Salud

Esta «crisis» no es nueva

Los fármacos cada vez se encarecen más y en los paí­ses de capitalismo desarrollado el número de pacientes es mayor, debido al envejecimiento de la población -. La investigación y determinados tratamientos, como los oncológicos, se van a ver afectados. ¿Un efecto más de la crisis?

"En Euroa comienza a haber algunas experiencias informales para tratar de contener el gasto", explica Nick Bosanquet, especialista del Imperial College británico en la revista “The Lancet”. Según el especialista los sistemas sanitarios europeos van a afrontar en los próximos cinco o siete años un 1% anual de crecimiento de gasto frente a un 20% del aumento de la demandaEn EEUU ya se prevé que 25.000 personas con tratamientos oncológicos perderán la cobertura.Sin embargo gracias a la demanda de fármacos y la existencia de suministros suficientes la industria farmacéutica “sigue amortiguando” una posible falta de crédito que sí se hace notar en otros sectores. Y ¿qué quiere decir esto?, que de los 10.000 millones de euros de beneficio previstos por la Bayer para el primer semestre del año, la empresa espera “sólo” superar los 6.600 millones obtenidos en el mismo periodo del año pasado. A esto se le llama una “buena suspensión”.El temor de la industria se concentra en el fin de las patentes de numerosos fármacos “superventas”, queobligará a las grandes compañías a buscar “nuevas oportunidades de negocio en moléculas en desarrollo en manos de pequeñas compañías biotecnológicas”. El resultado inevitablemente tenderá a la concentración, y a la formación de aun mayores gigantes farmacéutico-químicos.“La industria farmacéutica ya ha eliminado 40.000 empleos en todo el mundo a costa de la crisis, que ya ha llegado a la economía real” aunque “’el sector está menos expuesto a las crisis y a los ciclos económicos porque la gente se sigue poniendo enferma y quieren remedios”. Humberto Arnés, director general de Farmaindustria.A finales del año pasado la Comisión Europea acusaba a la industria farmacéutica de impedir la comercialización de genéricos, que suponen miles de millones que éstas dejan de ingresar. Los enfermos pierden, la industria gana.Jesús Acebillo, nuevo presidente de Farmaindustria, afirmaba en una entrevista que “Sería ingenuo pensar que seguiremos trabajando igual en los próximos años. Tendremos un impacto y hemos de prepararnos para hacer fuertes nuestros puntos clave”Visto lo visto no se puede asegurar si esto es bueno o malo y para quien, o quizás sí. Es indignante que se estén recortando ayudas directas para la atención de los pacientes – aunque de momento solo sea en forma de “alarmas” – mientras la industria farmacéutica sigue facturando beneficios millonarios, y haciendo negocio con la salud de la gente. Esta “crisis” no es nueva.

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