Las Pensiones a Referéndum

Gorka Maneiro (Diputado por UPyD en el Parlamento Vasco)

¿Qué osición mantiene UPyD ante la Reforma de las Pensiones? Primero hay que esperar a conocer el documento final del Consejo de Ministros sobre el acuerdo alcanzado con sindicatos y patronal. Con esto hay que ser lo más serios posible. Nosotros ya hemos dicho que la Reforma de las Pensiones tiene que hacerse porque verdaderamente está en juego su viabilidad, no porque nos lo dicen los mercados o para satisfacer las demandas de determinados intereses privados. Pero la actual reforma es una exigencia de EEUU y Alemania… Claro. Es que hay mentiras que se repiten, que luego se olvidan, y que se intentan trasladar a la ciudadanía. Como que cada vez hay más mayores y que por eso hay que trabajar más años. Esto hay que analizarlo rigurosamente y comparándolo de forma relativa con otros países. En Francia acaban de retrasar la edad de jubilación de los 60 a los 62, y aquí hablamos de los 65 a los 67. El sistema público de pensiones en Francia es deficitario, y aquí viene teniendo superávit en los últimos años. Después dicen que la reforma es urgente, que no puede aplazarse y que nos va la vida en ello; son mentiras con las que no estamos de acuerdo. Y además que los mercados nos lo exigen. Nuestra responsabilidad es garantizar un sistema público de pensiones y tenemos serias dudas de que ahora esté en riesgo, sobretodo si sirve para beneficiar a determinadas entidades privadas. Es posible que haya que hacer reformas, pero no estas. Es que la consecuencia directa de esta reforma es la reducción de un 10% o un 15% de las pensiones. Hablamos de crear las condiciones para favorecer los fondos privados de pensiones, en definitiva… Este es uno de los objetivos. Hemos escuchado en el Parlamento Vasco al Consejero de Economía aconsejar a los ciudadanos que se abran fondos de pensiones privados, y esto es bochornoso, tratándose además de un partido que se dice socialista. Hay una serie de presiones e intereses externos e internos que van en esa dirección. No son personas preocupadas por la viabilidad del sistema, sino personas que quieren sacar tajada. Esto es lo que está detrás de todo esto. Recuerdo al Ministro Corbacho, hace año y medio, decir que retrasar la edad de jubilación sería una medida injusta y antisocial… tengo por aquí el recorte de prensa. Hay que tomar una serie de medidas previas antes de obligar a los ciudadanos a cotizar nada menos que 38,5 años para cobrar el 100% de la pensión y trabajar hasta los 67 años. Habría que hablar de las jubilaciones anticipadas, de las prejubilaciones, de las parciales… todo esto antes de dejar que nos vendan la moto de que es necesario retrasar la edad de jubilación. O de lo que cotizan los grandes ejecutivos, que además de tener fondos de pensiones millonarios, a partir de una cantidad de salario, por mucho que se incremente. ya no cotizan más… Claro, claro. Y eso que, como decía antes, nuestro sistema de pensiones tiene superávit, sin embargo hay un 20% de paro. Así, claro, no se cotiza lo necesario. No se pueden utilizar las pensiones para tratar de mejorar la economía, sino al revés, mejorar la economía, la productividad, para mejorar las pensiones. Y ya que hablamos de reformas que se le ajuste cuentas a los privilegios de las castas políticas… Esto es vergonzoso. Ahora es cuando se debería acabar con estos privilegios. Hace un año yo presenté esto en el Parlamento y recibimos el voto en contra de todo el arco parlamentario, aunque parece que ahora va corrigiéndose. No puede ser que parlamentarios y senadores tengan mejores condiciones que el resto de los ciudadanos. Desde luego nunca, pero mucho menos en una crisis y hablando de reformar las pensiones. También presentamos en el Parlamento Vasco una iniciativa en la línea de eliminar determinadas pensiones compensatorias que se tienen como consecuencia de haber ejercido como alto cargo del Gobierno Vasco, durante dos años. Ahora va a ponerse en marcha, aunque muy tarde porque ha pasado un año desde entonces, una ponencia para analizar esto. Todo este tipo de privilegios que vienen de años atrás hay que eliminarlos, independientemente de la situación económica. Aunque ésta fuera boyante los privilegios no están justificados. Ante la imposición de las reformas, ¿no habría que denunciar también la dependencia de EEUU y Alemania, la falta de independencia nacional, que acabará siendo entregada absolutamente en el caso de una intervención? Claro, el Gobierno no tiene ninguna autonomía. La globalización cada vez es mayor y hay que atender a los problemas con Europa, pero el Gobierno debe tener capacidad para tomar sus propias decisiones en función de nuestros propios intereses, y valorar así las reformas que se nos imponen. El problema es si verdaderamente son necesarias, a quién le sirven, y a cambio de qué hacemos a la gente cotizar más años y jubilarse a los 67, a cambio de favorecer a quién. Es que los hechos hablan de que Irlanda después del “rescate” ha multiplicado por tres su deuda… De eso se trata, como te decía, de preguntarse esto a quién le beneficia. Y sobretodo hacer pedagogía implicando a los ciudadanos en esto que nos dicen desde hace tantos años sobre la inviabilidad del sistema público de pensiones. Hay que decir que ni si quiera se puede confiar en que lo que nos dicen sobre la demografía en los próximos años va a ser así. ¿Estaría de acuerdo, tal y como contempla nuestra Constitución ante temas de especial trascendencia, con llevar las pensiones a referéndum, que decidan los ciudadanos? No te puedo hablar todavía sobre la posición de UPyD ante esto. Lo que sí debe hacerse es trasladar la información de forma veraz a los ciudadanos y que estos voten en consecuencia. Que se tenga la máxima información posible, que haya pedagogía política y democrática, y que los ciudadanos puedan votar a un partido o a otro. Pero se trata de que tengamos la oportunidad de debatir esto, de que los ciudadanos puedan participar de las decisiones y escuchar todas las opiniones, y, sobretodo, que expliquen de verdad las razones de esta reforma… El problema es que los ciudadanos no tienen toda la información y que los partidos votan en función de sus propios intereses, y no en el de los ciudadanos. Es también el problema de la representatividad, que lo que se decide en el Parlamento se corresponda con la realidad de lo que piensan los ciudadanos. Ahora mismo no se sienten representados y nadie les habla de forma clara. Cada vez sospechan más tanto del Gobierno como de la oposición.

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