A pesar del engaño, su candidatura no pudo

ETA no se coló

La candidatura Iniciativa Internacionalista (II), es decir, la candidatura de ETA, no ha logrado un escaño en el Parlamento Europeo. Eso está muy bien. Y nos alegramos profundamente junto a todos los demócratas del Paí­s Vasco y del resto de España. La candidatura de II aparentemente estaba integrada en exclusiva por los partidos Izquierda Castellana y Comuneros, eso sí­, encabezada por el dramaturgo Alfonso Sastre, quien ya habí­a figurado en la lista anulada de ANV por Guipúzcoa a las elecciones del año pasado, siendo ANV una agrupación polí­tica formada por ETA. El pasado 16 de mayo el Tribunal Supremo decidió anularla, al considerar que estaba «infiltrada» por ETA-Batasuna, pero cinco dí­as más tarde, el Constitucional le concedió el amparo que habí­a solicitado al entender que esos ví­nculos no estaban suficientemente probados. Una vez garantizada su participación, el 23 de mayo ETA anunció el apoyo, a través de un representante de su entramado polí­tico, a Iniciativa Internacionalista.

El resultado electoral de las elecciones euroeas ha sido una prueba del retroceso constante del apoyo que recibía de un sector de votantes. Para no perder la perspectiva es muy importante comparar el cambio acaecido en estos últimos diez años. En las de hace 10 años, en junio de 1999, cuando estaba vigente la tregua de ETA, Euskal Herritarrok logró un escaño, que recayó en Koldo Gorostiaga, al recibir el respaldo de 306.923 votos, de los cuales la mayoría procedía del País Vasco (225.796) y Navarra (45.146), aunque también fue significativo el apoyo en Cataluña, donde recabó 17.607 sufragios. En estas elecciones europeas han sido sólo 175.895 votos, 115.281 sufragios en el País Vasco y 22.985 en Navarra, así como 16.575 en Cataluña. Evidentemente, los representantes políticos de ETA cantan las excelencias de sus resultados, incluso considerando que su candidatura ya ha “ganado” en estos comicios por el mero hecho de haberse presentado a ellos. Desde luego, el hecho de que hayan conseguido presentarse ha sido una cosa mala para la democracia en España. Pero que no hayan podido colarse en el Parlamento europeo es una cosa buena y confirma la tendencia descendiente del apoyo a la política del terror y a sus objetivos. También puede servir para fortalecer la conciencia y la fuerza necesarias para llevar a cabo el largo proceso de desnazificación del País Vasco, y de otras partes de España, como en Cataluña, donde el número de votos manifiesta la existencia de un sector de población, pequeño pero gravemente inoculado con el veneno étnico, entre ellos, cachorros pardos y siniestros aprendices de los métodos de terror practicados por sus “adorados” maestros.

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