El segundo mayor laboratorio francés, juzgado por provocar 500 muertes

Grandes farmaceúticas: Ganar dinero matando

Un lobo asesino acorralado. El anciano fundador de Servier, el segundo imperio farmacéutico francés, es juzgado por la muerte de 500 consumidores de su adelgazante Mediator. Sin embargo, la imagen de un viejo empresario sin escrúpulos no debe eclipsar la colaboración necesaria del estado francés.

Se considera el mayor escándalo sanitario de la historia moderna de Francia. Servier es dueño del segundo laboratorio de Francia, presente en 140 países.


Posee la fortuna número 17 del país y la Cruz de la Legión de Honor que le impuso Sarkozy en 2008. Vendió, entre 1976 y 2009, cerca de 245 millones de cajas de Mediator, un fármaco pensado como antidiabético pero que acabó prescribiéndose como inhibidor del hambre y adelgazante para todo tipo de problemas de sobrepeso. «La sanidad francesa estuvo ciega y sorda ante un fármaco peligroso»


Hasta aquí sería la historia de uno de tantos fármacos “reorientados” en el mercado, si no fuera porque desde 1997 diversos estudios demostraron su peligrosidad. Estos llevaron a su retirada en EEUU.


Francia se limitó a retirar dos productos de la misma familia desarrollados por Servier, pero no el popular Mediator. Servier lo siguió vendiendo hasta 2009, mientras el estado francés miraba hacia otro lado. En ese año, Servier fue acusado de falsear los datos  sobre la seguridad de otro medicamento contra la osteoporosis. Para entonces, la agresividad por copar el rentable mercado de la obesidad se había cobrado la salud de 3.500 pacientes y la vida de 500.


Hay estudios que multiplican estas cifras casi por tres.


“Los laboratorios y la Agencia de Seguridad Sanitaria francesa no son compartimentos estancos. Hay muchas reuniones a las que acuden juntos. Y los laboratorios tienen lobbies muy poderosos. Yo creo que la Agencia de la Seguridad Sanitaria tenía miedo del laboratorio. Ya sé que lo que digo no es normal, pero es así”. Así lo declaraba Irène Franchon, la pneumóloga que en 2007 puso en jaque a los laboratorios franceses demostrando que el fármaco dañaba las válvulas cardíacas.


¿Y en España?

En España laboratorios como Bayer o Baxter tienen un historial de crímenes impunes con la connivencia de la admnistración.

En un sólo año, 2001. Baxter mató a 10 enfermos renales manteniendo en el mercado dializadores defectuosos. La actual presidenta del parlamento, entonces ministra de Sanidad interpuso una demanda en EEUU. Nunca más se supo.

Dos meses antes, el anticolesterol Lipobay de Bayer fue suspendido tras matar a 34 pacientes. Según la asociación El Defensor del Paciente, el mismo día de la suspensión Bayer inició un ensayo con el producto prohibido en el Hospital de Valladolid sin el conocimiento de los pacientes. Ni Bayer tuvo que pagar indemnización ninguna ni la administración tuvo que rendir cuentas por permitir el producto sin suficientes pruebas de su seguridad.

Recientemente  un médico investigador madrileño Hospital Carlos III, con gran impacto en revistas especializadas sobre SIDA, fue «cazado» usando a sus pacientes de cobayas humanas para productos de importantes laboratorios como Merck (EEUU). A través de una fundación disponía del dinero público del hospital.

En Barcelona, acaba de estallar un caso de corrupción en el hospital más antiguo de España, el Hospital Sant Pau. Su Fundación canalizaba fuertes sumas de dinero público, de forma ilegal, hacia gestores, patronos y cargos políticos. Uno de ellos había tenido altas responsabilidades en sanidad durante los gobiernos de Felipe González.

¿Se usan las fundaciones para pagar favores? Juan Ramón Laporte, catedrático de Farmacología y experto en farmacovigilancia nos pone, en una reciente entrevista, sobre la pista de los favores políticos habituales en las administraciones sanitarias: “Dos semanas antes de que se celebraran las elecciones generales, se aprobaron en España seis nuevos medicamentos de alto coste, que pasaron a tener financiación pública. Uno de ellos ha sido rechazado por el sistema británico de salud, porque su beneficio no compensa su precio. ¿Somos más ricos que los británicos? No, alguien quería ser él quien hacía el favor a la industria”.

Estos favores son los que hacen que, según el propio Laporte, “en España se financian 10.000 fármacos pero solo se necesitan 400”; y que más de 250.000 personas sean hospitalizadas cada año en España por reacciones adversas a los medicamentos, de las que mueren 14.000.

Servier en Francia es un lobo acorralado. Viene de una manada de lobos rabiosos que cuentan con una red de pastores cómplices.

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