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España es el paí­s con mayor desigualdad social de la eurozona

Siempre ha habido ricos y siempre ha habido pobres en España. Pero nunca en los últimos años la distancia entre unos y otros fue tan grande. Ni la diferencia de ingresos tan amplia. La tasa de paro ha hecho mella en los ingresos de las familias. Más de 1,7 millones de hogares españoles, según la última Encuesta de Población Activa, tiene a todos sus miembros en paro. Y solo el 67% de los registrados en las oficinas de empleo reciben alguna ayuda o prestación del Estado. Como resultado, España ocupa una de las posiciones más preocupantes en las estadísticas que miden la desigualdad social y se ha convertido, por primera vez, en el país de los Veintisiete con mayor distancia entre las rentas altas y las bajas.

En España la brecha económica ha superado siempre la media de los socios del euro, al menos desde que arrancan las series estadísticas de Eurostat, en 1995. Pero se mantenía estable. Hasta que la crisis atacó con virulencia y la brecha comenzó a crecer hace cinco años. El llamado coeficiente Gini, que mide la diferencia de ingresos de un país, es una clara muestra de ese cambio. Si la estadística arrojara un cero, significaría que en ese país hay una igualdad perfecta. El 100 sería la desigualdad más absoluta. España sacó en 2011 un 34. El nivel más alto desde que hay registros.

De momento solo 16 países han facilitado sus datos para la estadística Gini de 2011. Pero de entre los que lo han hecho, solo uno supera a España: Letonia, con un 35,2. Cada vez más lejos queda Alemania, con el 29 (y donde además la distancia de ingresos se ha reducido en los últimos años) o Noruega, con el 22,5.

Y no es esta la única estadística que muestra que la desigualdad está creciendo en España. Otro de los indicadores recogidos por Eurostat, el llamado ratio 80/20, establece una relación entre el 20% de la población que más ingresa y el 20% de la que menos ingresa. Los valores más altos indican mayor desigualdad. Y aquí España bate récord: saca un 7,5. Es la nota más alta de los Veintisiete, que obtuvieron de media un 5,7. Ni Letonia en este caso supera a España, ya que se quedó en 2011 en el 7,3. Alemania tiene un 4,6. En Noruega baja al 3,3.

La losa del paro y los recortes salariales

La destrucción de empleo, el fin de las prestaciones y las rebajas de sueldos han castigado las ganancias. “Hay países como Lituania o Letonia que, aunque también tienen índices de desigualdad elevados, al menos remontan en 2011. España no se beneficia de ese avance”, lamenta Antonio Márquez, profesor de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Universidad de Málaga. Apunta, sin embargo, a que al menos el crecimiento de los indicadores se ha frenado, ya que el escalón fue más amplio entre 2009 y 2010. “Pero lo preocupante es el desastre que puede llegar en unos años. Veremos el efecto del enorme desempleo juvenil actual y de los problemas de formación que arrastra España. Eso puede hacer que el escalón sí sea tremendo”, advierte

El aumento de la brecha social es un fenómeno global sobre el que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) encendió las alarmas a finales del año pasado: la distancia entre ricos y pobres se encontraba en 2008 (últimos datos analizados) en el nivel más alto de los últimos 30 años debido sobre todo a la cada vez mayor diferencia salarial. No se trata siempre de una consecuencia de las crisis, las desigualdades también crecen en la bonanza debido, según el organismo, a que desde mediados de los 90 las políticas correctoras como los impuestos y los servicios sociales han perdido poder de redistribución de riqueza.

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