Dos informes «técnicos» del FMI y de la AIReF exigen mantener la limitación de la revalorización de las pensiones en el 0,25%, a sabiendas que están decretando el empobrecimiento durante las próximas décadas de los pensionistas presentes y futuros.
Justo en el momento en el que el PP se encuentra más aislado en la defensa de su modelo de revalorización de las pensiones -que limita al 0,25% el aumento de las jubilaciones, muy por debajo del coste de la vida, planificando el empobrecimiento de los pensionistas- y que el resto de partidos del arco parlamentario se plantean volver a ligar las prestaciones a la evolución del IPC, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) salen en auxilio de Moncloa.
Primero fue un informe de la AIReF, adelantando que la subida de las pensiones se mantendrá en el 0,25% hasta el 2022, lo cual significa que -con una inflación prevista este año y el siguiente en torno al 2%- los pensionistas perderán un 7% de poder adquisitivo los próximos 5 años. La pensión media es de 920 euros y por tanto una subida del 0,25% se traduciría en 2,3 euros más al mes de media al mes cada año hasta 2022. Pero teniendo en cuenta que la pensión más frecuente en nuestro país se sitúa por debajo de los 600 euros, la revalorización más usual será en torno a 1 euro al mes. Una miseria comparada, por ejemplo, con las galopantes subidas de las tarifas monopolistas, con una factura de la luz que ha subido un 80% en la última década.
Menos de una semana después le llegó el turno al análisis anual de la economía española que hace el FMI, plagado de las consabidas «recomendaciones» al gobierno de Rajoy. Entre ellas, el Fondo exige que las pensiones mantengan su revalorización en el 0,25% -«para repartir el coste del ajuste entre las generaciones», dice el informe- así como prolongar la vida laboral e incentivar los planes privados de pensiones.
Las reformas aprobadas en materia de pensiones (las de Zapatero y Rajoy) no deben ni pueden tocarse, exige la institución con sede en Washington. «España adoptó en 2011 y 2013 un paquete muy completo de reformas para responder a las presiones que el envejecimiento de la población ejerce sobre el gasto en pensiones. Las reformas aseguran la estabilidad financiera del sistema», dijo en rueda de prensa la economista jefe de la misión del FMI para España, Andrea Schaechter. El FMI argumenta que hay que impedir que las pensiones suban más allá del 0,25% anual «para que el sistema sea sostenible y el esfuerzo de ajuste se reparta entre generaciones».
Como si no hubiera más alternativa para financiar las pensiones que las que el FMI quiere ofrecer, el organismo dibuja un panorama apocalítico si alguien comete la temeridad de subir las pensiones para que los jubilados recuperen el poder adquisitivo que les ha sido usurpado los últimos años.
Actualmente, la pensión media en España representa el 80% del salario medio. El organismo admite sin empacho que con estas medidas la relación entre la pensión media y el salario medio caerá, será más baja y, por lo tanto, las prestaciones tendrán una menor capacidad de compra, condenando a los pensionistas a un continuo empobrecimiento.
El Fondo Monetario ha vuelto a arremeter con las «recetas» con las que viene insistiendo estos últimos años: retrasar aún más la edad de jubilación y abrir más camino a los fondos privados de pensiones. «Lo mejor sería aplicar un paquete de medidas que incentive trabajar durante más tiempo y fomente el ahorro complementario», ha dicho Schaechter, exhortando a que «por el bien de los pensionistas de hoy y mañana» en España la edad de jubilación se vincule de forma automática a la esperanza de vida «como se ha hecho en otros países». Planificando así -con ese tono gris, aséptico y burocrático de los «técnicos» del FMI- la reducción de los años en los que los asalariados, después de toda una vida de trabajo, pueden disfrutar de un periodo de retiro antes de su ocaso.
Por ‘ahorro complementario’, el FMI se refiere claramente al despegue del negocio bancario y monopolista de los fondos privados de pensiones. Un enormemente lucrativo negocio que, controlado y manejado por la gran banca mundial, mueve 12,7 billones de euros en el planeta. Lo que persiguen los grandes bancos extranjeros y españoles es explotar concienzudamente este negocio en España. Pero tal cosa tiene como condición indispensable la degradación, el empobrecimiento y el desmantelamiento parcial del sistema público de pensiones español. Para que florezca su lucro privado tienen que condenar a languidecer el sistema público de pensiones, levantado con el esfuerzo de todos.
Recortar las pensiones, elevar la edad de jubilación, o aumentar el número de años para calcular su cuantía sirve para que cualquier persona que prevea que en su vejez le va a quedar una pensión pública insuficiente o miserable, dedique en el presente una parte de su salario para pagarse un fondo privado. Cuanto menores sean nuestras pensiones públicas, una mayor parte de nuestros salarios, rentas y ahorros dejarán de ser para nuestro consumo personal y se convertirán en capital en manos de los grandes bancos y aseguradoras para aumentar su riqueza. Estos son los intereses detrás de los informes “técnicos” y “asépticos” de la AIReF y el FMI.
José Antonio Alemán Clares dice:
Magnífico análisis. Escueto y riguroso en su desarrollo y conclusión. Me gustaría que este y otros análisis que hacéis fuera divulgados y conocidos por millones de personas. Un saludo