Lo mejor de la literatura

Fieles a la palabra

Desde escritores, como Juan Marsé, responsables de construir gran parte del imaginario literario de las últimas décadas, hasta editores como Jorge Herralde, un sí­mbolo para la edición independiente, muchos fieles a la palabra y a su independencia han surcado estas páginas, conformando un crisol plural e independiente… un año más, pero ahora más que nunca.

Juan Marsé«Esos políticos ni siquiera saben formular verbalmente una sola idea que merezca alguna atención»Usted ha dicho que el verdadero centro de “Caligrafía de los sueños” es la señora Mir, que busca la felicidad con todo su derecho. ¿Es esa búsqueda uno de los motores esenciales de su literatura?No. La búsqueda de la felicidad, el derecho a la felicidad, debería ser el motivo esencial de nuestra vida. No se hace buena literatura con buenas intenciones. Sencillamente, la señora Mir busca desesperadamente la felicidad, cree en la felicidad, lucha por conseguirla, y fracasa. He conocido a bastantes mujeres con ese afán y ese coraje, en el límite de lo grotesco o lo ridículo, y siempre me han admirado.En sus novelas vuelve permanentemente a su infancia en la Barcelona de la posguerra. ¿Le ayuda a comprender mejor el presente?Yo no escribo novelas para comprender el presente. Por favor, no me confunda con un sociólogo disfrazado de novelista, una especie fraudulenta que hoy abunda. En cuanto a la Barcelona de la postguerra… Verá Vd. en aquellos años fue cuando me ocurrieron las cosas más importantes de mi vida. Decía Leonardo Sciascia que todo sucede en los primeros diez o quince años de nuestra vida. Por otra parte, de un modo u otro, en todas mis novelas he querido ser fiel a los sueños de entonces, de los años de plomo del franquismo. Y no me gusta ser por ello bocado de estudiosos y eruditos de la literatura. No escribo para ellos.Barcelona es el escenario de casi toda su obra. ¿Se puede comprender Barcelona sin personajes vitales y mestizos como los que aparecen en sus novelas?En Barcelona están los escenarios de mi obra porque, sencillamente, yo nací en esa ciudad, y opino que un escritor debe escribir de lo que conoce. Si hubiese nacido en Bilbao, pues habría escrito historias de Bilbao, seguro. En cuanto a comprender Barcelona… Bueno, eso son palabras mayores. La imaginación devora a veces el testimonio y la memoria. He explicado muchas veces que la escenografía de mis novelas es un coctel de barrios: Gracia, La Salud, el Guinardó, el Carmelo, Horta. No es fiel, es reinventada. Es, ya, un barrio mental.¿Cómo ha cambiado Barcelona desde entonces?Físicamente ha cambiado mucho, como tantas ciudades españolas. Animicamente, también. La encuentro una ciudad «ensupida», que decimos en catalán. Ensimismada, engreída e insolidaria. Y sobre todo resignada a unos poderes políticos (ojo: tanto centrales como autonómicos) ineficientes, tontorrones, cegatos, presuntuosos, televisivos, jetas y corruptos. De todo hay. No es solo que no haya un solo proyecto político y social que despierte el menor interés en los ciudadanos, es que esos políticos ni siquiera saben formular verbalmente una sola idea que merezca alguna atención.Jorge HerraldeEditor de Anagrama«En los últimos años han aparecido más de un centenar de editoriales independientes»Anagrama nació en el 69. Desde entonces con la censura hasta hoy ¿cómo ha cambiado el mercado editorial? Hasta la muerte de Franco había que luchar contra la censura franquista, ahora hay que luchar contra la censura del mercado. En los años 80 se produce la concentración de las grandes editoriales es tres grandes grupos, y cada vez es más complicado para las editoriales independientes. Editoriales como Anagrama apuestan por una literatura seria, exigente e innovadora mientras la literatura tiende a la banalización. Y sin embargo sorprende la multitud de pequeñas editoriales independientes que cada vez se consolidan más. Editoriales independientes con tres o cuatro décadas como Siruelas, Tusquets o Pretextos, entre otras, están muy asentadas y siguen en el ring. Y en los últimos años han aparecido más de un centenar de editoriales independientes, muy a menudo con una gran ambición literaria, que publican entre 10 y 15 libros al año. Es un síntoma muy positivo y dado que los costes son muy baratos no creo que la crisis les afecte demasiado. ¿No recuerda un poco a la aparición en los 60´de todas esa editoriales como Seix Barral, Tusquets,y por supuesto Anagrama que hoy son fundamentales? No es comparable, porque entonces fueron unas pocas y ahora es un centenar. Es un fenómeno distinto, yo creo que ahora lo tienen más difícil porque la competencia de los grandes grupos es mayor. Anagrama es una editorial de vanguardia, un referente pero sobre todo una editorial fundamental por su increíble catálogo de más de 3000 títulos que ya querría Planeta. Son 40 años trabajando. Publicamos entre 70 y 90 novedades editoriales al año de la mejor narrativa española y extranjera pero también a través del ensayo con la colección Argumentos y los reportajes en el ámbito de la colección Crónicas. Es un proyecto muy deliberado de intentar buscar el talento allá donde se encuentre y con una exigencia de calidad que hemos mantenido sin bajar la guardia. Los grandes grupos editoriales necesitan autores ya contrastados para el mercado, y de cuando en cuando publican un autor nuevo, pero la mayoría de las veces no arriesgan. Jorge Lago Editor de Lengua de Trapo «Hay una sociedad civil por debajo creando con ganas de hacer cosas con mucho más fuerza de lo se creía»¿Cómo compite una editorial pequeña con los grandes grupos editoriales? No compite, se dirige a mercados distintos. Es imposible competir con ellos, además, no es interesante hacer lo que hacen ellos. Cuidamos muchos los contenidos, los autores, publicamos por literatura no por dinero. Apostamos por nuevos talentos, autores independientes al margen de lo oficial y fomentamos nuevos autores en castellano que otras editoriales no publican porque no quieren arriesgar. Traducimos autores poco difundidos y publicamos una línea de ensayo crítico que permita formar una imagen crítica del mundo más allá de la imagen única que producen los medios. Sorprende la multitud y variedad de editoriales independientes que existen en España frente a grupos cada vez más gigantescos.Que haya tantas y tan buenas editoriales independientes nos beneficia a todos. Alguien podría pensar y con razón que nos comemos el terreno unos a otros. Pero no es así. Está comprobado con números que esto nos ha facilitado el mercado los unos a los otros y ha creado un mercado paralelo potente que va generando su propio lector. Los que menos libros vendían son lo que más crecen hoy y los que más libros vendían antes son los que menos crecen. La pequeña editorial publica entre diez y treinta títulos al año. A pesar de la crisis y las dificultades trabajamos bien. El mercado cambia y cada vez funcionan las pequeñas que cuidan las ediciones y no van al libro fácil que funciona cada vez menos. Las movilizaciones del 15 M demuestran una sociedad llena de energía, con cientos de propuestas e iniciativas contra los recortes. De alguna manera en la cultura tenía que ocurrir lo mismo, en este caso con el ejemplo de un centenar pequeñas editoriales Claro, parecía que todo era lo que se veía en una especie de velo. Dos partidos pol?ticos, tres grandes editoriales, tres grupos medi?ticos grandes… y que lo demás no era nada. Y la verdad es que hay una sociedad civil por debajo creando con ganas de hacer cosas con mucho más fuerza de lo se creía.

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