La fractura de las cárceles se muestra imparable

ETA rota desde dentro

El 1 de Marzo ha creado una situación histórica en Euskadi, la pérdida por parte del PNV del Gobierno Vasco. Ahora es otro momento histórico para la propia banda armada: la petición de cese de la lucha armada procedente de sus propias filas por primera vez.

Las razones rincipales son el malestar ante la deriva de la banda, agudizada desde su propia decisión de romper la tregua, en un contexto donde muchos veían la posibilidad de un fin dialogado y la posibilidad de una futura libertad.Desde sus propias palabras hablan de ETA les condena a “morir a fuego lento”Es una situación absolutamente crítica, pues la mitad de su apoyo proviene de los familiares de sus presos.Y así se dan dos situaciones, la de los críticos que se están empezando a organizar discretamente en canales alternativos utilizados hasta ahora por la izquierda abertzale.A la vez la banda trata de utilizar todos sus recursos para silenciar esta fractura en sus mismas entrañas, que le desangra, y presiona a los familiares y entorno del sector de los críticos. Así como medidas de coacción para evitar gestos de rebeldía. ETA se rebela así contra su propia gente.A esto se le suma el aislamiento social. Ante uno de sus últimos comunicados donde amenaza a los alcaldes y concejales de los pueblos por donde tiene trayecto el TAV (tren de alta velocidad) que ha creado un ambiente insoportable. ELA se mostró contundente:“Todo planteamiento que pretenda ponerse encima de la mesa que esté tutelado por una organización armada está condenado al fracaso antes de empezar”Estas palabras de Adolfo Muñoz “Txiki”, secretario general de ELA, (sindicato nacionalista), son contundentes. Ya anteriormente tras el asesinato de Inaxio Uria, planteó “las luchas sociales, sindicales y políticas en este pueblo tienen que ser absolutamente civiles y democráticas”.ETA se percibe más que nunca, contra los vascos y contra sus propias fuerzas.Y cuanto más se rebela ante un destino cada vez más inminente, aparece aún más descarnada su naturaleza fascista.Su debilidad es evidente. El nuevo Gobierno socialista ha de aprovechar este momento para su disolución definitiva y tener muy en cuanta las condiciones actuales para que en Euskadi no solo se libere de este aparato fascista sino para que se creen unas condiciones donde el ataque a las libertades permitido durante estos treinta años sea extirpado de cada calle de esta tierra. No vale borrón y cuanta nueva, sino que todos sus apoyos y posiciones cómplices han de quedar arrinconadas y detestadas socialmente

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