España: ¿muy grande para caer o para ser salvada?

«España es el paí­s en el que se está luchando la batalla crucial de la eurozona. Es el Lehman Brothers de Europa». El rotativo defiende que los sí­ntomas de la gran recesión continúan estando presentes en nuestra economí­a. «España está congelada en un momento de la historia en el que se va a juzgar a los gobernantes sobre qué lejos van o podrí­an ir para descongelar el progreso». En este sentido, la pregunta que se hacen es «¿es el paí­s muy grande para caer o muy grande para salvar?».

Para justificar sus duras afirmaciones, los reorteros hacen un recorrido por la situación económica del país, comenzando por el desempleo, al que dedican el mayor espacio del video. Habla también de las medidas de austeridad, que van a ser insostenibles, de la clase política, de la deuda… y finalmente se pregunta, con una deuda entre pública y privada del 270% del PIB, “¿Quién va a ser el que salve a un país en esta situación? No hay nadie que lo vaya a hacer. (EL CONFIDENCIAL) EL PAÍS.- Va a doler, y seguramente más que en el pasado. El abultado déficit que acusan las economía avanzadas, y el consiguiente aumento de la deuda, no puede sostenerse indefinidamente. Por eso el Fondo Monetario Internacional insiste en que la consolidación fiscal debe ser una prioridad en este momento. Pero, ¿va a doler el ajuste? Sí, responden sus economistas, y se notará más que en el pasado. El informe no deja mucho lugar a dudas. "Nadie debe llevarse a engaños", insisten sus economistas, el recorte de gasto anunciado por algunos países europeos, como España y Portugal, tendrá un impacto negativo tanto en la actividad económica como en el mercado laboral. CINCO DÍAS.- Si los ingresos fiscales no aguantan el ritmo previsto, eso supondrá un sonoro fracaso en el ambicioso recorte del déficit. El Gobierno se ha comprometido –ante Bruselas y los mercados– a reducirlo en 2011 más de tres puntos porcentuales (del 9,3% al 6%), el mayor paso de todo el Plan de Estabilidad hasta 2013. Si según avance la ejecución presupuestaria no se cumplen estas previsiones, serán necesarios nuevos recortes del gasto, ya de por sí muy castigado, lo que dañaría ante los mercados financieros internacionales una imagen que aún está prendida con alfileres. Lo que está realmente en juego con estos Presupuestos es la credibilidad de la capacidad del Gobierno para reconducir las cuentas públicas, algo que impacta directamente en el crédito de la economía española Opinión. El Confidencial Wall Street Journal ataca a España: "¿Es muy grande para caer o muy grande para salvar?" M. Igartua Apenas ha pasado una semana desde que José Luis Rodríguez Zapatero se reunió con el consejo editorial de The Wall Street Journal y esa misma publicación ha vuelto al ataque. Lejos de creerse las palabras del presidente del Gobierno, que aseguraba que Europa ya había superado la crisis fiscal, el periódico estadounidense arremete duramente contra España, a la que responsabiliza de la situación de Europa. Si bien el último video emitido por The Wall Street Journal no es la primera embestida contra el país o el Gobierno, si ha supuesto una de las más sangrantes. La imagen que se transmite durante los 18 minutos que dura el reportaje es, más que nunca, la de la España del baile y la pandereta, de la fiesta y del vino, la del país tercermundista que soñó una vez con el progreso y que puede hacer caer a toda la zona euro. “Es un país acostumbrado a la fiesta y al baile”, así comienza el video en el que se pueden ver las imágenes de una gitana bailando en el centro de Madrid. Pero “el país que siempre ha tenido motivos para bailar es ahora la resaca de Europa”. “España es el país en el que se está luchando la batalla crucial de la eurozona,” asevera en los primeros compases. “Es el Lehman Brothers de Europa”. El rotativo defiende que los síntomas de la gran recesión continúan estando presentes en nuestra economía. Elevado déficit, un sistema bancario en problemas, un gobierno paralizado…“España está congelada en un momento de la historia en el que se va a juzgar a los gobernantes sobre qué lejos van o podrían ir para descongelar el progreso”. En este sentido, la pregunta que se hacen es “¿es el país muy grande para caer o muy grande para salvar?”