El subsuelo de Araba no está en venta, lo queremos limpio y sin contaminar. ¡No al fracking!

Fracking ez, ez hemen ez inon!

El Gobierno Vasco ha decidido que la provincia de Álava se convierta en un peligroso conejillo de indias para la explotación no convencional de gas mediante la técnica de fracking. Y a su reclamo están acudiendo algunos de los mayores monopolios del petróleo del mundo, dispuestos a hacer negocio aunque sea a costa de la salud de todos los alaveses.

La exploración se llevará a cabo en una superficie que abarca gran parte de la provincia alavesa. Según el Gobierno Vasco, el proyecto podría dar unos 185.000 millones de metros cúbicos de gas, que tendrían un valor en el mercado de 30.000 millones de euros.

El problema es que no se han tenido en cuenta las consecuencias medioambientales y para la salud y la vida de todos los alaveses que puede tener la explotación de este gas mediante la técnica de fracking.

Para quienes no lo conozcáis, Fracking es el término anglosajón con el que se denomina una técnica particular de fracturación hidráulica para la extracción de gas no convencional.

En pocas palabras, consiste en la extracción de gas natural mediante la fracturación de la roca madre. Para extraerlo se utiliza una técnica de perforación mixta: en primer lugar se perfora hasta 5 kilómetros metros en vertical y después se perfora varios kilómetros en horizontal. Entonces se inyecta agua con arena y una serie de aditivos químicos tóxicos a gran presión. Esto hace que la roca se fracture y el gas se libere y ascienda a la superficie, donde se recoge.

Hasta aquí todo parece normal. El problema es que después de aplicarse en varios países, sobre todo en Estados Unidos, científicos y movimientos ecologistas han constatado una serie de graves problemas asociados a este tipo de explotaciones. Entre otros la contaminación de las aguas superficiales y subterráneas y del aire, con las consiguientes afecciones a la salud humana. Las alteraciones del paisaje y el terreno, la contaminación de los suelos al cerrar los pozos cuando su explotación ha terminado y la posibilidad de provocar riesgos sísmicos.

23 ayuntamientos y muchos más concejos alaveses se han declarado ya contrarios al uso del fracking en su municipio. El pasado 6 de octubre, más de 13.000 alaveses nos manifestamos por las calles de Vitoria para expresar nuestro rechazo a este agresivo proyecto de explotación de gas para el beneficio de unos pocos a costa de la salud de muchos.

El subsuelo de Araba no está en venta, lo queremos limpio y sin contaminar para las siguientes generaciones. La manifestación de 6 de octubre marca el camino en el que vamos a persistir: no podrán perforar por encima de una gente activa y en lucha. Tal y como resonó fuerte y claro en Gasteiz: Fracking ez, ez hemen ez inon!

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