Cambio en CCOO:

¿Giro a la izquierda o a la fragmentación?

El relevo en la cúpula del primer sindicato español, que cuenta con 1,2 millones de afiliados, parece venir acompañado de una actitud más beligerante con gobierno y empresarios. Si es así­, y el tiempo lo dirá, debemos saludarla. Sin embargo, hay que prestar suma atención a que no signifique que uno de los pilares fundamentales en la unidad de la clase obrera en España se vea debilitado.

Por sólo 28 votos de diferencia, Ignacio Fernández Toxo, el número dos del sindicato, ha conseguido descabezar a Jose Mª Fidalgo, quien lo dirigía desde el año 2000. De nada han valido los llamamientos a la unidad y el comromiso de Fidalgo de encabezar una candidatura unitaria con las diferentes corrientes. La división se justifica por la necesidad de dar un giro a la izquierda. Toxo afirma que hay que volver a tomar la calle y se alinea con Izquierda Unida, a quien dio su respaldo en las elecciones. Según la mayoría estaríamos asistiendo a una radicalización del sindicato. Sin embargo Toxo, que ha sido el número dos desde el Congreso anterior, es conocido por su habilidad negociadora y considerado un pragmático. Pero aún siendo muy necesario revitalizar la organización y movilización de la clase obrera, resulta muy significativo que entre los apoyos de Toxo estén las organizaciones más influenciadas por los postulados nacionalistas –como la catalana-, o al propio Toxo cuando afirma que CC OO “se está dispersando porque no somos capaces de reconocer la nueva realidad plurinacional de España”. CCOO ha sido, desde su nacimiento, un elemento activo en la defensa de la unidad de clase y la cohesión nacional, condiciones imprescindibles para el avance de los intereses de los trabajadores en cualquier rincón del país. La labor de los sindicatos nacionalistas, por el contrario, busca el objetivo de encuadrar a la clase obrera en proyectos ajenos y contrarios a sus intereses, que anteponen la división; sindicatos como ELA, del PNV, LAB, de Batasuna, CIGA, del Bloque Gallego, … han priorizado las reivindicaciones nacionalistas, llegando en algunos casos al extremo –como los sindicatos vascos- de romper convocatorias unitarias de huelgas generales de ámbito nacional trasladándolas a otra fecha. Fue Lenin, quien dijo: “La burguesía coloca siempre en primer plano sus reivindicaciones nacionales y las plantea de un modo incondicional. El proletariado las subordina a los intereses de clase”.Lo que necesitamos los trabajadores en España es un sindicato de clase y unitario, y debemos evitar que CCOO caiga en la “charca del nacionalismo burgués” y se enfangue en proyectos que buscan la disgregación y que sólo benefician a los grandes poderes interesados en la división de la clase obrera o de España.

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