España está en la segunda velocidad

«Del otro, el resto que queda por debajo del 2% -la media de la UE-16-, con Francia e Italia, cuyos PIB evolucionan en estos momentos al 1,5% y 1,3%, respectivamente. Y dentro de ellos, los rezagados, entre los que se incluye España, que en el cuarto trimestre creció un 0,6% en términos interanuales. El mercado único no lo es tanto y las abruptas desigualdades en el crecimiento de sus economí­as provocan ineficacias que repercuten sobre la credibilidad de la moneda común»

Unas divergencias que se amlían a otras magnitudes, en especial la inflación, que retoma tintes preocupantes, pues la media de la Unión Monetaria toca el 2,4%, superando el umbral crítico del 2% a partir del cual el BCE empieza sopesar la conveniencia de actuar sobre los tipos de interés. Semejante decisión podría suponer un revés para la renqueante economía española. Sin embargo, aunque es muy indeseable, con la ortodoxia en la mano, una subida de tipos está plenamente justificada en España, dado que el IPC se ha situado casi un punto por encima de la media europea, destapando el fantasma de una estanflación ciertamente preocupante. (CINCO DÍAS) ABC.- «La subida de la luz supone el precio de un café». Esas fueron las palabras del ministro de Industria, Miguel Sebastián, al referirse a la subida de un 9,8% en enero de la Tarifa de Último Recurso (TUR) que es la tarifa que afecta entorno al 85% de los hogares españoles. Sin embargo, los datos de IPC hechos públicos este martes por el INE denotan que la subida de luz ha sido de un 15%, algo que las asociaciones de consumidores y usuarios vienen denunciando desde hace tiempo. EL CONFIDENCIAL.- Lo esencial del acuerdo consiste en ratificar una importante disminución futura de las pensiones. Esto es evidente, por más que oficialmente se niegue. Las pensiones se van a disfrutar menos años (al tener que trabajar más tiempo, hasta los 67). Cuando por fin se cobren, la cantidad de la pensión íntegra será menor (al calcularse sobre más años, 25 en vez de 15, lo que incluirá años iniciales con sueldos más bajos). Además, menos personas cobrarán el 100% de la pensión (pues se exigirán 37 años de cotización para ello, o 38´5 de retirarse a los 65, muy difíciles de completar). Según algunos cálculos, la reducción resultante de la pensión media podría ser del 20%. Editorial. Cinco Días España está en la segunda velocidad La zona euro empieza a marcar dos, o incluso tres velocidades claramente diferenciadas. Por un lado, el pelotón encabezado por Alemania -que con un crecimiento del 4% interanual en el último trimestre de 2010 mantiene un ritmo inasequible para el resto de los socios-, secundada tímidamente por Holanda, Austria, Finlandia y algunos países menores. Del otro, el resto que queda por debajo del 2% -la media de la UE-16-, con Francia e Italia, cuyos PIB evolucionan en estos momentos al 1,5% y 1,3%, respectivamente. Y dentro de ellos, los rezagados, entre los que se incluye España, que en el cuarto trimestre creció un 0,6% en términos interanuales. El mercado único no lo es tanto y las abruptas desigualdades en el crecimiento de sus economías provocan ineficacias que repercuten sobre la credibilidad de la moneda común. Unas divergencias que se amplían a otras magnitudes, en especial la inflación, que retoma tintes preocupantes, pues la media de la Unión Monetaria toca el 2,4%, superando el umbral crítico del 2% a partir del cual el BCE empieza sopesar la conveniencia de actuar sobre los tipos de interés. Semejante decisión podría suponer un revés para la renqueante economía española. Sin embargo, aunque es muy indeseable, con la ortodoxia en la mano, una subida de tipos está plenamente justificada en España, dado que el IPC se ha situado casi un punto por encima de la media europea, destapando el fantasma de una estanflación ciertamente preocupante. Conjugar una política monetaria y económica al gusto de los 17 Estados del euro es una tarea casi imposible. Especialmente con unos modelos productivos tan diferenciados, donde conviven potencias industriales con fuerte tradición exportadora -Alemania o Francia- con economías centradas en los servicios como España. Precisamente por estos escalones difíciles de igualar, cada vez cobra más fuerza la necesidad de establecer denominadores mínimos que cumplan todas las economías. La propuesta de la canciller de Alemania, Angela Merkel, de establecer unos parámetros de competitividad es un camino que antes o después tendrán que aceptar todos los Estados miembros. Europa ha de competir unida con el resto del mundo y la flexibilidad en las estructuras empresariales es la única manera de asegurar que lo hará con garantías de éxito. Alemania, que