La aceleración del saqueo exterior de la economí­a española

España está en venta, y el capital extranjero la está comprando

Hasta hace poco, se conocí­a que los inversores internacionales eran propietarios del 44,1% de las firmas del Ibex35, y que sólo los diez mayores fondos extranjeros (principalmente norteamericanos) poseen unos 30.000 millones en la bolsa española. Una nueva normativa del CNMV ha destapado que es aún mayor, y que el capital extranjero posee otros 4.500 millones (un 2,5% adicional del Ibex) «camuflados» como derivados financieros.

El poder del capital extranjero en España ha crecido rápidamente durante estos años de crisis, tomando el control defuentes de riqueza hasta no hace mucho reservadas para la propiedad de la oligarquía española, y comprando más y más paquetes de acciones de los bancos y empresas del Ibex 35. Teóricamente esos fondos de inversión renuncian a sentarse en los consejos de administración y a participar en la gestión cotidiana de las empresas en las que participan, pero nadie puede dudar que influyen -a veces decisivamente- en el gobierno corporativo de bancos ymonopolios. Y a través de ellos, su poder afecta al Estado y nos afecta a todos.

Una nueva normativa de la Comisión Nacional del Mercado de Valores ha hecho aflorar la verdadera presencia de esos fondos de inversión extranjeros en la economía española, quitándoles el camuflaje en el que parte de esos capitáles foráneos se ocultaban. Se ha revelado que hasta 4.500 millones de euros de estos fondos se disfrazaban en forma de “derivados financieros”, lo cual también les confiere derechos de voto sobre las acciones y, por tanto, el poder efectivo sobre las grandes empresas. Esto es muy importante, porque en las normas de los consejos de accionistas, el poder cambia cuando superas determinados umbrales de acciones (el 1%, el 3%, el 5%…).

Así, monopolios del Ibex o del Mercado Contínuo como Aena, Amadeus, Banco Popular, Sabadell, BBVA, DIA, Enagas, FCC, Gamesa, Grifols, IAG, Iberdrola, Indra, Mediaset, Merlin Properties, Red Eléctrica y Repsol han visto aflorar posiciones de control a través de derivados que, en global, representan el 2,5% de la capitalización conjunta de todas estas entidades.

La penetración del capital extranjero en nuestra economía avanza a raudales estos días. La norteamericana Blackrock (la mayor empresa de gestión de activos del mundo) ha elevado su participación total en Telefónica -el buque insignia de los monopolios españoles- desde un 3,8% hasta un 5,1%, poniéndose al mismo nivel que BBVA y La Caixa en su control sobre el gigante de las telecomunicaciones.

Carlos Slim -multimillonario mexicano fuertemente ligado a Wall Street- se dispone a comprar el 100% de la inmobiliaria Realia -propietaria de una de las torres KIO madrileñas- y a hacerse con el control de la gran constructora FCC, hasta ahora en manos de Esther Koplowitz.

Un frenético desembarco del capital extranjero que tiene todos los visos de acelerarse con la llegada de una tercera fase de la crisis mundial, que promete afectar con especial virulencia a España.

El comienzo de 2016 ha sido de negro total para las bolsas españolas, cuyo índice más selectivo -el Ibex35- ha llegado a bajar por debajo de los 8000 puntos y a perder más de 100.000 millones (un 17%) desde comienzo de año, encabezado además por sus gigantes: los que más han perdido son Santander, Inditex, BBVA y Telefónica. Hoy sólo 7 de los 35 grandes tiene un valor en bolsa por encima de los 15.000 millones.

A rio revuelto, ganacia de pescadores. La caída de la bolsa española pone a tiro a piezas de caza mayor como Bankia o Banco Popular, y con ellas los ahorros de millones de españoles o las líneas de crédito de millones de Pymes. Los mismos arquitectos del expolio y el saqueo que diseñaron la estafa planetaria de las hipotecas subprime, son los que año a año se adueñan de las arterias de nuestra economía.

Y todo ello frente a la indiferencia de buena parte de la izquierda, que mira desdeñosamente estos movimientos como compraventas en las alturas, o como pugnas entre millonarios.

La apropiación de las principales empresas y fuentes de riqueza es la base económica sobre la que descansa tanto el exhaustivo saqueo de los ciudadanos, como la subordinación de la economía española a los designios de las oligarquías financieras más poderosas del mundo, los plutócratas de Frankfurt o de Wall Street.

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