SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

Goteras del Congreso y el desvarí­o de CiU

Mal empieza el curso político. Con goteras en el Congreso de los Diputados que han interrumpido la primera sesión de control al Gobierno de la nación, ofreciendo un espectáculo lamentable. La viva imagen de un país encharcado de problemas y desencuentros donde primeros gobernantes y jefes de la oposición se enzarzan en mutuos reproches de corrupción, de los papeles de Bárcenas sobre el PP a los ERE andaluces del PSOE, mientras la crisis y el paro campan a sus anchas por este país. Y en el mismo día en el que en el nacionalismo catalán secesionista festeja la Diada con una cadena humana que pide la independencia mientras le culpan a España de la incompetencia y desafueros del gobierno de Artur Mas a lomos de esa ‘vía catalana’ que conduce a CiU a perder el liderazgo en Cataluña y a convertirse en la quinta fuerza, residual, del parlamento nacional español.

Dice Artur Mas, después de haber venido a escondidas a Madrid para pedir árnica y dinero para ayudarle a frenar su desvarío y la ruina de su gobierno, que ‘España tendrá un grave problema’ si no atiende las demandas del nacionalismo radical. Quien tiene un problema es él, porque ha desencadenado -nunca mejor dicho- una dinámica que no controla, que ha hundido y dividido a CiU, que le ha entregado la primacía electoral a ERC y que empieza a provocar un serio desapego de los españoles frente al negocio de empresas y entidades del entramado económico catalán.

En el debate del Congreso de los Diputados nada nuevo al margen de las famosas goteras. Rajoy se niega a hablar sobre Bárcenas y Rubalcaba huye de puntillas y entre trucos procesales de los ERE de Andalucía, donde encartados están Chaves y Griñán. Tan solo un guiño o propuesta de la vicepresidenta Sáenz de Santamaría de un ‘pacto contra la corrupción’ que sonaba a un pacto para tapar la corrupción, ahora que está empatado el partido entre el PSOE y el PP.

Los puentes están rotos entre el Gobierno y el primer partido de la oposición en lo político, económico y social mientras ambos dos, como en la discusión de galgos y podencos, se derrumban en las encuestas electorales camino del fin del bipartidismo y en pos de un ‘cuarteto’ partidario nacional: PP, PSOE, IU y UPyD. Lo que dejará a CiU, que hasta ahora era -en diputados- la tercera fuerza política, en el quinto lugar. Perdiendo su influencia económica y política en el Estado y la condición de partido bisagra que podía facilitar la gobernabilidad con el PSOE o el PP, algo que le dio a CiU importantes réditos bajo los gobiernos de González, Aznar y Zapatero y que ahora, gracias a los disparates de Artur Mas, no volverán a conseguir y disfrutar.

La pintoresca alegoría de las goteras en el Parlamento español son toda una señal y una nueva advertencia a la clase política sitiada por sus propios escándalos e incapacidad de unir a los españoles, y de proponer una ilusionante y eficaz acción conjunta para salir de esta crisis económica y moral, donde llueve sobre mojado sin que se aprecie un discurso y un liderazgo que nos permita creer en que la pesadilla económica y social y las goteras se van a acabar.

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