SELECCIÓN DE PRENSA NACIONAL

España escruta el poso griego

La convención del Partido Popular que este fin de semana tiene lugar en Madrid denomina «plazas» a sus espacios de debate. Plazas, con los afiliados dispuestos en círculo, alrededor de los ponentes. En la convención de enero del 2014, el PP llamaba ágoras a esos espacios de reunión, debate y postureo. En un año, las ágoras se han transformado en plazas. Plaza de la Constitución. Plaza de la Prosperidad. Plaza de la Igualdad. Plaza de la Juventud. Plaza Mayor. «La gente del PP también somos pueblo, y el pueblo se reúne en las plazas», declaraba el viernes en ‘Los Desayunos’ de TVE1 Carlos Floriano, secretario de organización de la formación gubernamental. Desde hace unos meses, el secretario general del Partido Socialista Obrero Español, Pedro Sánchez, elegido el pasado mes de julio, llama «asambleas abiertas» a sus actos públicos. Los mítines clásicos han pasado a la historia. Cuando no se dedican a matarse entre sí, en el PSOE celebran «asambleas abiertas». El público sentado en círculo, y en medio, el nuevo líder, con la preceptiva camisa blanca arremangada. La España política se está transformando en un redondel. Un gran roscón, con sorpresas en su interior. El citado Carlos Floriano admitía el viernes que el PP no ha tenido inconveniente en absorber algunos elementos formales del 15-M. «Hay un intento de presentar a nuestro partido como aquello que no es. Un partido de las élites que sólo trabaja para las élites. Nosotros somos gente y la gente se reúne en las plazas». Plazas, asambleas, gente. Todos en círculo, esta noche, escrutando el poso del café griego. Política es, también, absorción y domesticación de lo «nuevo». El mito de Lampedusa, que no puede ser tomado al pie de la letra, puesto que nunca nada permanece inalterado. Basta con leer con atención la magnífica novela ‘El Gatopardo’ de Giuseppe Tomasi Di Lampedusa: una nueva clase dirigente, más moderna, más inculta y más voraz sustituye el viejo dominio aristocrático en Sicilia. Nunca nada sigue igual. La absorción de algunos signos del movimiento 15-M y de algunos significantes del nuevo partido Podemos por parte de los grandes fuerzas políticas constituye ya un primer factor de cambio. El vertiginoso 2015 definirá su alcance final. También en Catalunya será así, con toda su especificidad nacional. Lo viejo también intenta absorber lo nuevo en Catalunya. La coalición gobernante –gobernante durante 28 de los 35 años de autonomía– está efectuando una asombrosa metamorfosis para no verse desbordada por las corrientes de protesta y de impugnación del orden autonómico que la crisis económica y política han desatado. Con diez partidos en densa competición (ocho si tenemos en cuenta las coaliciones), en Catalunya lo «nuevo» comienza a ser hegemónico, sin que se conozca su decantación final. Los vientos de Grecia pueden hinchar ahora las velas de una coalición de izquierdas que se medirá en mayo en el laboratorio municipal (candidatura Guanyem Barcelona), con posibilidades de proyectarse en las elecciones al Parlament de septiembre, rompiendo esquemas. También esta noche, la política catalana escrutará el poso griego. El Partido Popular quisiera sacarse de encima el estigma de partido de las elites y de los escándalos. No le será fácil. La coincidencia de la convención del partido con la puesta en libertad de su ex tesorero Luis Bárcenas no estaba prevista, Y las declaraciones de Bárcenas señalando que Mariano Rajoy conocía desde el principio la existencia de una caja B del partido han dibujado un círculo de tiza alrededor del presidente del Gobierno. Rajoy tomará hoy la palabra ante la convención, sometido a una doble presión: las palabras del ex tesorero y el discurso de José María Aznar el viernes, en la inauguración del cónclave. Bárcenas señala a Rajoy y exculpa a Aznar. Y Aznar quiere seguir dictando lección desde el pedestal. Su discurso, acerado, adusto, eficaz y muy pensado para poner en tensión a la audiencia, fue una reivindicación del PP como Partido Alfa de las clases medias españolas. Aznar rechazó con desdén la actual estrategia de «o nosotros o el caos», atribuida al sociólogo Pedro Arriola, y reclamó una línea más firme, basada en la construcción de un gran bloque sociopolítico de clases medias, estimuladas por la rebaja de impuestos, un plan urgente de empleo juvenil, el choque frontal con Podemos, una nueva línea de tensión en el País Vasco sin concesión alguna a los presos de ETA –la Asociación de Víctimas del Terrorismo celebró un acto ayer en Madrid calificando de «traidor» al Gobierno Rajoy– y una mayor presión sobre el soberanismo catalán, con una explícita política de castigo a Artur Mas. Después de la exposición programática del aznarismo, Rajoy deberá defender hoy, de nuevo, la autonomía de su línea política. Queda pendiente la designación de candidatos a las elecciones locales y autonómicas de mayo en la Comunidad de Madrid. Esperanza Aguirre espera. Y la dirección del PSOE espera que Susana Díaz anuncie mañana lunes la convocatoria de elecciones anticipadas en Andalucía. El Partido Socialista se ha convertido esta semana en una jaula de grillos, ante las evidentes maniobras para descabalgar al secretario general Pedro Sánchez. Los dirigentes territoriales han pedido una tregua hasta después de mayo. El sociólogo José Félix Tazanos, figura de prestigio en el PSOE, presidente de la fundación Sistema, vinculada a Alfonso Guerra, lanzó ayer una dura diatriba contra las maniobras de José Luis Rodríguez Zapatero contra el actual secretario general. El ex presidente se siente muy ofendido por la propuesta de Sánchez de enmendar la reforma del artículo 135 de la Constitución, que él impulsó en septiembre del 2011, con el agua al cuello. (Reforma que concede prioridad total al pago de la deuda española y consagra el principio de estabilidad presupuestaria en todas las administraciones públicas españolas). En busca de una personalidad política propia y temeroso del avance de Podemos en las encuestas, el secretario general Sánchez se ha colocado más a la izquierda de lo que algunos de sus valedores esperaban. Sánchez no aparece hoy como garantía de un gobierno de coalición PP-PSOE dentro de un año, si tal combinación fuese necesaria para la estabilidad del país. Quizá sea este el factor que mejor explique las maniobras orientadas a destronarle antes de verano. Los partidos grandes se hallan en círculo, escrutando el poso de Grecia. Y el partido del círculo, el partido más griego de todos, el que comienza a imponer su lenguaje a los otros, quedará encadenado esta noche al acontecimiento helénico. Si Syriza vence, como pronostican las encuestas, el éxito o el fracaso de la nueva izquierda griega determinarán su evolución en el vertiginoso ciclo electoral español. Podemos ha convocado una concentración-mitin en la Puerta del Sol de Madrid el próximo día 31.

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