resolvió sus problemas de rigideces en los primeros años del nuevo siglo, ha demostrado que la fórmula es acertada. Como también es preciso que la solidaridad en el seno del euro no se plantee como algo pasajero; por contra, es una imposición sin la cual no existe mercado único. Quizá así se pueda recortar la tercera gran diferencia entre unos y otros países comunitarios: las tasas de paro. Y aquí, España se sale para mal en todos los gráficos comunitarios. CINCO DÍAS. 16-2-2011 Economía. ABC La luz sube hasta tres veces más de lo que dijo Sebastián «La subida de la luz supone el precio de un café». Esas fueron las palabras del ministro de Industria, Miguel Sebastián, al referirse a la subida de un 9,8% en enero de la Tarifa de Último Recurso (TUR) que es la tarifa que afecta entorno al 85% de los hogares españoles. Sin embargo, los datos de IPC hechos públicos este martes por el INE denotan que la subida de luz ha sido de un 15%, algo que las asociaciones de consumidores y usuarios vienen denunciando desde hace tiempo. Sobre las palabras del ministro Sebastián, el presidente de la Unión de Consumidores de España (UCE), José Ángel Oliván ha reconocido que la media realizada por el ministro fue «incorrecta». «El ministro dividió el total de la factura eléctrica por el número de contratos (incluidas las casas vacías y segundas viviendas) y le aplicó el porcentaje, es una trampa estadística, le quedaría muy bien en la rueda de prensa pero no tienen ninguna aplicación real», ha asegurado Oliván. Respecto a cómo afecta a los usuarios esta subida de la luz, José Ángel Oliván, ha asegurado que sus cálculos pronosticaban una subida de «seis u ocho euros y, efectivamente, no nos hemos equivocado ya que la luz ha subido en torno a diez euros mensuales. No tenemos nada más que fijarnos en nuestras facturas de la luz y comprobar que ahora pagamos entre 60 y 80 euros en nuestras facturas». Por su parte, FACUA-Consumidores en Acción, ha calculado que la extrapolación de la subida de la luz del mes de enero aumentará la factura anual del usuario medio en 81,24 euros con respecto a lo que pagaba con la tarifa vigente desde el pasado octubre. Cada factura mensual subirá una media de 6,77 euros (5,46 más el 24,03% que representan los impuestos sobre la electricidad e IVA), más del doble de los 3,20 anunciados por el Gobierno para «un hogar tipo medio». El usuario medio utilizado por FACUA para realizar su cálculo tiene una potencia contratada de 4,4 kW y un consumo mensual de 366 kWh. «Se echa en falta la voz de los consumidores» Oliván ha reconocido que además de la subida de la Tarifa de Último Recurso (TUR) «las tarifas que fijan las empresas en el mercado libre ha tenido un comportamiento muy alcista». «Las asociaciones venimos denunciando la situación de la energía en España, ya que es mucho más cara que en el resto de Europa sin que haya una razón que lo justifique», ha denunciado el presidente de la UCE. Pese a estos continuos incrementos en la factura eléctrica, parece que los usuarios están sensibilizados con el tema. A renglón seguido, Oliván ha explicado que «los españoles hemos sido bastante disciplinados a la hora de ahorrar en consumo eléctrico: compramos electrodomésticos y bombillas de bajo consumo y nos concienciamos a la hora de apagar las luces o los aparatos eléctricos». Sin embargo, los consumidores no tenemos muchas opciones. Por ello, distintas asociaciones, entre ellas la Confederación Española de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios (CEACCU) ha puesto en marcha una acción de protesta contra la subida de la luz. CEACCU, que denuncia que la electricidad acumula así un incremento del 43% sólo en el periodo 2007-2011, argumenta para ello que «el gobierno tiene capacidad de decisión política sobre la parte de la tarifa que es regulada (los peajes de acceso). Además, se le urge a revisar «los métodos de cálculo del resto de la factura (energía)». ABC. 16-2-2011 Opinión. El Confidencial Gracias por bajarnos las pensiones Álvaro Anchuelo El miércoles 2 de febrero, una foto resumía mejor que un millón de palabras hasta qué punto la clase dirigente española ha perdido todo asomo de pudor. En un primer momento, al ver a este grupo de personas haciendo la piña, la ola, o lo que sea, pensé que se trataba de un equipo de la NBA celebrando un título. Después me percaté de que estaban un poco talluditos y faltaba Pau Gasol. Mirando con más cuidado, distinguí al presidente Zapatero, con su eterna sonrisa, junto a los principales líderes sindicales y empresariales. Pero, si no una canasta triple ¿qué demonios estarían celebrando? No celebraban el fin de la crisis, ni la disminución del paro, eso seguro. El mismo día acababan de