SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

España no genera empleo, reparte miseria

El año 2002 el Instituto Aspen publicó un excelente informe titulado “Grow Faster Together. Or Grow Slowly Apart. How Will America Work in the 21st Century?” Bajo la dirección de David T. Ellwood, este estudio advertía de una crisis inminente del factor trabajo en los Estados Unidos. Detallaba las tendencias alarmantes que daban forma a las principales características de la fuerza laboral estadounidense: salarios estancados, escasez de mano de obra cualificada, envejecimiento poblacional.

Con este informe, el Grupo de Estrategia Nacional del Instituto Aspen emitía un llamamiento, un S.O.S. para despertar conciencias y alertar de una crisis que se había ido construyendo de manera silenciosa, soterrada, sin avisar. Hacía referencia a la crisis del factor trabajo. Si no se hacía nada, su impacto sería brutal y de muy larga duración. Por eso reclamaban una movilización para hacer frente al mismo, y actuar. En la elaboración del mismo participaron demócratas y republicanos, líderes empresariales y sindicales, representantes destacados del mundo académico, think tanks, organizaciones comunitarias, y la prensa.

El diagnóstico y las propuestas formuladas están muy lejos de las aplicadas en nuestra querida España, y ponen de manifiesto cómo aquí, algunos, los muy patriotas, decidieron por nosotros que no merecía la pena crecer juntos y más rápido. Todo lo contrario, se optó por que una inmensa mayoría de la población tuviera un trabajo miserable, donde trabajar ya no le sacara a muchos de la pobreza. Eso sí las estadísticas nos dirán que todo va viento en popa. Pero las estadísticas no engañan, hay que saber analizarlas.

Paro y afiliación diciembre

Los datos de contratación y afiliación a la Seguridad Social de los últimos meses, sugieren un diagnóstico distinto al del gobierno. Viendo que sus recetas neoclásicas no generaban la tan cacareada mejora de nuestro sector exterior, el actual ejecutivo inició, en plena burbuja en los mercados financieros, otra huida hacia adelante. El motor del crecimiento y del empleo es el consumo privado y el sector servicios, en un contexto de deflación y caídas de rentas salariales. Por contra, las cifras relativas a disponibilidades de bienes de equipo continúan débiles. La demanda interna crece, mientras que no se moderniza nuestro aparato productivo, empeorando nuestra competitividad. Dicho crecimiento se está financiando con más deuda pública, induciendo a su vez un aumento de la deuda externa neta, en niveles récord.

Ese incremento de la posición de la inversión extranjera en España no es como consecuencia del aumento de la inversión directa foránea, sino de la inversión especulativa destinada a comprar deuda soberana y corporativa de las grandes empresas patrias, esas mismas que continúan reduciendo su plantilla. Cuando los mercados estallen, estamos solo en los primeros indicios, España entraría en una crisis a la griega.

Todas estas ideas quedan reflejadas en la foto del mercado laboral hecha en el mes de diciembre. La afiliación a cierre de diciembre, pensemos en la duración miserable de muchos contratos, ¡descendió en 79.323 personas respecto al mes anterior! Se centró exclusivamente en el sector público, y sectores de muy bajo valor añadido, comercio y hostelería. El empleo que se crea es temporal y precario, es decir, inestable y de bajos salarios. No existe ningún cambio de modelo productivo basado en la industria y en otras milongas que nos vendieron. Solo es consumo financiado con más deuda externa. ¿Se acuerdan de Grecia?

En España encontrar un trabajo ya no garantiza sortear la pobreza, tampoco permite a los jóvenes emanciparse. Paralelamente se disparan los índices de exclusión social. La reforma laboral tenía como objetivo final repartir la miseria, y así dar una imagen distorsionada de la realidad laboral.

Propuestas del Grupo Aspen

Las propuestas del Grupo Aspen en el informe que hemos detallado al principio son exactamente las contrarias a las aplicadas en estos lares. Son recomendaciones amplias con unos objetivos muy claros. Primero, cualquier persona que trabaje será capaz de escapar de la pobreza. Segundo, vamos a construir una fuerza de trabajo más cualificada y fomentar la movilidad ascendente. Tercero, restauremos la seguridad de los trabajadores, al tiempo que mejora la flexibilidad laboral. Cuarto, proporcionemos un lugar de trabajo mucho más propicio para las familias trabajadoras. Finalmente, repensemos la política de inmigración. Recomiendo encarecidamente que lean las recomendaciones para alcanzar esos objetivos.

El documento terminaba con toda una declaración de intenciones: “nuestro objetivo es estimular el diálogo informado e ilustrado entre ejecutivos, académicos y responsables políticos que permita desarrollar un liderazgo moralmente responsable que ayude a que nuestra economía funcione bajo el interés público, …”.

Ninguna de las medidas propuestas por el Grupo Aspen aparece en la reforma laboral de Rajoy. Aquí simplemente idearon como abaratar salarios y desproteger a los trabajadores para que en una situación límite aceptaran cualquier tipo de contrato. Idearon como España debería crecer, dejando a un lado a un grupo cada día mayor de la población. Pero se olvidaron de algo, estamos en una democracia y esa gente va a votar, quiere votar, y se acuerda perfectamente de las horas trabajadas, del salario que cobran y de mucho más.

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