Música

Gentleman Bublé

El próximo 16 de junio sale a la venta el nuevo disco de Michael Bublé, una bestia del jazz que parece haber nacido en la época equivocada pero que se resiste a aceptarlo, mutando como un camaleón y atrapando con su lengua musical a todo el que lo escucha. Un cantante que ha sabido transformar, de forma natural, el sonido clásico del jazz de los años 20 en un crucero temporal de energí­a nueva.

Bublé se crió entre discos al calor del gusto musical de su abuelo, gestando con el tiemo una voz templada y honda con un sello propio de orquesta swing; veinte millones de discos vendidos, un ‘Grammy’, varios ‘Premios Juno’ y una gira en 2008 que se ha convertido en una de las mejores de las últimas décadas.El próximo martes sale a la venta su nuevo álbum, un directo desde el Madison Square Garden de Nueva York en el que el canadiense interpreta los mejores temas de su discografía: “Everytihng”, “Me and Mrs Jones” o “I’ve Got The World On A String” son algunas de las piezas con las que Bublé embrujó los surcos inexistentes de vinilo que imprime en las modernas grabaciones digitales. A veces, escuchándole, incluso se echa de menos el soniquete de la aguja.“Michael Bublé Meets Madison Square Garden”, así se titula el álbum de sesenta minutos con el video del que es considerado uno de los mejores conciertos de su carrera; además de muchos otros extras – entrevistas, ensayos, “tet a tets” con su banda, y dos temas inéditos “Stardust” y “You’re Nobody Till Somebody Loves You” -.Nacido en una familia de pescadores de Vancouver, empezó versionando a Van Morrison o Luo Rawls, hasta que Barry Gibb de los Bee Gees descubrió su versión del tema “How Can You Mend a Broken Heart?”. “Michael Bublé” editado en el 2003 comenzó a hacer sonar su nombre precedido de un “¿Quién es este…”. Fue con la publicación de su segundo disco, “It’s time” – 2005 – con el que vendió alrededor de 18 millones de copias, cuando se convirtió en todo un éxito comercial en los Estados Unidos.En el escenario a veces pareciera que no sabe donde pisa y que se esfuerza por ocultar su verdadera y profunda timidez, y que para eso tuviera que exagerar por momentos los pasos y giros para que nadie le descubra, siendo por eso cariñosamente admirado – por lo demás suele ser un gracioso descarado con una soltura inusitada -. En definitiva, su voz encandila convirtiendo cada gesto en el de un gentleman entregado a su público y agradecido por cada minuto que se le dedica, sabiendo, al mismo tiempo, que muchos empeñarían sus recuerdos por una entrada vitalicia para el Madison Square Garden.

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