El Congreso vota exhumar los restos de Franco con la abstención de PP y C´s. Una cuestión de justicia que todos los demócratas tenemos que celebrar.
El proyecto de exhumación de los restos del dictador tendrá un plazo de doce meses. La familia Franco tiene quince días para decidir dónde quiere enterrar al dictador y si no lo decide o se niega, el Gobierno decidirá por ellos.
El real decreto tiene que ser todavía aprobado en el Congreso. Pero todas las fuerzas políticas ya se han manifestado al respecto y ninguna de ellas va a votar en contra. Los partidos políticos más críticos y que más oposición han puesto a la exhumación de Franco (PP, y en menor grado Ciudadanos) se van a abstener. No pueden negarse, porque saben que la inmensa mayoría de la población española está en contra del Valle y de lo que significa.
Se acabará así con más de 40 años de ignominia. No existe justificación posible para que un dictador fascista siga enterrado en un gigantesco mausoleo público que glorifica su figura, mucho menos financiado y mantenido con el dinero de todos nosotros.
Y esto debería ser solo el principio. Todavía queda un asunto pendiente, con todas las familias que reclaman que los restos de sus seres queridos sean devueltos.
Porque el Valle de los Caídos no es solo la tumba de Franco. Es al mismo tiempo la mayor fosa común de nuestro país. En la Basílica hay enterrados 33.833 cadáveres, de ambos bandos. Al principio se enterraron solamente soldados del bando nacional, pero en 1959 Franco decidió que el Valle de los Caídos fuese un elemento para todos los caídos en la mal llamada Guerra Civil, en un intento de legitimarse internacionalmente.
Eso supuso traer a la Basílica a miles y miles de cadáveres de ambos bandos, la inmensa mayoría en contra de la voluntad de las familias. Y se hizo de una manera deplorable y por qué no decirlo, chapucera. Actualmente, 12.410 cadáveres están sin identificar. En muchísimos casos, con un nivel de deterioro inhumano, apiñados los cadáveres los unos con los otros.
Además está el hecho de la construcción del Valle de los Caídos, en la que se utilizó a presos políticos republicanos como mano de obra. Según el libro Los esclavos de Franco, de Rafael Torres, hasta 20.000 presos republicanos trabajaron en su construcción. Y según Azucena Rodríguez, hija del último preso en salir del Valle de los Caídos, los presos “trabajaban muchísimas horas, trabajaban como salvajes durante todo el día, y además en condiciones muy precarias y arriesgadas”. Hubo víctimas mortales durante la construcción del Valle de los Caídos, pero ninguna cifra todavía oficial. Es necesaria, por tanto, una investigación seria de todos aquellos que fallecieron en la construcción del Valle de los Caídos, y asegurarse también de que sus restos sean devueltos a sus familias.