Ante esta disyuntiva el debate solo se ha visto nutrido de mentiras y desmentidos en torno a la energía nuclear, las energías renovables, el almacenamiento de residuos, el reprocesamiento, y las diferentes políticas económicas – especialmente de empleo y abastecimiento – que podrían implementarse y sus consecuencias.Mientras toda la región dependiente del empleo de Garoña se moviliza desde Madrid a Bruselas reclamando el sostenimiento de las economías familiares y de la zona. El mismo día de la comparecencia de Sebastián, una manifestación se organizaba frente al Congreso: "Garoña crea empleo, más que Zapatero", "Garoña es segura, continuidad", "Zapatero escucha, Garoña está en la lucha", según los trabajadores el cierre de la planta “quitaría el trabajo a más de mil familias". Por la contra las organizaciones ecologistas insisten en que el desmantelamiento de una planta genera más empleos de los que ahora proporciona Garoña, como también lo hacen las instalaciones de energías limpias.Es el sindicato USO quien a señalado la grieta del problema : “la decisión va a influir en otras centrales que en el año 2010 y 2011 van a encontrarse en la misma situación”Entonces, ¿no existe tercera vía?. Lo que no existe es voluntad de que la haya. Por una parte porque ni se consideran medidas como las que propone Greenpeace en las que se exige que sean las compañías las que corran con los gastos del almacenamiento de residuos – y no los ciudadanos a través de la factura de la luz – y que se haga en condiciones draconianas de seguridad, que lógicamente encarece el proceso.Y por otra porque el punto de vista de la independencia energética no se aborda en ningún momento. Pese a que se proporcionan datos de alarma sobre el grado de dependencia que puede alcanzar España respecto al suministro energético extranjero – especialmente con el incremento de las centrales de gas -, el Gobierno debería aprobar un Plan de Dependencia 0, lo que permitiría no solo desarrollar ampliamente los recursos renovables que sitúan a España en líder mundial, sino también investigar y negociar los plazos y caminos para garantizar la seguridad y el objetivo del desmantelamiento total de la red de centrales española.

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