Avances contra el tabaquismo

Fumar envejece

Un grupo de investigadores de la Universidad de Iowa, EEUU han publicado un estudio según que concluye que una proteí­na de la que carecen las personas que padecen el sí­ndrome de Werner, que provoca su acelerado envejecimiento, está también reducida en los fumadores que padecen enfisema, una de las formas de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica.

En el caso del síndrome de Werner, a diferencia de la llamada rogeria que produce un envejecimiento prematuro e incluso la muerte en la adolescencia (en torno a los 13 años), los enfermos viven una adolescencia normal. A partir de la juventud y los primeros años de la edad adulta es cuando empiezan a aparentar una edad varias décadas superior a la real. Uno de los autores del estudio, Toru Nyunoya explica que "el tabaco puede acelerar el envejecimiento y acortar la esperanza de vida en una media de diez años. “ Aunque el síndrome de Werner es una enfermedad poco frecuente (uno de cada 200,000 personas la sufren en EEUU) en Japón no lo es tanto. Uno de cada 20.000 adultos la sufren. Sin embargo, el valor que tiene este resultado es que la proteína podría ser la base para desarrollar tratamientos contra el enfisema producido por el hábito de fumar, que es un problema mucho más extendido a nivel mundial. En el caso de la enfermedad de Werner se trata de una mutación genética que disminuye la proteína en cuestión. En el caso del tabaco no se produce dicha mutación, pero el resultado es el mismo. La proteina en cuestión juega un papel protector en cuanto repara el daño que se produce en el material genético de las células, el ADN. Por tanto, el que no esté presente en las cantidades normales hace que la célula no pueda reparar las alteraciones del genoma y se acumulen, dando lugar a un envejecimiento y muerte prematura. Precisamente, buscar los mecanismos moleculares, integrar el conocimiento de genética y de proteómica, en la explicación de enfermedades aparentemente inconexas puede dar lugar, como en este caso a dar pasos impensables hace unas décadas. Muchas enfermedades comparten las vías moleculares y el estudio del envejecimiento y muerte celular está dando buenos réditos en la investigación contra el cáncer, las enfermedades neurodegenerativas y, en este caso, el mismo tabaquismo. Habrá que seguirle la pista.

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