Movilizaciones en Francia

¿Francia al borde de una revuelta social?

El creciente malestar entre los trabajadores franceses amenaza ahora con transformar las protestas en un movimiento antigubernamental más radical.

Francia vive una jornada de huelgas y manifestaciones contra la olí­tica del presidente Nicolás Sarkozy. Lo caldeado de los ánimos hace temer una radicalización de los movimientos sociales.los sindicatos franceses convocarón a huelgas y concentraciones masivas contra la polí­tica del presidente Nicolás Sarkozy frente a la crisis económica. La red de transportes suburbanos se vió afectada en muchas ciudades del paí­s; numerosas escuelas han permanecido cerradas, a pesar de las disposiciones gubernamentales para que Francia no se paralice y los niños cuenten con maestros suplentes.Puntualmente para la cumbre en la que los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea van a abordar el tema de la crisis, el presidente galo tiene que abandonar la casa en desorden. El primer ministro francés, Francois Fillon, renunció a participar -debido a la jornada de protesta- en la cumbre de Bruselas.El 29 de enero de este año; se calcula que unos 2,5 millones de personas participaron en esa huelga general, que paralizó parcialmente el paí­s. Contrariamente a lo que acordado en jornadas de protestas anteriores, los sindicatos hicieron hincapié en llevar a cabo esta vez manifestaciones en vez de una gran huelga; muchos empleados a tiempo parcial no se pueden permitir una merma de sus ingresos. A lo largo del dí­a se espera que millones de personas se manifiesten en todo el paí­s.Después de que la alemana Continental -fabricante de neumáticos- anunció que cerrará su planta en Clairoix, dejando sin trabajo a 1120 empleados, los trabajadores montaron en cólera. Debido a los huevos que les lanzaron a ejecutivos de Continental Francia, se suspendió una reunión entre la gerencia y los sindicalistas. La decisión de cerrar la fábrica a pesar de las aparentes garantí­as dadas por la compañí­a de que la mantendrí­a abierta hasta 2012.La ministra francesa de Hacienda, Christine Lagarde, declaró estar conmocionada por la decisión. Poco antes le habí­a tocado a ella misma la desagradable tarea de dar a conocer datos económicos: el crecimiento se reduce en un 1,5 por ciento, habrá 300.000 desempleados más y la deuda pública crecerá este año en 100.000 millones de euros.Por otro lado, el gigante petrolero francés Total dio a conocer la semana pasada que eliminarí­a unos 555 puestos de trabajo antes de 2013; justo una semana habí­a anunciado ganancias récord de casi 14 mil millones de euros en 2008. El fabricante de mostaza Amora-Maille anuncia el cierre de su tradicional planta de Dijon, también la de la Appoigny; 265 puestos de trabajo se perderí­an con su cierre el 31 de enero de 2009.El creciente malestar entre los trabajadores franceses amenaza ahora con transformar las protestas en un movimiento antigubernamental más radical. Un sondeo del instituto BVA revela que en opinión de los franceses el lí­der del Nuevo Partido Anticapitalista, Olivier Besancenot, es tan creí­ble como Sakorzy para resolver los temas económicos y está bastante más preocupado que el presidente por sus problemas.El ex primer ministro Laurent Fabius, socialista, expresó la ansiedad general que se vive en el paí­s al decir: «Si la polí­tica del gobierno no cambia, me temo que en la primavera, a raí­z de esta situación desesperante habrá movimientos amplios y radicales de revuelta».Según expertos franceses consultados por la agencia dpa, se teme que los sindicatos puedan difí­cilmente canalizar estas olas de ira; en ese caso, una radicalización de las protestas no se excluye. Según el diario Le Figaro, cercano al presidente Sarkozy, una nueva encuesta mostró que un 62 por ciento de los franceses cree que la respuesta del gobierno a la crisis económica es mala. Además, casi tres de cada cuatro consultados consideran que las huelgas y protestas del jueves están justificadas.Todas las condiciones para una revuelta social están dadas el gobierno esta sentado sobre el volcán. Una medida desatinada bastarí­a para la explosión.

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