Ethel Eljarrat, IDAEA-CSIC

Galicia llora plástico

“Este vertido debe servir para concienciar de la auténtica dimensión de los microplásticos en los mares”, advierte Ethel Eljarrat, directora del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA-CSIC)

Dos décadas después de la Marea Negra del Prestige, el peor desastre ecológico de la Historia de España, las costas de Galicia afrontan la limpieza de otro vertido, el de millones de pellets de plástico procedentes de 26 toneladas de un contenedor del buque Toconao, caído al mar por accidente frente a las costas de Portugal.

Independientemente de la gran diferencia de gravedad entre ambos vertidos, esta crisis pone de manifiesto uno de los grandes problemas ecológicos de nuestro tiempo, y especialmente de las aguas marinas. Los plásticos, y sobre todo los microplásticos, contaminan con ubicuidad nuestros océanos, integrándose en las cadenas tróficas y llegando al consumo humano.

Es un problema que centros científicos como el Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua del CSIC (IDAEA-CSIC) estudian en profundidad. Hablamos con su directora, la doctora en Química Ethel Eljarrat.

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¿Qué daños físicos y químicos pueden producir al medio ambiente y a los seres vivos?

Los microplásticos -no sólo estos pellets, sino basura plástica marina que hay flotando por todos los océanos del mundo- evidentemente pueden ocasionar un daño físico y químico a los seres vivos. Y tiene esta doble vertiente porque los plásticos normalmente se componen de un polímero o mezcla de polímeros, a los que se les añaden sustancias químicas aditivas para darles determinadas propiedades.

Por un lado tenemos el daño físico para los organismos marinos. Muchos animales, de manera voluntaria porque lo confunden con comida, o de manera involuntaria porque ingieren estas partículas al estar mezclada con la materia orgánica, se tragan estos microplásticos, y eso puede obstruir sus tractos digestivos y ocasionarles la muerte. O los microplásticos se pueden acumular en sus estómagos, generándoles una falsa sensación de saciedad, provocando dejando de comer y que mueran de inanición. Y estos pequeños plásticos pueden provocar úlceras e infecciones en el tracto digestivo.

Pero como las partículas plásticas tienen aditivos, cuando el animal las ingiere liberan compuestos químicos que, dependiendo del que sea, pueden quedar acumulados en un tejido o en otro: en su tejido adiposo, en su músculo, etc… Estos contaminantes no presentan una toxicidad aguda, no van a provocar un gran daño de manera inmediata, pero aunque se den en dosis muy pequeñas se acumulan y su exposición continuada en el tiempo puede a la larga producir graves trastornos.

Los microplásticos ocasionan un daño físico y químico a los seres vivos

En los estómagos de los peces y crustáceos que ya consumimos podemos encontrar microplásticos. ¿Que efectos toxicológicos, metabólicos o endocrinos pueden producir sus componentes en la cadena trófica y en nuestro organismo?

Origen de los microplásticos marinos

Los efectos pueden ser muy diversos, porque en la industria del plástico se utilizan unos 10.000 aditivos diferentes, y en más de 2.000 hay una alerta de que podrían ser dañinos para el medio ambiente y los seres vivos. Muchos de ellos son disruptores endocrinos como el bisfenol A, que pueden provocar trastornos en nuestro equilibrio hormonal, generando problemas de fertilidad, diabetes o obesidad. Otros pueden ser neurotóxicos y algunos pueden llegar a ser cancerígenos. Depende del compuesto en cuestión.

En el caso de los aditivos que lleva el plástico hay muchos trabajos que han estudiado cuáles pueden ser los efectos dañinos para la salud, pero en el caso de los microplásticos del polímero todavía no está tan claro su efecto en nuestro organismo a medio y largo plazo. Algunos estudios en curso van apuntando a que la presencia de estos microplásticos o nanoplásticos en nuestro cuerpo podría provocar alteraciones en nuestro sistema inmunitario. Pero todo esto se está investigando.

En los plásticos de uso alimentario sí está legislado que tiene que estar comprobado que no se produzcan migraciones de sus componentes al alimento que envasan o protegen, pero existen otros muchos plásticos que no están tan evaluados.

Pero estamos hablando de que esos plásticos están en el mar, no en el lugar y para la función para la que han sido diseñados. En este medio se puede producir que esos microplásticos vayan liberando poco a poco sus aditivos químicos y vayan contaminando el medio marino. Y el otro gran problema es que la basura plástica se va a ir erosionando y degradándose en trozos cada vez más pequeños, y los microplásticos son más dañinos cuanto más pequeños, con más facilidad entrará en los seres vivos, en la cadena trófica y puede que en nuestra alimentación.

