Gaza y los bomberos inquietantes

Mientras que unos intentan coordinar las tareas de extinción, las fuerzas más incendiarias de Oriente medio trabajan denodadamente por avivar las llamas y abrir nuevos focos. Al mismo tiempo que el enviado especial de Obama trata de crear las bases para poder estabilizar la extremadamente frágil tregua entre Israel y Hamás, el ejército israelí­ anuncia nuevos ataques contra las milicias palestinas en la franja de Gaza.

Ayer mismo diez alestinos resultaron heridos en un bombardeo de la aviación israelí al sudeste de Gaza, en respuesta al lanzamiento de dos cohetes Qassam y una ronda de morteros contra Israel por parte de milicianos palestinos. La decisión de atacar de nuevo puntos clave de la franja se ha tomado, según fuentes militares israelíes para “demostrar a Hamás que sus lanzamientos de proyectiles no quedarán sin respuesta”. Sin embargo, el eficaz servicio de inteligencia israelí -el Mossad- ha informado que la dirección de Hamás está intentando contener a sus elementos más radicales para poder consolidar el alto el fuego. Y las sorprendentes declaraciones de los portavoces del movimiento islámico en la franja parecen confirmarlo. En un giro en su postura ante el enviado de Obama –que coincide con el acercamiento de Irán a los ofrecimientos de diálogo con la Casa Blanca-, Hamás dijo que confían en la labor de Mitchell para consolidar el alto el fuego. "Creo que a EEUU tampoco le conviene entrar en el conflicto y enfrentarse contra el mundo árabe y musulmán, teniendo en cuenta, además, sus intereses en la región. Esperemos que el nuevo presidente estadounidense revise todas las políticas de su predecesor”. Pero además de las gestiones de Mitchell, que ayer se comprometió con el presidente de la ANP Mahmoud Abbas a consolidar un alto el fuego en Gaza, a las voces que piden un cambio de planteamiento para imponer una tregua estable se ha sumado un partidario inesperado: Tony Blair. Blair –el principal aliado internacional de Bush y su línea durante sus ocho años de mandato- hace un camaleónico ejercicio de pragmatismo y aboga ahora por incorporar al movimiento islamista Hamás al proceso de paz "Pienso que es importante que encontremos la manera de incluir a Hamás en este proceso, aunque eso sólo puede hacerse si Hamás está dispuesta a hacerlo en los términos correctos", afirma hoy Blair en una entrevista en el diario "The Times”. Blair –ahora en calidad de enviado especial del Cuarteto para Oriente Medio formado por los EEUU, la ONU, la UE y Rusia- añade en la entrevista que "si se hacen las cosas de la forma equivocada, eso puede desestabilizar a la propia gente en Palestina que ha estado trabajando por la causa moderada". Blair considera que la estrategia de Occidente de "dejar a Gaza al margen" y alentar la fundación de un Estado palestino en Cisjordania, gobernada por la Autoridad Nacional Palestina (ANP), "nunca funcionará". El ex-Primer Ministro de Reino Unido demuestra ser un dirigente de la más pura tradición británica, con una relación “flexible” con el hegemonismo. Si antes ha sido el “escudero” de Bush, ahora puede perfectamente alinearse con la nueva política internacional de Obama. Por eso no es tan extraño que incluso haya criticado indirectamente la estrategia de Bush, que centró sus esfuerzos en afianzar la influencia norteamericana sobre Cisjordania, dejando Gaza a la deriva: "Eso -dice Blair- era la mitad de lo que necesitábamos".Que bien que lo diga ahora, después de haber respaldado con actos, palabras y tropas los incendios de Afaganistán, Irak… y Gaza

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