Acciona vende su 25% en Endesa a la italiana Enel, transfromada en dueña absoluta de la eléctrica española

España pierde, Botí­n gana

La batalla por Endesa, que ha convulsionado en los últimos años el panorama económico y polí­tico español, está cerca de su episodio final. Acciona, que hace apenas 17 meses entró por sorpresa en la eléctrica, va a vender su 25% a la italiana Enel, que con un 92% de las acciones se convertirá en el dueño absoluto de Endesa. Los Entrecanales consiguen reducir su abultada deuda, y obtener además jugosos beneficios. Enel conquista mando en plaza en Endesa, que no ostentaba a pesar de poseer el 67% de las acciones. Pero sobre todo, y este es el factor cuidadosamente ocultado, Botí­n gana, y mucho, asegurándose el pago del multimillonario préstamo entregado a Acciona para entrar en Endesa, y añadiendo los intereses del nuevo crédito concedido a Enel para financiar la operación. Botí­n gana… y España pierde, con la primera eléctrica del paí­s entregada a manos extranjeras.

La oeración Endesa, por la cual Acciona está a punto de vender su 25% a la eléctrica a Enel, tiene una capa superficial pública, y un doble fondo permanentemente silenciado. Vendiendo su participación en Endesa, Acciona consigue aliviar su abultada deuda, inasumible ahora que el crack de la construcción ha hecho descender en picado el valor de los activos inmobiliarios. La deuda total de Acciona se eleva a 17.543 millones de euros -cifra muy superior a su capitalización bursátil-, pero 12.400 millones corresponden directamente a Endesa. Además de reducir su deuda, Acciona obtendría unos beneficios mínimos de 1.700 millones de euros. Los Entrecanales pagaron 35 euros por cada acción de Endesa, y desde entonces el valor bursátil de la eléctrica ha descendido en un 41,5%. Pero, gracias a las condiciones firmadas por Enel para entrar en Endesa, Acciona va a imponer un precio de venta de 41,3 euros. Además, los Entrecanales van a quedarse con activos de Endesa en energías renovables por valor de 3.740 millones de euros, un precio muy inferior al de mercado. Por su parte, Enel consigue con esta operación el control político de Endesa, que en diciembre ha superado la capitalización bursátil de la eléctrica italiana. El acuerdo firmado con Acciona para adquirir Endesa imponía que, a pesar de que la eléctrica italiana poseyera un 6% de las acciones por sólo el 25& de Endesa, los Entrecanales ocuparan una mayor jerarquía en el consejo de administración. Pero esta es sólo la fachada pública. En los entresijos ocultos de la operación está, como no, Emilio Botín. El Santander financió en solitario la primera inversión de Acciona, donde adquiría el 0% de Endesa, y asumió el 30% del crédito sindicado que permitía a los Entrecanales aumentar su participación hasta el 25%. Hace un mes, El Santander dirigió una carta a Acciona exigiendo el cumplimiento de una de las condiciones del crédito: aportar garantías adicionales si la cotización de Endesa descendía por debajo de los 25 euros. Los Entrecanales estaban obligados a abonar a Botín 1.000 millones de euros más. Las exigencias de Botín iniciaron una frenética carrera de Acciona por obtener liquidez, desprendiéndose de activos tan importantes como Transmediterránea. Al comprar las acciones de Acciona, Enel se hacer cargo del crédito concedido por el Santander. Dado el carácter semipúblico de Enel, el responsable último sería el Estado italiano, un pagador mucho más fiable para Botín que una constructora. Al mismo tiempo, el Santander va a participar con 1.300 millones en el crédito que se concederá a la italiana para financiar la operación de compra. Como los Entrecanales son “aliados de primera”, Botín les ha ofrecido unas condiciones mucho más ventajosas que a Sacyr, permitiendo a Acciona obtener jugosos beneficios en la operación. Botín gana, los Entrecanales también. Pero para que ellos cobren se entrega al capital extranjero el control de la primera eléctrica española. Maniobra que se une a la más que posible adquisición de Repsol por parte de la rusa Lukoil.

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