. Para justificar sus duras afirmaciones, los reporteros hacen un recorrido por la situación económica del país, comenzando por el desempleo, al que dedican el mayor espacio del video. Así, la imagen que se da es la de una juventud que quiere trabajar dos años, para ser despedido y poder vivir del Estado, según se desprende de las declaraciones de una chica en paro, Elena Ortega, que asegura que “este es el verdadero problema de España”. De esta manera, The Wall Street Journal explica que, por ejemplo, “en San Fermines, jóvenes de toda España atraviesan el país para correr los toros y vivir la fiesta y su mente está muy lejos del desempleo y la recesión”. La segunda escala en su recorrido es, cómo no, la burbuja inmobiliaria. Los dos ejemplos claros son Marbella y Seseña, dónde muestra las imágenes de cientos de viviendas abandonadas en mitad de la nada. Habla también de las medidas de austeridad, que van a ser insostenibles, de la clase política, de la deuda… y finalmente se pregunta, con una deuda entre pública y privada del 270% del PIB, “¿Quién va a ser el que salve a un país en esta situación? No hay nadie que lo vaya a hacer. EL CONFIDENCIAL. 1-10-2010 Economía. El País El FMI advierte que los programas de austeridad serán muy dolorosos a corto plazo Sandro Pozzi Va a doler, y seguramente más que en el pasado. El abultado déficit que acusan las economía avanzadas, y el consiguiente aumento de la deuda, no puede sostenerse indefinidamente. Por eso el Fondo Monetario Internacional insiste en que la consolidación fiscal debe ser una prioridad en este momento. Pero, ¿va a doler el ajuste? Sí, responden sus economistas, y se notará más que en el pasado. El informe que el organismo entregará en su cumbre de otoño la próxima semana en Washington no deja mucho lugar a dudas. "Nadie debe llevarse a engaños", insisten sus economistas, el recorte de gasto anunciado por algunos países europeos, como España y Portugal, tendrá un impacto negativo tanto en la actividad económica como en el mercado laboral. De acuerdo con los modelos de cálculo que utiliza el Fondo a partir de la experiencia de las últimas tres décadas, una reducción del déficit público equivalente a un punto porcentual del producto interior bruto suele tener un impacto negativo en el crecimiento del 0,5%. Y cuando se recorta el gasto público, también aumenta el paro. En concreto, unas tres décimas, precisa. La depreciación de la moneda y la rebaja de tipos suelen reducir el impacto de la consolidación fiscal, recuerda el Fondo. El problema es que en este momento el precio del dinero en Europa y EE UU está muy cerca del 0%, y eso provoca que el margen de maniobra será muy reducido. De acuerdo con esta lógica, el golpe se notará más que en el pasado. A la pregunta de si se debe recortar gasto o subir impuestos, el FMI explica que los países que optan por la primera opción sufren menos contracción que los segundos. Y sus analistas señalan que aunque el impacto en la economía y el empleo suele notarse en los dos años sucesivos al recorte, a largo plazo la reducción de la deuda pública sirve para estimular el crecimiento. Unas cuentas saneadas, precisa el informe, también permiten mantener bajos los tipos de interés y dan margen a los Gobiernos para rebajar incluso la presión fiscal. Pero antes de llegar a ese escenario teórico, lo que toca en este momento es sufrir. "Toca ser realistas", afirma Daniel Leigh. El FMI evita cuantificar el efecto que tendrán las medidas anunciadas en España. Lo que sí señala el Fondo es que la consolidación fiscal suele ser menos costosa cuando los mercados están preocupados por la sostenibilidad de las cuentas públicas. Lo que está por ver es cuántos países deciden ajustar sus presupuestos de una manera simultánea, porque eso determinará el impacto a escala global. De momento, dicen que será el doble que en el pasado. EL PAÍS. 1-10-2010 Editorial. Cinco Días Un Presupuesto maniatado por la crisis Varios son los objetivos que el Gobierno proclama perseguir con los Presupuestos Generales del Estado para 2011. Primero, la reducción del desempleo; a