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Excepto Brawn

Cada vez son más los patrocinadores, una de las principales fuentes de ingreso en la Fórmula 1, los que abandonan el negocio: ING, Mutua Madrileña, Royal Bank of Scotland, Petrobas… evidentemente lo hacen por el esfuerzo económico que les supone en época de crisis. De hecho las entidades financieras han sido las primeras en dejar de invertir en los circuitos. La F-1 tampoco se libra: el motor de este deporte hace aguas.

En febrero de este año, Royal Bank of Scotland, ante los asfixiantes roblemas de liquidez abandonó el patrocinio de Williams antes del término de su contrato, que expiraba en el 2010. La entidad aportaba más del 15% del presupuesto de la escudería, lo que llevó al presidente del equipo a adelantar que en esta temporada difícilmente podrían alcanzar el nivel competitivo necesario para competir en primera línea. También Lenovo o Petrobas decidieron suspender los acuerdos alcanzados con la escudería británica, lo que ha agravado enormemente la situación de Williams en la competición. Pero tampoco Renault se libra. Sus principales marcas, ING y Mutua Madrileña, se retiran, lo que supone la pérdida del monto más importante de financiación, especialmente en el caso de la entidad financiera. ING ha anunciado el fin de su relación con Renault para el año que viene. Dependerá de la entrada de otros patrocinadores que la escudería tenga que afrontar decisiones de carácter estructural. "Nuestro deporte se enfrenta a una profunda reestructuración a consecuencia de la difícil situación financiera mundial", aseguraba hace unos meses el jefe de equipo de Renault, Flavio Briatore. La FIA anunció recientemente la imposición de límites económicos para las escuderías del Mundial democratizando aparentemente la competición. Por el contrario, al equipo revelación de la presente temporada, Brawn GP, le llueven las ofertas. Hasta el momento, tan sólo ha llegado a un acuerdo con cuatro patrocinadores: Virgin, Bridgestone, Ray-Ban y MIG Investments, pero no sería descartable que en las próximas fechas entrasen otras empresas para esponsorizar la escudería de Ross Brawn, entre ellas, Bwin, que, según se rumorea en el paddock, podría entrar en breves fechas a formar parte del primer clasificado del Mundial. Curioso es el caso de Virgin, patrocinador principal de Brawn GP. El sello discográfico, cuya presidencia posee Richard Branson, ha desarrollado una nueva forma de patrocinio: financia sus esponsorización por carreras en lugar de por temporadas. Así, Virgin paga 190.000 euros a Brawn por Gran Premio, una nueva manera de participar en una escudería sin necesidad de atarse las manos. Es una iniciativa innovadora, ya que permite a los patrocinadores no realizar desembolsos excesivos a largo plazo. Sin embargo, también tiene sus puntos negativos, sobre todo de cara a los equipos, quienes se encuentran ante la inseguridad de que una determinada marca quiera renovar su contrato de una carrera para la siguiente. Aún así, Virgin parece ir en serio con Brawn GP, y los buenos resultados de la escudería son el mejor seguro para reafirmar la continuidad de la marca como principal patrocinador. Pese a todo no deja de ser una adaptación coyuntural en una situación de muy difícil solución, pues se trata de un deporte con unas necesidades de inversión siderales.

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