Cargando...El último comunicado de ETA, en el que revindica los últimos atentados y amenaza a los medios de comunicación, se conocía casi al mismo tiempo que la Ejecutiva del PNV presentaba en el Palacio Euskalduna de Bilbao su proyecto (el denominado «Think Gaur Euskadi 2020») para «alcanzar un nuevo estatuto» sobre la base del «Estatuto Político aprobado el 30 de diciembre de 2004 en el Parlamento vasco», es decir, «del plan Ibarretxe».
Con este acto el PNV ha abierto de hecho la camaña electoral. En el proyecto la Ejecutiva que preside Iñigo Urkuullu mantiene lo esencial del “plan Ibarretxe”, proponiendo como objetivo final: “Recuperar la soberanía nacional de los territorios vascos”, entre los que se incluye, no sólo la Comunidad Autónoma Vasca y Navarra, sino también el País Vasco-francés, integrados bajo “una arquitectura institucional global”.Por su parte ETA asume en su muy duro comunicado el asesinato del empresario Uria por su participación en las obras del Tren de Alta Velocidad Vasco y negarse a pagar la extorsión. Además, asume el atentado a la sede de la radio televisión vasca (EiTB) y relanza sus amenazas a los periodistas y a los empresarios y técnicos de las obras del TAV.No es casualidad un comunicado de esa naturaleza en unos momentos especialmente delicados para Ibarretxe, que se enfrenta a la posibilidad de perder el gobierno. ETA ha hecho siempre todo lo posible por abrir camino al “plan Ibaretxe”, aunque lo haya echo “a su manera”, tirando de la cuerda para llegar lo más lejos posible. Lo ha hecho en el Parlamento vasco prestando los votos necesarios, primero de Batasuna y luego los del PCTV-EHAK, tanto para la elección de Ibarretxe como lehendakari, como para sacar adelante el “plan” y la “consulta”.Pero también haciendo que funcione la “estrategia de la complementariedad” de la que tanto sabían Arzallus y cía. Unos Arrean y otros recogen. En los momentos decisivos, cuando peligra Ibarretxe, ETA sale retomando la actividad terrorista: ampliando los atentados, intensificando la “kaleborroka”, lanzando chantajes y amenazas… Ibarretxe puede aparecer así, esgrimiendo su “plan” como la alternativa a la “violencia”, como si él también estuviera en el lado de los que están contra el terrorismo etarra.