«El sistema financiero más sólido del mundo». ¿Se acuerdan? No hace ni tres meses que Zapatero se dedicaba a repetirlo a todas horas, cuando distintos bancos y cajas están pidiendo ya que el Estado intervenga directamente recapitalizando entidades y convirtiéndose en accionista.
La última en hacer la etición ha sido la CAM, una de las cajas de las que desde hace tiempo se viene rumoreando que tiene una de las mayores exposiciones al sector del ladrillo y es por tanto más previsible que pueda tener dificultades para afrontar los vencimientos de su deuda. Pero no ha sido ni mucho menos la única en manifestarse en este sentido. Hace apenas 15 días, el consejero delegado del Banco de Sabadell afirmaba que “no descartamos la intervención del Estado” respondiendo a una pregunta sobre posibles ayudas estatales a la banca en España. Y el secretario de Estado de Economía, David Vegara declaró sin titubeos que “si es necesario hacerlo, se hará”. De hecho, y aunque esto haya pasado prácticamente inadvertido, ya en el mes de octubre, al mismo tiempo que se ratificaba el plan de rescate bancario de 250.000 millones de euros, el gobierno aprobaba con carácter de urgencia un Decreto Ley donde se dice textualmente que “Con carácter excepcional y hasta el 31 de diciembre de 2009, se autoriza al Ministro de Economía y Hacienda para la adquisición de títulos emitidos por las entidades de crédito residentes en España, incluyendo participaciones preferentes y cuotas participativas, cuando estas entidades necesiten reforzar sus recursos propios y así lo soliciten”. Es decir, por un lado seguían con la cantinela del “sistema financiero más sólido…” Por otro le daban 250.000 millones. Y por si esto no era suficiente todavía se cubrían las espaldas modificando la ley y preparando la entrada del Estado con dinero público en el capital de las entidades bancarias. A esto se le añade el último pronóstico del FMI, en el que dice que aún ve lejano el final de la crisis financiera, porque aunque “las medidas tomadas por los gobiernos han sido adecuadas, los activos tóxicos no han sido eliminados de los balances de los bancos”, instando a los gobiernos que ya han entrado en el capital de los bancos a tomar medidas todavía más agresivas. Lo que nos da una visión más clara del largo camino que queda por recorrer en España, donde ni siquiera esta medida ha sido puesta en marcha.Si alguien creía que la banca iba a darse por contenta con los 250.000 millones, va aviado.