Estos fragmentos de basura plástica son más dañinos cuanto más pequeños

Y tenemos otro problema, y es que estos microplásticos, por ejemplo los pellets del vertido, pueden actuar como esponjas que absorben otros contaminantes que hay en el medio marino, sustancias orgánicas e hidrófobas que no se disuelven en agua pero que al encontrar el material plástico se unen a él por afinidad química. Y por eso estos pellets actúan como medio de acumulación y transporte de contaminantes que de otra manera estarían dispersos.

Esta liberación de componentes peligrosos no es inmediata, se irán liberando con los años. Pero el problema es que es difícil eliminar 25 toneladas, unas 1.300 millones de granzas. Muchas acabarán en las playas, pero otras pueden permanecer mar adentro o ganar densidad e ir a parar al fondo marino, y acabar enredadas en la materia orgánica o enterrándose en los sedimentos…

Acumulación de microplásticos en una playa, una imagen tristemente habitual

Sí, hay un proceso que se llama biofaulen que hace que estas partículas se vayan agregando con otros materiales o con las algas, de manera que al final pesan más y pueden acabar hundiéndose. Pero todos estos procesos, y también la liberación de aditivos o la agregación de contaminantes orgánicos son muy lentos en el tiempo, tardan años.

Desde luego ahora que se ha producido este vertido de pellets, hay que subrayar que se debe evitar que se produzcan, tomando medidas en su transporte. Por ejemplo transportarlos en embalajes seguros. No es ni mucho menos el primer derrame que se produce, sino que estos vertidos lamentablemente ocurren más a menudo de lo que pensamos. Contaminación por microplásticos existe a día de hoy en todos los océanos y mares del mundo, incluso en los más alejados de la civilización. Y también en todos los ríos del planeta.

No es una contaminación nueva

Lo que estamos viendo no es una contaminación nueva. Es necesario relativizar este accidente. Evidentemente hubiera sido preferible que no hubiera ocurrido, pero la alarma no debe ser como en el caso del Prestige. Aunque el vertido del Toconao lógicamente va a hacer que en esta zona de Galicia y el Cantábrico aumenten los niveles de microplásticos, antes de este accidente ya había contaminación de microplásticos en nuestras costas, en todas nuestras playas.

Este vertido pone el foco en uno de los grandes problemas ambientales de nuestros días. Un estudio sueco cifra en 170 billones los fragmentos de plástico y microplásticos flotantes en forma de contaminación… ¿Cual es la dimensión de este problema en las aguas de nuestro país y del mundo?

Previsión de la cantidad de la media microplásticos por metro cúbico en las aguas oceánicas

Efectivamente, lo único «útil» de este vertido es que puede servir para concienciar de cuál es la auténtica dimensión de los microplásticos en los mares. Un incidente de este tipo hace mucho más visible la presencia de este tipo de contaminación, que hasta hace nada pasaba desapercibida, y esto hace que la gente se dé cuenta del verdadero problema, porque como comentabas estamos hablando de uno de los grandes problemas ambientales del mundo en la actualidad.

Y todos lamentamos el vertido accidental, pero se ha producido por el transporte de una materia prima cuyo destino final era hacer más envases, muchos de los cuales podrían haber acabado contaminando el medio acuático. Entonces la verdadera reflexión es si no estamos haciendo un consumo abusivo de envases, de manera que se tenga que fabricar tantos materiales plásticos que acaban impactando en el medio ambiente.

Cada año producimos mayor cantidad de plástico

¿Por donde pasa la solución a este grave tipo de contaminación para las aguas del planeta? ¿Qué deben hacer los gobiernos o la ciencia?

Ethel Eljarrat, directora del IDAEA-CSIC

Los organismos científicos estamos para mostrar las evidencias a la población, nuestro papel es investigar qué ocurre y por qué. Creo que a día de hoy hay información más que suficiente para entender que la contaminación por plásticos es un grave problema, y hay infinidad de instituciones que están trabajando para intentar reducir este impacto, pero la marcha esta siendo demasiado lenta para la magnitud del problema. Por más que se hable de economía circular, reciclando los envases, o de desarrollar materiales alternativos al plástico, lo que es una realidad es que cada año estamos produciendo una mayor cantidad de material plástico en el planeta. No vamos por buen camino.

Y por eso, yo creo que la solución pasa por la concienciación ciudadana, algo en lo que se ha ido avanzando bastante en las últimas décadas. Pero al mismo tiempo tiene que haber medidas legislativas más severas para este problema.

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