Música

Flamenco Festival ´09

A partir del dí­a 12 de este mes Washington, Nueva Cork, Boston, Los Ángeles, San Francisco, Miami y Londres serán los puntos de ruta que recorrerá hasta marzo el «Flamenco Festival ´09». Estrella Morente en el Carnegie Hall, Arcángel y Dorantes en el Lisner Auditórium, Isabel Bayón en Boston y Nueva York; Merche Esmeralda, Belén Maya, Diana Navarro y Rocí­o Molina en el Sadler´s Wells de Londres; la Compañí­a Antonio Gades, Eva Yerbabuena y el Ballet Nacional.

Rosario Toledo o la dinastía de Los Farruco son anunciados en la rogramación del New York Center a todo cartel. Fundado en el 2001, el Flamenco Festival es uno de los más importantes eventos fuera de nuestras fronteras. En siete años ha recorrido China, Japón, Canadá, Australia y media Europa. Miguel Marín, director del Festival, lleva nuestra atención sobre dos elementos presentes en la pasión hispanista que alimenta el evento. Primero: “El cante jondo es difícil de tararear, de cantar y de repetir. Pero no es tan difícil conectar con él”. En realidad, como decía el maestro Falla, “el Cante Jondo es el único género del cante en nuestro continente que ha conservado en toda su pureza las cualidades más profundas de las canciones primitivas de la raza oriental.". Un cante de color espiritual que conecta, pero que lo hace con profundas raíces que no son patrimonio exclusivo ni de España, ni de los gitanos. Ellos son los magos que filtraron el elixir para que ahora todos podamos disfrutar de él. No es de extrañar que existan más escuelas sólo en Japón que en España. Segundo: “El flamenco es una forma de expresión en la que las bailaoras mandan en el escenario y todos los hombres están a su servicio”, “a diferencia del jazz o la música clásica, en el flamenco quien manda es el baile”. Si el Cante Jondo es el color espiritual, el baile es el color de la tierra. El historiador Menéndez Pidal nos muestra como el poeta hispanorromano Marcial y el historiador griego Estrabón nos remiten a las “puellae gaditanae”, bailaoras tartésicas de danza sensual con movimientos bruscos y repentinos. Si a la confluencia de naciones en el corazón de Córdoba, le inyectamos el poder del matriarcado ibérico de las novelas de Ana Tortajada y su “Dama de Elche”, el poder de la madre y la sensualidad de la hembra se hacen imparables atravesando cada sustrato romano, hispano, africano, árabe, iraquí y gitano sobre el que se ha construido el arte del embrujo, el baile flamenco. No es de extrañar que el Flamenco Festival fulgure en el panorama internacional de forma tan apabullante. Tiembla junco y penumbra a la orilla del río. Se riza el aire gris. Los olivos están cargados de gritos. (“Poemas de Cante Jondo”, Federico García Lorca)

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