SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

Espejismo sobre el coste de la deuda

Las evidencias de mejoría económica y las elecciones ciegan al Gobierno frente a una deuda que continúa engordando.

Los mejores indicadores económicos y un innegable abaratamiento de la financiación están creando el espejismo de que los problemas están solucionados y nada más lejos de la realidad. Tener un nivel de deuda que va a llegar al 100 por cien del PIB y un déficit en torno al 6 por ciento es un grave problema para el avance de nuestra economía y la reducción del paro. El Gobierno no puede perder la perspectiva porque hayamos recuperado la confianza de los inversos, las agencias de calificación mejoren nuestro rating y se abarate nuestra financiación. Son evidencias de que la economía va mejor, pero no significa que los deberes estén hechos. El éxito del Tesoro en las emisiones de deuda a largo plazo al llegar al nivel histórico más bajo ciega los ojos del Gobierno, que empieza a ser presa de la ansiedad que las elecciones producen en los dirigentes políticos. Luis de Guindos anuncia que la bajada de los intereses de la deuda dará margen para el ajuste de 7.000 millones que es preciso abordar este año para cumplir con Bruselas. A pesar del esfuerzo que exige reducir siete décimas el déficit en un año, el Ejecutivo da por cerrado el programa de ajustes. Economía confía en un incremento de los ingresos debido al crecimiento económico y en una reducción del gasto, por los menores costes de financiación. Obvia que a pesar de esa ayuda, la deuda seguirá engordando y que cualquier acontecimiento inesperado -Ucrania o el fin de los estímulos en EEUU- puede dar al traste con la recuperación. Pero Rajoy ya sólo actúa en clave electoral y no aborda la necesaria reforma de la Administración. De aquí a final de la legislatura sólo se hablará de buenas noticias. De las reformas, que se ocupe el siguiente.

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