continuación, la reducción del déficit para cumplir con los planes del Pacto de Estabilidad y Crecimiento que obliga bajarlo hasta el 3% en 2013 y, después, el incremento de la competitividad de la economía española. Todos son deseables, pero las duras cifras presentadas ayer en el Congreso por la vicepresidenta segunda y ministra de Economía, Elena Salgado, demuestran que el próximo año se dedicará a reducir el desajuste de las cuentas públicas. Esta prioridad explica que estos Presupuestos estén marcados por una extrema austeridad, la mayor en tres décadas, y que van a sacrificar el crecimiento económico. La merma de fondos públicos -el gasto no financiero se recorta un 7,9% y los ministerios dispondrán del 15,6% menos de dinero- pasará factura a una actividad que no acaba de despegar y sobre la que pesan serias incertidumbres a corto y medio plazo. Especial incidencia va a tener también la caída de la inversión en infraestructuras, con recortes del 30% que difícilmente podrán compensar las primeras licitaciones del plan público-privado de 17.000 millones de euros. Este tijeretazo será, en conjunto, un duro golpe para una economía históricamente influenciada por el peso del sector público, cliente de primer orden de las empresas privadas. Al frenazo inversor se sumará la disminución de la renta de muchos ciudadanos, que puede tener un efecto demoledor sobre el consumo. El aumento del tipo marginal de la tarifa estatal del IRPF para las rentas más altas puede detraer de la demanda interna al menos 200 millones de euros. Y, por otro lado, la reducción salarial del 5% para los empleados públicos y la congelación de las pensiones -sólo crecerán un 1% las más bajas- contribuirán a mermar seriamente tanto la capacidad como la voluntad adquisitiva de familias de rentas medias y bajas. Todo ello permite poner en duda la previsión oficial de crecimiento del 1,3% del PIB, que numerosos expertos ya han rebajado. Precisamente aquí reside la debilidad de unas cuentas que pecan de optimistas en el capítulo de ingresos y exigen más del 58% del gasto para cubrir el capítulo social. El Gobierno confía en que los impuestos estatales recaudarán un 6,1% más respecto a la liquidación de este año, un crecimiento que se atribuye casi por completo al aumento de una todavía anémica actividad. Por su lado, la supresión de la deducción en IRPF por la compra de vivienda para las rentas superiores a 24.170 euros podría ahorrar al fisco 1.500 millones, pero la nueva desgravación por rehabilitación costará 1.000 millones, compensando parte de aquel ahorro. Si los ingresos fiscales no aguantan el ritmo previsto, eso supondrá un sonoro fracaso en el ambicioso recorte del déficit. El Gobierno se ha comprometido -ante Bruselas y los mercados- a reducirlo en 2011 más de tres puntos porcentuales (del 9,3% al 6%), el mayor paso de todo el Plan de Estabilidad hasta 2013. Si según avance la ejecución presupuestaria no se cumplen estas previsiones, serán necesarios nuevos recortes del gasto, ya de por sí muy castigado, lo que dañaría ante los mercados financieros internacionales una imagen que aún está prendida con alfileres. Lo que está realmente en juego con estos Presupuestos es la credibilidad de la capacidad del Gobierno para reconducir las cuentas públicas, algo que impacta directamente en el crédito de la economía española. La rebaja de la calificación de la deuda soberana anunciada ayer por Moody’s -aunque como ya han hecho las demás agencias de rating sea sólo de un escalón frente a la máxima nota- es un mensaje que no debe obviarse. Son certeras las dudas sobre la capacidad de la economía española para crecer, como demuestra la advertencia de que la economía se ha debilitado en el tercer trimestre que hizo, también ayer, el Banco de España. Aumentar la actividad es la piedra angular de un año que se presenta complicado, y está claro que estos Presupuestos no contribuirán a ello. Por ello hay que ponerlos en cuarentena. Si el Gobierno no cumple con el objetivo de acelerar las reformas capaces de aumentar el potencial de crecimiento, estas cuentas públicas servirán de bien poco. CINCO DÍAS. 1-10-2010

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