III Asamblea General de la España Vaciada

“Están abocando a una muerte lenta a la España Vaciada y vamos a dar la batalla”

Entrevistamos a Jorge Garrosa, portavoz de Cuenca Ahora, organización anfitriona de la III Asamblea General de la España Vaciada, un congreso que ha tomado la resolución de seguir el exitoso ejemplo de Teruel Existe y presentarse a las elecciones

Los pasados días 17, 18 y 19 de septiembre, 160 asociaciones de 28 provincias españolas celebraron en Priego (Cuenca) la III Asamblea General de la España Vaciada,  con la plataforma Cuenca Ahora como anfitriona. Ante la inacción de los gobiernos y el abandono del mundo rural, “la España Vaciada” ha decidido presentarse a las próximas elecciones para defender sus intereses y conseguir que sus territorios se desarrollen.

Este fin de semana ha tenido lugar la III Asamblea de las Plataformas de la España Vaciada, ¿Cuáles eran los objetivos de esta Asamblea?

El objetivo era ver de dónde venimos y qué podemos hacer ante la inacción del Gobierno para intentar conseguir que al mundo rural se le tenga en cuenta, así como diseñar la estrategia que permita aprobar a corto plazo un Pacto de Estado contra la despoblación. Nuestra aspiración es que al mundo rural se le reconozca y apoye, y se consiga, a través del Pacto de Estado, que se le dé el 1% del PIB. Nos estamos muriendo, necesitamos una inversión, que tiene que ser consensuada con la parte social, con el mundo civil.  

¿Por qué motivo las organizaciones de la España vaciada habéis decidido concurrir juntas a las próximas elecciones?

Es la última bala que nos queda, tendremos que hacer algo nosotros, ya que ellos no quieren. Ya vale de quitarnos cosas, implementarlos en los grandes núcleos urbanos y dejarnos morir.

Las ciudades se están gentrificando y a nosotros nos están convirtiendo en desiertos poblacionales. Nos están quitando todos los servicios y convierten las ciudades en grandes hormigueros que lo absorben todo: recursos sanitarios, eléctricos, industriales… y el mundo rural se convierte en el patio trasero de la ciudad donde se tira lo que no vale. Se construye aquí lo que necesitan las ciudades pero no lo quieren allí, un embalse, una central nuclear…  y lo bueno es para ellos. Por ejemplo, en Cuenca, en los estanques, que es el mayor macrovertedero industrial privado de España, tenemos la mayor macrogranja avícola.

Nosotros somos la materia prima, pero luego no tenemos para poder vivir. Va a llegar un momento en que esto sea un desierto poblacional en el que se va a poder extraer todo lo necesario para que en la ciudad se pueda apelotonar la vida. Se tienen que deslocalizar cosas, un término intermedio que permita que todos podamos vivir.

Al mundo rural nos están convirtiendo en desiertos poblacionales y en el patio trasero de las ciudades

Todo es decisión política, si tu promueves una zona le irá mejor, pero si decides que una zona se hunda y le empiezas a quitar servicios, se acabará ahogando. Por acción u omisión se deja morir zonas. Queremos que estas tierras y sus habitantes sobrevivan, por eso no vamos a parar.

En el “Modelo de desarrollo para la España vaciada” que presentasteis en el Congreso proponéis como motor de desarrollo la industria, no solo el turismo. La España vaciada antes vivía de la agricultura y la ganadería, ¿qué ha ocurrido?

Nos tenemos que reinventar, como siempre. Es asombroso como están haciendo en Teruel que monten campos de energía eólica para después llevarse la electricidad a las grandes ciudades. Sin embargo, aquí transformamos todo nuestro paisajes y mandamos la electricidad a otros sitios y a nosotros no se nos aporta nada. Es como el travase de agua del Tajo al Segura. Si mantuviésemos una lámina del 60% en el pantano entre Peñas y Buendía, esos pueblos se convertirían en un motor turístico. El Estado ahoga a estos pueblos, les impide tener una economía turística. ¿Por qué no en vez de llevarse la electricidad traen una industria que se alimente de la electricidad que se produce aquí?

