EEUU elogia el papel de China en la crisis

Geithner templando las campanas

Es necesario rebajar la tensión, y por eso Timothy Geithner decidió elogiar al acreedor. «Creo que China está desempeñando un papel estabilizador muy importante en esta crisis financiera que estamos presenciando globalmente», dijo ayer el secretario del Tesoro en una entrevista con la cadena de televisión CNBC. EEUU está trabajando «estrechamente con China», dijo Geithner, alabando «las cosas que están haciendo para hacer su economí­a más fuerte, para estimular el crecimiento de la demanda interna, para permitir una mayor evolución en su marco financiero básico». Estas azucaradas declaraciones se producen un dí­a después de las agrias declaraciones del presidente chino, Hu Jintao, y del editorial del «Diario del Pueblo», en las que advertí­an a Washington de las consecuencias de no cuidar -con acciones y medidas, no con palabras- la rentabilidad de las gigantescas inversiones chinas en la economí­a norteamericana. Pekí­n además se plantea ya abiertamente de acabar con el papel del dólar como moneda de referencia internacional, sustituyéndola por una divisa «quimera» internacional.

En un editorial inusualmente duro y exigente –ara los modos sutiles y delicados que las autoridades chinas acostumbran a usar- Pekín lanza un mensaje claro a Washington: China no es un “inversionista” cualquiera que pone en juego su dinero en un negocio que puede ir bien o mal, sino que su condición de máximo sostén de la economía norteamericana le confiere el estatus de acreedor preferencial de EEUU, el cual debe asegurarle la rentabilidad de los enormes capitales prestados. Las mareantes cifras avalan las exigencias de Pekín: el volumen de los capitales chinos invertidos en deuda pública y privada norteamericana es el equivalente a 21 veces el capital de Bank of América, la mayor entidad financiera de EEUU. Hasta enero de 2009 –dice el Diario del Pueblo- “China ha comprado los bonos de diversos tipos por valor de un billón de dólares, incluidos los del Tesoro estadounidenses valorados en 739.600 millones de dólares”.La preocupación de las autoridades chinas por la rentabilidad de sus inversiones no es infundada. La bajada de los tipos de interés de los bonos del Tesoro USA a niveles muy bajos –un 0,7 % actualmente- y la devaluación del dólar debido al recurso permanente a la impresión y puesta en circulación de nuevos dólares, significan para China una reducción real –y millonaria- en sus beneficios. Por eso Pekín ha exigido medidas concretas para proteger los intereses de los inversionistas en la economía norteamericana –la primera, China- y que de lo contrario tomará “acciones con respecto a los bonos adquiridos”, trabajando con flexibilidad y agilidad “para garantizar sus propios intereses”. Y sin perder tiempo, las autoridades chinas han lanzado un gigantesco aviso a navegantes: el gobernador del Banco Central de China ha lanzado oficialmente la propuesta de sustituir al dólar como divisa de referencia del sistema monetario internacional, por una nueva moneda creada a imagen y semejanza del mundo multipolar que se abre paso aceleradamente, y en el que las economías emergentes de Asia están llamadas a tener un papel protagonista. Rusia e India ya han manifestado su acuerdo con la propuesta de Pekín, lo que ha puesto los pelos de punta a las autoridades norteamericanas, a pesar de que tal objetivo no es alcanzable en el corto plazo. El clima de opinión ya está lanzado, y las campanas del funeral del dólar han empezado a repicar.

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