* Joan Fuster es sindicalista y corresponsable de la sección de Movimiento Obrero de Unificación Comunista de España
Un hilo de color verde dolar une los bolsillos de la gran patronal española y los fondos de inversion americanos, con los dirigentes de PP, VOX y JUNTS. Aunque sorprenda, esta «santa alianza reaccionária» no es nueva. Su objetivo, aumentar de forma insultante sus beneficios super explotando a la clase obrera y para para conseguirlo necesitan debilitar al máximo la organización de los trabajadores en los centros de trabajo.
En 2018 el Gobierno de Rajoy envalentonado por haber impuesto su reforma laboral unos años antes, intentó hacer retroceder aún más al sindicalismo de clase y se propuso acabar con los comités en las empresas de más de 50 trabajadores, pero no lo consiguió. La moción de censura que acabó con el Gobierno del PP paralizó sus planes. Hoy vuelven a la carga los mismos actores de entonces. El PP, Garamendi, VOX y JUNTS,se ven envalentonados esta vez, por las arengas reaccionarias de Trump contra cualquier tipo de organización que defienda los intereses de la clase obrera. Y esto en España pasa por acabar con los comités en las empresas de 50 a 250 trabajadores.
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¿Qué pretenden?
Acabar con la celula básica del sindicalismo, la representación organizada y colegiada de todos los trabajadores en una empresa, cuyos miembros han sido elegidos democraticamente entre los compañeros. Los comités de empresa tienen las herramientas necesarias en forma de derechos conquistados colectivamente durante años de lucha obrera, por ejemplo, donde existe un comité, la empresa debe informarle y consultar todo lo que pueda afectar a los trabajadores. Un comité unido y con una relación democratica con los trabajadores, ejerce de verdadero contrapoder y puede frenar los abusos y la arbitrariedad patronal cuandopiensa que tanto el capital como los trabajadores somos de su propiedad y tienen la libertad de utilizarnos hasta la extenuación y despues deshecharnos como una mercancía obsoleta.
No podemos olvidar tampoco, que con esa normativa desaparecerían los comités de prevención que tantas vidas han salvado.
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¿A quién afectaría?

En 2024, 11 millones de trabajadores lo hacen en pequeñas y medianas empresas, un 61% del total. El 15% de esas PYMES estan englobadas en el segmento de 50 a 250 trabajadores. Pero esta medida no se quedaria ahí ya que las grandes empresas podrían crear nuevos grupos de trabajo y segregar nuevas empresa ajustadas a ese criterio y dejarían de estar obligadas a tener comité de empresa.
Según la propuesta del PP, la obligatoriedad de tener comité de empresa a partir de los 50 trabajadores estaría limitando la posibilidad de crecimiento de las empresas. Sin embargo, unas 20.000 empresas que están en ese segmento y que tienen representación sindical son, según la propia CEPYME «los que verdaderamente crean empleo y riqueza en este país», y lo que es indudable es que la presencia de los Comités de Empresa son la garantía de mejores y más estables condiciones de trabajo.
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¿Cómo pueden atreverse siquiera a pensarlo?
Según datos de anteriores periodos de elecciones sindicales, hay sobre un 40% de empresas con ese numero de empleados que no tienen representación sindical. Dentro de ese porcentaje tenemos Industria, servicios financieros, transporte y servicios públicos que si alcanzan el 55 y 65% de representación, pero en construcción, agricultura o comercio y hostelería solo ronda el 30 % y nos encontramos en un escaso 15% en servicios personales o a la comunidad. Sin entrar en valorar en que condiciones pueden ejercen esos comités sus derechos, estos datos muestran una realidad que nos debe hacer reflexionar y es que la situación en estas empresas es más favorable a la patronal que a los trabajadores.
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¿Qué hacer?
Reforzar la organización sindical en las empresas donde sea débil o no exista. Formar a nuevos delegados con conciencia de clase capaces de enfrentarse a los retos de una ofensiva reaccionaria desde la unidad y la lucha, desde la independencia y la democracia principios fundamentales del sindicalismo de clase. No podemos seguir con un modelo sindical orientado en exclusiva a la gran empresa. Ampliar la participación democrática de los trabajadores en todo lo que les afecte y vincularlos a las elecciones sindicales frente a la patronal que lo que hace siempre es fomentar la división y la opacidad en la toma de decisiones o procesos electorales. Reforzar los comités, aumentar el numero de procesos electorales y aumentar la participación de los trabajadores en las PYMES es la clave.

