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Graciela Iturbide es una de las fotógrafas mexicanas más reconocidas internacionalmente. A lo largo de cuatro décadas ha ido construyendo una obra intensa y profundamente singular, fundamental para comprender la evolución que ha tenido la fotografía en América Latina. Sus instantáneas se han caracterizado fundamentalmente por despojar a la fotografía de ese concepto de «verdad» retratada, para construír imágenes de una enorme plasticidad, entre la fantasía y el surrealismo, dibujando escenas en las que el compromiso social no esta reñido con la poesía visual, recojiendo así un estilo definitorio de la mayoría de las expresiones artísticas que se desarrollan en Latinoamérica. Durante los próximos meses podremos disfrutar en la Fundación MAPFRE de Madrid de una de las más completas retrospectivas de las que se han realizado hasta ahora sobre su fructífera trayectoria.
Graciela Iturbide camina or las calles cazando imágenes. Se le aparecen cactus, pájaros en el cielo, camisas colgadas de los árboles y hombres asesinados en plena calle, y ella sólo aprieta el obturador. Así nos entrega un México lleno de magia, en el que la realidad cotidiana se muestra a través de un filtro de fantasía cargado de metáforas visuales que nos obligan a realizar un esfuerzo de análisis en cada una de sus estampas. En blanco y negro para acentuar el momento, las imágenes tienen una mezcla de deseo documental y poético. A veces patéticas, a veces tristes, siempre muy expresivas. Es difícil que no afloren las emociones ante la sensibilidad de las escenas. Hasta 180 fotografías que nos muestran esta particular visión del mundo latino desde este martes 16 de Junio hasta el próximo 6 de Septiembre.También es célebre por sus retratos de los indios Seris, que habitan en la región del desierto de Sonora, por su visión de las mujeres de Juchitán (en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca), o por su fascinante ensayo sobre los pájaros que lleva años fotografiando. El itinerario visual de Graciela Iturbide ha recorrido, además de su México natal, países tan distintos como España, Estados Unidos, India, Italia y Madagascar. Su curiosidad por las distintas formas de diversidad cultural han convertido el viaje en una dinámica de trabajo a partir de la cual expresa su necesidad como artista: “fotografiar como pretexto de conocer”, según sus mismas palabras.La exposición propone un viaje transversal por la obra de Graciela Iturbide que, partiendo de sus imágenes más recientes, se remonta hasta sus primeras fotografías. Sin atender a un estricto orden cronológico, sus proyectos más representativos quedan enlazados a aquellas temáticas que mejor definen su poderoso imaginario creativo, divididas en bloques temáticos denominados “Paisajes y Objetos”, “El baño de Frida”, “En el nombre del Padre” o “México: Rituales de fiesta y muerte”.