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Fantastic Spain

El dinero vuelve a España. Estaría loco si no lo hiciera. Y el dinero ni está loco, ni es tonto. Después de mucho esfuerzo y sacrificios masivos, nos hemos convertido al fin en el gran chollo de la economía mundial. Somos un todo a cien abierto veinticuatro horas.

La Bolsa recupera los diez mil puntos y los mercados ya descuentan exuberantes el inicio de la recuperación económica. La cosa va tan en serio que el Increíble Montoro ha dado un ultimátum a la crisis, concediéndole hasta el 2014 como plazo para acabarse. Mariano Rajoy ya avisa: salimos de la recesión como el primo de Zumosol, reforzados y saneados.

Estamos tan bien que vamos a recortar otros 19.000 millones durante los próximos dos años solo para que los mercados vean que podemos. También nos vamos a cepillar los servicios sociales municipales, porque seguramente no harán falta ahora que llega tanta bonanza. Las mismas comunidades autónomas que se declaraban quebradas hace unos meses para despedir médicos y maestros, anuncian ahora nuevas rebajas fiscales a un año de las elecciones.

Tres millones de pobres y doce millones bajo el umbral de la pobreza, uno de cada cuatro españoles en edad de trabajar en paro y la previsión de que durante 2014 desaparezcan un 25% más de empresas, un nuevo récord de morosidad bancaria y más caídas de la facturación industrial. Cómo va a recuperarse un país que crecerá por debajo del 1% mientras las rentas del trabajo caen por encima del 5% no es un misterio, será todo un milagro.

Aunque se lo parezca, no hay contradicción. “España vive un momento fantástico, llega el dinero de todas partes”, ha dicho Emilio Botín. Ha provocado muchas risas y alguna indignación, pero lo cierto es que tiene más razón que un santo. El dinero vuelve a España. Estaría loco si no lo hiciera. Y el dinero ni está loco, ni es tonto. Después de mucho esfuerzo y sacrificios masivos, nos hemos convertido al fin en el gran chollo de la economía mundial. Somos un todo a cien abierto veinticuatro horas.

Tras la reforma laboral, ofrecemos una de las fuerzas de trabajo más baratas y mejor formadas del mundo. Despojado de derechos básicos para equilibrar mínimamente una negociación laboral, el trabajador español o trabaja, o revienta. Por el lado de los impuestos, además de saber que ahora paga menos del 10% de los beneficios, el dinero opera con la seguridad de que eso no cambiará pase lo que pase. Entre subir impuestos y reducir gasto, el actual gobierno español siempre elegirá podar en sanidad o educación.

El dinero ha aprendido durante esta crisis otra cosa muy importante sobre España. Invertir aquí es un negocio blindado. Si algo va mal, siempre aparecerá un gobierno dispuesto a socializar las pérdidas con dinero de los impuestos y deuda pública. Especular en España tiene premio seguro, como las promociones de los bancos. A usted le toca una aspiradora o un secador. A ellos bonos y letras con sabrosos intereses .

Trabajo a precio de saldo, impuestos de mentirijillas e inversión asegurada contra todo riesgo. Tal y como lo ve el dinero, España no es diferente, España es fantástica, como en aquella canción del anuncio.

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