SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

Grecia, de la cuna al futuro de Europa

Grecia es un laboratorio a gran escala de la ideología de la austeridad. En los dos últimos años, ha experimentado uno de los periodos más traumáticos de su larga historia a mano de la troika y de su memorándum. Este plan de ajuste de la Comisión europea, del Banco central europeo y del Fondo Monetario internacional ha causado una situación profundamente dolorosa con una tasa de desempleo de más de 20%, encontrándose la mitad de la juventud en paro. Las “personas afortunadas”, las que tienen un trabajo, han sufrido varios recortes en sus salarios y trabajan en unas condiciones cada vez peores. Varios tijeretazos en las pensiones, combinados con los recortes en el sistema de salud pública, ha llevado a muchas personas mayores a la miseria, a pasar hambre o, como último gesto de dignidad o de desesperación, al suicidio. Por otro lado, los pequeños comercios y empresas siguen cerrando, en un ciclo económico totalmente depresivo, sin el más mínimo atisbo de recuperación. Por si fuera poco, a nivel ecológico se acentúa la presión para que los inversores extranjeros puedan conquistar sin demasiadas trabas legales los últimos rincones naturales y bienes comunes.

En estos momentos, Grecia no es cualquier país: es donde se decide si dar carpetazo o generalizar en toda Europa el modelo de “privatización de los beneficios y socialización de las pérdidas”. Si se generaliza, uno de los próximos en la diana es España, otro de estos PIIGS (“cerdos” en inglés), según el acrónimo que los mercados utilizan—con este especial y nauseabundo sentido del humor financiero— para designar a Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España. Dicho de otro modo, Grecia, la cuna histórica de nuestro continente, es de nuevo el epicentro del futuro de Europa: sacarla del callejón sin salida es sinónimo de dignidad y esperanza para el conjunto de Europa y su sueño de paz, estabilidad y prosperidad.

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