publicarse los últimos datos del paro. La Encuesta de Población Activa, que ofrece la mejor radiografía del problema, presenta actualmente las siguientes cifras: el número de parados es 4.696.600, la tasa de paro el 20,33% (frente al 9´6% en la UE-27), se siguen destruyendo empleos tras más de tres años de crisis (138 600 en el IV trimestre de 2010), hay ya 1.328.000 hogares con todos sus miembros en paro, la tasa de paro juvenil es del 42´8%… Para qué seguir. Se trata de cifras monstruosas, que nos hacen retroceder más de una década. Lo que celebraban era algo distinto: la firma del Acuerdo Social y Económico. ¡Qué jubilo! ¡Un acuerdo! ¡Que redoblen las campanas! En medio de tal algarabía, pocas personas se habrán tomado la molestia de leer el acuerdo. Si tienen paciencia, háganlo, por favor. La fiesta que ha celebrado su nacimiento les dejará perplejos. Lo esencial del acuerdo consiste en ratificar una importante disminución futura de las pensiones. Esto es evidente, por más que oficialmente se niegue. Las pensiones se van a disfrutar menos años (al tener que trabajar más tiempo, hasta los 67). Cuando por fin se cobren, la cantidad de la pensión íntegra será menor (al calcularse sobre más años, 25 en vez de 15, lo que incluirá años iniciales con sueldos más bajos). Además, menos personas cobrarán el 100% de la pensión (pues se exigirán 37 años de cotización para ello, o 38´5 de retirarse a los 65, muy difíciles de completar). Según algunos cálculos, la reducción resultante de la pensión media podría ser del 20%. Curiosamente, el gobierno niega que las pensiones vayan a reducirse y, a la vez, presume de que se ahorrarán 3,5 puntos del PIB en el gasto de pensiones futuro gracias a la reforma. Como tantas veces me he visto obligado ya a escribir, está claro que a los ciudadanos españoles nos toman por tontos. Ya conocemos, por tanto, el motivo de la celebración. ¿Se imaginan a los gestores de una compañía de seguros celebrando el anuncio a sus asegurados de que, tras cotizar, hay que cambiar las reglas del juego de la protección futura por falta de recursos? ¿Y que encima les exijan que compartan su alegría ante tal éxito colectivo? Sería más bien un momento para caras tristes, disculpas, explicaciones de lo sucedido y asunción de responsabilidades. Además de los indudables factores demográficos ¿no habrá aumentado la gravedad del problema la mala política económica del gobierno, debido al descenso en el número de cotizantes y al gasto público descontrolado en otras partidas? ¿No habrá ayudado a llegar hasta aquí el que las cotizaciones se hayan usado alegremente en el pasado para fines ajenos al pago de las pensiones contributivas? Se han pagado con ellas pensiones no contributivas. El superávit de la Seguridad Social no se acumulaba en un Fondo de Reserva y ahora se acumula solo parcialmente. Los gastos de gestión de la Seguridad Social se han cubierto con ellas, en vez de con los Presupuestos Generales del Estado. Respecto al resto del acuerdo, sorprende que la parte del documento referida a pensiones sea tan detallada y la referida a industria, energía e innovación tan genérica. Es evidente que el resto de secciones son sólo un envoltorio para intentar simular un acuerdo más amplio, enmascarando así la verdadera naturaleza de lo sucedido. Una última cuestión tiene que ver con los intereses en juego y la dudosa legitimidad de los participantes en el Acuerdo. Recordemos que este gobierno carece de un mandato para las medidas que aplica, pues ganó las últimas elecciones con un programa que prometía exactamente lo contrario de lo que está haciendo. En buena lógica democrática, hace ya tiempo que debería haber convocado elecciones. El acuerdo le viene bien para aparentar que tiene apoyos (aunque es dudoso que los mantenga entre la ciudadanía), para apaciguar la crisis de la deuda pública que ha terminado provocando y para responder a las exigencias de nuestros acreedores internacionales. La patronal siempre ha sido favorable a reducir las cotizaciones a la Seguridad Social para reducir costes. Así mismo, le conviene dar una nueva imagen, tras su cambio de liderazgo. Los sindicatos, que de nuevo han hablado por el conjunto de los trabajadores pese a lo reducido del número de sus afiliados, probablemente estén más preocupados por la reforma de la negociación colectiva, el tema verdaderamente crucial para ellos. Ahora este asunto ha quedado pospuesto y se deja en manos de una negociación bilateral entre sindicatos y patronal. El resto de partidos políticos no han sido consultados y, una vez más con el mejor de los talantes, se les enfrenta a hechos consumados. EL CONFIDENCIAL. 16-2-2011

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