Miembros de Cuenca Ahora, integrante junto a otras muchas organizaciones -como Teruel Existe o Soria Ya- del gran movimiento de la «Revuelta de la España Vaciada»

Somos el suero con el que viven las grandes ciudades, pero ese suero es la vida nuestra y a nosotros no se nos aporta nada. Primero se murieron los pueblos pequeños, después, las cabeceras de comarca porque vivían de esos pueblos pequeños. El siguiente es un pueblo más grande, al que ya no le vamos a aportar niños para el instituto porque no hay. Entonces ese pueblo también va a caer, es un efecto dominó que hay que cortar o nos hundimos. La vida de un pueblo la mido por los niños que tiene, cuando desaparecen los niños cuento las tiendas y los bares, y cuando caen, es que el pueblo ha muerto, y la gente huye. Vamos huyendo buscando donde vivir. No creo que a las ciudades les vaya a ir mucho mejor por absorbernos a todos.

¿Es una zona que ha sufrido especialmente la desindustrialización del país?

Esto ha sucedido porque se ha provocado. Mientras las Canarias reciben fondos estructurales para mantenerse vivos y avanzar, nosotros no. Aunque vivamos cuatro personas en el pueblo tenemos que pagar lo mismo que en cualquier gran ciudad de España, no tenemos ninguna subvención. Para comprar un simple tornillo me cuesta lo mismo, pero encima tengo que hacer 30 y pico kilómetros.

Los bancos en Guadalajara han hecho un convenio para que los pueblos que no tengan cajero y quieran tener uno, tienen que aportar ellos el local, la luz y el mantenimiento. Encima del rescate con 60.000 millones que les dimos para poder sacar dinero y pagarles las comisiones mi Ayuntamiento les tiene que pagar.

¿Qué otras medidas proponéis en el “Modelo de desarrollo para la España vaciada”?

Una de las medidas es el 100/30/30, 100 megas para permitir el teletrabajo y que una industria se puede instalar aquí tranquilamente, tener a 30 km una carretera que nos comunique, y los servicios básicos, un centro sanitario bueno y centros educativos. Cada vez lo tenemos todo más lejos.

A menos servicios hay menos población, y a menor población nos quitan más servicios y ayudas. Es un pez que se muerde la cola

El Gobierno anunció que destinará 10.000 millones de los fondos de ayuda europeos y creó un plan de 130 medidas. ¿Qué os parece esto?

El problema de los 10.000 millones es que se van a repartir a los gobiernos de las Comunidades Autónomas. Por nuestra experiencia, sabemos que ese dinero después no se reparte en las zonas más despobladas. Si se le da el dinero a Guadalajara, el dinero va a la capital para que lo distribuya y no se destina a los pueblos que más lo necesitan, donde aportan apenas votos, van donde le van a votar al gobierno de turno. Lo que queremos es que las zonas despobladas puedan controlar en parte del flujo del dinero. No concebimos que el dinero que se da para la despoblación se acabe inviertiendo en otra cosa, como en montar una universidad en la ciudad. Los grandes núcleos urbanos, por ser los grandes caladeros de votos, son los que absorben los recursos. Y a nosotros nos sueltan migajas según el color político que tengamos.

El Gobierno menciona la recuperación verde, digital, cuando habla de medidas para el mundo rural. ¿Pero lo primero es invertir en crear riqueza y empleos de calidad, no?

Sí, es importante crear riqueza y empleo. Tenemos un problema, a menos servicios que se le aporta a una población hay menos población, y a menor gente nos quitan más servicios. Es un pez que se muerde la cola. Cada ayuntamiento recibe un dinero según la población que tiene, como cada vez tenemos menos población recibimos menos fondos y podemos hacer menos cosas, y entonces tenemos aún menos población. Así, hasta que un pueblo muere.

Para promover que las empresas se quieran quedar se puede hacer con una fiscalidad diferenciada, como en Canarias. Si das una serie de derechos se hace atractivo un territorio y la gente se quiere ir allí, lo mismo pasa con las empresas. No se puede subvencionar millonarios, hay que subvencionar a las pequeñas empresas y a las personas para que les sea rentable vivir aquí.

Puedes poner una gran industria en una zona, pero si además no hay un colegio, las familias no van a querer vivir ahí. Al final es el dinero. Hay mucha gente que no se quiere ir de su tierra pero se tiene que ir obligada. Nos están abocando a una muerte dulce, nos dejan olvidados, nos van quitando las cosas poco a poco hasta que desaparezcamos. No queremos que pase esto sin dar la batalla.

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