El Instituto Nacional de Estadística ha elaborado la primera Encuesta Nacional de Inmigrantes a partir de 21.000 entrevistas. Dos datos que arroja la investigación que resaltan por encima de los demás. Uno tiene que ver con el presente y futuro de la composición de la sociedad española y un segundo respecto a la vivienda, con la crisis una de las mayores preocupaciones.
Resecto al primero, del total de la población inmigrante, el 52,2% está casada, mientras los solteros representan el 37,7% y el 10% restante son separados, divorciados o viudos. Un 30% de los extranjeros sin pareja convive en la actualidad con un ciudadano español y uno de cada cuatro inmigrantes casados ha contraído matrimonio con una persona nacida en España. Es decir, aproximadamente uno de cada tres inmigrantes está casado o convive con un español. La velocidad e “intensidad” del mestizaje en nuestra sociedad no tiene parangón con ningún otro país europeo con más larga tradición de inmigración: Alemania, Francia o Inglaterra. Habla muy bien de abierta y plural sociedad española históricamente construida a través del mestizaje. Es, además, un buen dato para valorar el grado de la “integración” de los inmigrantes en nuestro país. Algo que explica en parte por qué el 80,6% no tiene ninguna intención de irse de España en los próximos cinco años y el 24,8% tiene previsto traer a sus familiares a vivir con ellos. El otro dato significativo hace referencia a la vivienda. Vive en alquiler la mayor parte con el 40,3% de las familias. Sin embargo el 38,1% de los inmigrantes tiene vivienda en propiedad, de los que el 15,7% la tiene completamente pagada. Obviamente, establecerse en España es uno de los elementos que mueve a los inmigrantes a comprar un piso. Según la ONG América España Solidaridad y Cooperación (Aesco) hay 180 mil familias en riesgo de perder su vivienda. De éstas puede que la mitad sean familias inmigrantes. Las dificultades se multiplican ya que el paro golpea con más fuerza a los inmigrantes y las condiciones de los créditos bancarios son todavía las “agiotistas” que las firmadas con familias españolas. Según un estudio de Intermón Oxfam, los inmigrantes pagan de media entre el 3% y el 5% más que los españoles por sus créditos de vivienda. Justamente la ONG Aesco está formada por familias españolas e inmigrantes que buscan una solución al pago de la hipoteca. Aunque el gobierno quiera “repatriarlos” -con sus dudosos planes de retorno- la realidad es que “en las buenas y en las malas” los inmigrantes forman parte ya de la sociedad española. Y aquí son bienvenidos.