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FMI: España tardará 15 años en reducir el paro a la mitad

Como es tradicional, el FMI había anticipado al Gobierno las previsiones que iba a hacer públicas en Washington con ocasión de la celebración de la asamblea conjunta del Fondo y del Banco Mundial. Por más que se quiera ser optimista cuesta mucho trabajo poner buena cara. Las previsiones que acechan al crecimiento económico de nuestro país son sombrías. Al ritmo de crecimiento previsto hasta el 2018, España tardará 15 años en reducir el paro de los casi 6 millones actuales, según la EPA, a 3 millones. Resulta difícil ni siquiera imaginar ser optimista. Lógico que ni Cristóbal Montoro, ni Luis de Guindos, los principales responsables del programa económico del Gobierno, hicieran ayer la menor mención al informe del FMI.

El mensaje que ha enviado el Fondo Monetario Internacional es muy sencillo, la contracción este año será del 1,3, el crecimiento económico el año que viene será del 0,2 por ciento, con lo que no solo no resulta imposible crear empleo. Habrá más de 150.000 parados más. Poniendo 150.000, por poner una cifra, porque ya sabemos que las previsiones sirven para tener un indicativo, porque luego las previsiones nunca se cumplen.

El estudio elaborado hace ya unos años por uno de los Colegios económicos de Cambridge puso en evidencia que en los más de 100 años de previsiones presupuestarias del Gobierno del Reino Unido, nunca, ni una sola vez habían coincidido. Más próximos a nosotros, desde que la Constitución aprobará en 1978 que el Gobierno tuviera que elaborar unos Presupuestos Generales del Estado para que se los aprobaran Las Cortes, nunca la realidad ha venido a confirmar las previsiones. Algunas de las desviaciones sobre el crecimiento han sido muy notables, de hasta más del 50 %.

En esta ocasión el miembro del Gobierno que está más en concordancia con lo pronosticado con el Fondo Monetario Internacional es el ministro de Economía y Competencia, Luis de Guindos que ha reconocido que el crecimiento para el próximo año será prácticamente nulo, y que el paro estará en tasas muy próximas al 27 % que sufrimos actualmente.

Lo malo de estas previsiones es que el FMI las ha elaborado solo unos días después de que sus inspectores hayan abandonado España tras haber contactado con los principales economistas del país, con los principales banqueros y empresarios y tras mostrar una profunda preocupación por la falta de la circulación del crédito. Como recuerdo lo importante que eran las advertencias que lanzaba en su época de diputado José Ramón Lasuén de que sin circulación de moneda, la economía no funciona. Y es una de las peores previsiones del FMI. No ve crecimiento del crédito.

Pese a la insistencia del titular de Hacienda en lanzar el mensaje de que estamos ante un nuevo milagro, que los Presupuesto para el año que viene, además de ser profundamente sociales, serán los Presupuestos del crecimiento y de la creación de empleo, el FMI todavía no lo ve claro. Hemos acabado con la recesión, pero como alertan al presidente del Gobierno algunos de los expertos del partido, el riesgo es que la gráfica de nuestra evolución económica se parezca mucho a lo sucedido en Japón. Diez años de movimiento lateral con un crecimiento insuficiente para absorber la enorme masa laboral en paro.

Está bien la mejora de las exportaciones, España vuelve a resultar atractivo para los inversiones, aunque hay que decirlo todo, en muchos casos sobre activos que han sufrido una pérdida de más del 75 % de su valor en libros, y el turismo recupera el aliento. Pero ateniéndonos a las previsiones del FMI, serán necesarios 15 años para reducir el paro a 3 millones de personas. Y ojo con el endeudamiento. También con el público. Supone otro dolor de cabeza para los economistas.

Es comprensible que Rajoy trate de trasladar algo de optimismo a la opinión pública. Considera que tras el final de la recesión está el final de la crisis que se producirá en el 2014. En esto está claro que existe una discrepancia con las previsiones del FMI. Pero claro quien tiene que presentarse a las elecciones no son los hombres del Fondo, sino el equipo de Mariano Rajoy. Y no quieren acabar como la UCD, ahora que Fernando Ónega, nos pone sobreaviso con su libro ‘Puedo prometer y prometo’.

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