Mil kilos de explosivos, decenas de bombas lapa, armas y municiones… un arsenal dispuesto para matar

ETA verano sangriento

La zarpa del terrorismo etarra ha vuelto a ensangrentar un rincón de España. El pasado 29 de julio intentó la masacre de guardias civiles y sus familias en la casa cuartel de la Guardia Civil de Burgos con un coche cargado con 300 kilos de explosivos -como ya lo hizo en los atentados a la casa cuartel de Zaragoza en noviembre de 1987 o la casa cuartel de Vic en mayo de 1991- y acabó asesinando, 24 horas después en Calviá, el corazón turí­stico de Mallorca, a los guardias civiles Carlos Sáenz de Tejada y Diego Salvá Lezaún.

La reacción olicial y la “colaboración” (llena de interrogantes) francesa se han saldado, al menos hasta ahora, con la detención del comando de infraestructura de ETA (Alberto Machain, Andoni Sarasola y Aitzol Etxaburu), encargado de suministrar armas y explosivos a los comandos terroristas, y el desmantelamiento de 13 zulos donde la banda terrorista almacenaba un auténtico arsenal: mil kilos de explosivos, decenas de bombas lapa dispuestas para ser utilizadas, armas y material suficiente para cometer múltiples atentados que podrían haber causado un número indeterminado de víctimas.Sin embargo el balance final de este verano sangriento no puede dejar de ser inquietante: ETA sigue siendo uno de los puntos débiles de nuestro país a través del que actúan poderosos intereses internos pero también externos a nosotros.Centros de poderExiste la sospecha permanente de que a través de ETA actúan centros de poder interesados en mantener abierta esa herida. Los atentados de este verano en Burgos y Mallorca no sólo son parte de un mismo plan sino que en su comisión aparecen elementos más propios de “los servicios de inteligencia” que de un aparato terrorista “en descomposición” como se dice desde el gobierno. La elección de los atentados: un cuartel de grandes dimensiones, donde se podía haber provocado una auténtica masacre de guardias y familiares (la noche del atentado dormían 200 personas, entre ellas 40 niños), y uno de los centros turísticos con más impacto internacional y más sensibles de nuestra economía. El grado de información necesaria para la preparación y ejecución de los atentados. Los expertos han señalado la “información precisa” que tenían sobre la Comandancia de Burgos y sobre la situación del cuartel de Calviá en Mallorca, una de las zonas teóricamente más vigiladas por la presencia en sus cercanías del jefe del Estado y su familia.El santuarioUn segundo factor sigue estando en el centro del problema, la persistencia del santuario francés. Pese a todo, a las reiteradas muestras de “colaboración” de las autoridades francesas, pase lo que pase, el territorio de nuestros vecinos franceses sigue acogiendo la base de operaciones y aprovisionamiento de armas y explosivos, y el principal refugio y baluarte defensivo del terrorismo etarra.No cabe duda de que tras los atentados de Burgos y Mallorca la banda terrorista ha recibido un duro golpe en sus líneas de abastecimiento de armas y explosivos a los comandos. En territorio francés se han desmantelado trece zulos en los que almacenaban casi mil kilos de explosivos, decenas de bombas lapa ya preparadas, material electrónico, armas, munición y matriculas falsas. Con lo que sin duda se han evitado más muertes y víctimas. ¿Pero no es preocupante que se hayan desmantelado por la información suministrada por los cuerpos policiales españoles cuando los servicios de seguridad franceses son los que están sobre el terreno? La sospecha de que el Estado francés no hace todo lo que podría para acabar con el refugio etarra permanece cada día más activa. Máxime cuando venimos de épocas demasiado recientes en las que abiertamente numerosos medios del entonces eje franco-alemán abogaban por someter a España a sus implacables “elementos de tortura”, o lo que es lo mismo a sus eternos proyectos para desestabilizar España.

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