Europa y el G-20

Europa no sabe como salir del agujero negro

Añadió que pese a que «hemos elaborado el mayor programa coyuntural de la historia», las medidas tomadas hasta ahora «no son suficientes», por lo que la reunión de Londres deberá aportar «más estí­mulos para reactivar la economí­a».

La canciller alemana, Angela Merkel, subrayó hoy que el catálogo de siete untos consensuado en Berlí­n por los principales paí­ses de la Unión Europea tiene como fin «recuperar la confianza de los mercados» y la creación de «un nuevo orden financiero internacional».Merkel hizo estas declaraciones al término de la reunión celebrada en Berlí­n por los jefes de Estado y gobierno y los ministros de Finanzas del G7 -Alemania, Francia, Gran Bretaña e Italia-, además de los de España, la República Checa, Holanda y Luxemburgo, para preparar la cumbre del G20, que se celebrará en Londres el 2 de abril próximo.La canciller alemana destacó que los paí­ses de la UE acudirán con una postura «sólida y conjunta» a la cita del G20 en la capital británica.»Londres debe ser un éxito», dijo la canciller alemana, que explicó seguidamente los siete puntos del catálogo de propuestas con las que la Unión Europea acudirá a la capital británica para ayudar a resolver la crisis financiera y económica mundial.El primer ministro británico, Gordon Brown, señaló que «nuestra prioridad» es la gente que tiene problemas para pagar su hipoteca y quienes están amenazados con la pérdida de su empleo.Añadió que pese a que «hemos elaborado el mayor programa coyuntural de la historia», las medidas tomadas hasta ahora «no son suficientes», por lo que la reunión de Londres deberá aportar «más estí­mulos para reactivar la economí­a».A su vez, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, afirmó que la cumbre en la capital británica es «la última oportunidad» para encarrilar la crisis y dijo que los paí­ses industrializados y las naciones emergentes no pueden permitirse un fracaso de la misma.Los principales paí­ses de la Unión Europea (UE) consensuaron hoy en Berlí­n un catálogo de siete puntos con propuestas para hacer frente a la crisis económica mundial, que contempla medidas estrictas de control de los mercados financieros y otorga protagonismo al Fondo Monetario Internacional (FMI).Asimismo, exige que todos los productos financieros de riesgo, como los «hedge funds», y las agencias de calificación de riesgos (rating) sean sometidos a una entidad reguladora que controle estrictamente su funcionamiento.El catálogo contempla también el desarrollo de un mecanismo de sanciones para una mejor protección ante los peligros que puedan surgir de jurisdicciones que no cooperen, incluidos los paraí­sos fiscales.Los asistentes a la cita de Berlí­n destacaron también la necesidad de que los bancos aprovechen las épocas de bonanza económica para crear «colchones de capital» en los que poder apoyarse en tiempos difí­ciles.Los Estados europeos coinciden también en que se deben tomar medidas para evitar que se distorsione la competencia y subrayan que esperan lo mismo del resto de los miembros del G-20 (grupo de paí­ses ricos y emergentes) en el encuentro de Londres.En ese sentido, se comprometen a no aplicar medidas proteccionistas y a impulsar la ronda de Doha de la Organización Mundial del Comercio (OMC).Finalmente, proponen duplicar los fondos del FMI para que pueda ayudar con rapidez y flexibilidad a aquellos miembros con problemas en sus balanzas de pago.»Si esta vez no se toman decisiones estructurales, la gente se sublevará y tendrá razón», advirtió hace dí­as el lí­der francés, Nicolas Sarkozy.El compromiso de rebajar barreras al comercio mundial en 2008 fracasó. De los cambios en el sistema de regulación financiera apenas hay noticias. Los paquetes fiscales y las intervenciones públicas no tapan aún las brechas de la recesión y el colapso del sistema bancario. Y las reformas de los organismos internacionales avanzan a cámara lenta.Todos los gobiernos europeos han estado aprobando polí­ticas muy parecidas, desde paquetes de medidas destinados a la reactivación económica hasta planes de emergencia para salvar a la banca de su «fracaso final».El clima de emergencia económica se ha impuesto por encima de cualquier otra consideración y quienes eran más renuentes a la hora de incrementar el gasto público para hacer que vuelva el crecimiento económico (Angela Merkel) han terminado por acometer planes ingentes de gasto, y quienes desafiaron a la opinión pública negándose a rescatar a sus bancos con dinero público (Banco de Inglaterra) han tenido que terminar por nacionalizar parcialmente su sistema financiero.Mientras la poderosa Alemania tení­a el privilegio dudoso de ser el domicilio de los primeros bancos quebrados en esta crisis o la financiera Inglaterra el dudoso honor de haber vivido el único pánico desde la Gran Depresión, ni Benelux, ni Francia ni Italia se han salvado. Ni probablemente se salvará España, por la magnitud de su problema inmobiliario.

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