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Excusa de EEUU de «seguridad nacional» resulta contraproducente

No ha sido una coincidencia que el fabricante chino de equipos de construcción Grupo Sany haya demandado al presidente estadounidense Barack Obama y que la compañía china de telecomunicaciones Huawei haya sido exonerada de las sospechas de espionaje a raíz de una revisión ordenada por la Casa Blanca.A las dos empresas chinas se les prohibió invertir en el mercado de EEUU por representar supuestamente «riesgos a la seguridad nacional».Sin embargo, la excusa de la seguridad nacional ha acabado por resultar contraproducente, ya que algunos políticos de Estados Unidos se sacaron algo de la manga cuando no había nada.Obama había emitido una orden presidencial para evitar que Ralls Corp., propiedad de dos ejecutivos del Grupo Sany, adquirieran cuatro parques eólicos en Boardman, Oregón, citando riesgos a la seguridad nacional por su ubicación cercana al Centro de Entrenamiento de Sistemas de Armamento Naval.Ha sido la primera vez desde 1990 que un presidente estadounidense formalmente bloquea una transacción comercial o ha exigido una venta por tales motivos.La Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes de EEUU recientemente emitió un informe sin fundamento en que se alegaba que las compañías chinas Huawei y ZTE representaban una posible amenaza a la seguridad nacional de EEUU.El informe recomendaba que los reguladores bloquearan a Huawei y ZTE en adquisiciones de empresas estadounidenses, y agregaba que los sistemas informáticos del gobierno no debían incluir componentes fabricados por ellas, ya que «podrían suponer un riesgo de espionaje».Sin embargo, informes de prensa del miércoles indicaban que la revisión ordenada por la Casa Blanca en torno a los riesgos a la seguridad para las empresas estadounidenses de telecomunicaciones planteados por los proveedores no había hallado pruebas claras de que Huawei hubiese incurrido en espionaje para China.Xiang Wenbo, director del Grupo Sany, dijo en una conferencia de prensa celebrada ayer jueves que han tenido que demandar a Obama porque este había emitido una normativa injusta que tuvo un gran impacto en la empresa.Hay otras granjas eólicas, incluyendo 27 turbinas eólicas danesas, en la zona.Sany propuso trasladar o reubicar los parques eólicos después que se plantearan las objeciones, pero no se les permitió. Las autoridades estadounidenses se apoderaron de sus bienes y propiedades sin compensación alguna, comportándose como «matones», se quejó Xiang.La medida no sólo viola los acuerdos comerciales firmados entre China y EEUU, sino que también va en contra de la Constitución de EEUU, que protege la propiedad privada. Sin duda, tendrá graves consecuencias en la inversión directa bilateral entre China y EEUU.Si se trata de una señal que Obama quiere enviar a los inversores chinos, es una muy negativa. Los inversores podrían reconsiderar sus decisiones si sus bienes van a ser manejados sin base legal ni lógica comercial.Tratar de semejante manera a las empresas chinas en el nombre de la «seguridad nacional» traiciona el espíritu estadounidense de apertura.Y por su parte, recurir a la ley demuestra la confianza de las compañías chinas en la protección de sus propios intereses.

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