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España, en venta, paraí­so de los fondos buitre

España está en venta y los fondos buitre están haciendo su agosto. El negocio inmobiliario y las empresas en quiebra, especialmente, están siendo víctimas de la compra de inversores extranjeros ante la necesidad que tienen de dinero fresco que les permita sobrevivir. Las próximas serán las grandes, las del Ibex 35. Esta misma angustia de capital les lleva a caer en manos de inversores que lo que buscan es comprar barato, trocear la compañía y vender después todos los activos rentables pero sin ningún plan estratégico que permita salvar los trabajadores. El Ministerio de Economía prepara ante ello un Anteproyecto de Ley para poner coto a estos inversores y al capital riesgo que se están haciendo con el control de muchas empresas españolas y que amenazan con dominar el sector del ladrillo. Durante el pasado año, estos hedge funds invirtieron en el país unos 14.000 millones de euros, un 118% más que el año anterior. Se estima que los fondos buitre han adquirido en 2013 activos inmobiliarios por valor de 3.000 millones de euros y deuda pública fallida por más de 6.000 millones.

El presidente del Santander, Emilio Botín, decía hace meses que estaba llegando a España dinero de todas partes. La cuestión de fondo, en cambio, es inquietante: ¿ese capital que llega es para quedarse o para aprovecharse de las gangas? Y es que puede que no le faltara razón al multimillonario Donald Trump cuando dijo: «España está enferma y toca aprovecharse».

El ministro de Economía, Luis de Guindos, admitía recientemente que la situación empieza a preocupar al Gobierno y que se van a investigar algunas de las operaciones que se han realizado por parte de determinados fondos de inversión. Los sindicatos están presionando también al Ejecutivo para que agilice las ayudas a las empresas e impida que los bancos vendan la deuda que tienen contraída algunas empresas endeudadas. Guindos se ha comprometido sacar adelante esta primavera el Anteproyecto de Ley de capital riesgo que controlará las operaciones que realicen los fondos de inversión extranjero.

Esta nueva legislación tratará también de aliviar la situación de aquellas empresas que están endeudadas y que ven peligrar su actividad, pese a ser rentables, porque no pueden pagar los intereses que les cobran los bancos. Muchas de estas sociedades han sido víctimas de los famosos fondos buitre, que se apoderan de la deuda de tienen contraída con los bancos y se hacen con la gestión, exigiendo a la vez unos intereses mucho más elevados de los que tenían pactados con los bancos prestamistas.

Desde el estallido de la crisis, la llegada de fondos se ha disparado y han proliferado como setas. Inversores como George Soros está tomando participaciones tanto en el negocio bancario como en el inmobiliario y el constructor. Recientemente entró en FCC comprando un 3% a Esther Koplowitz, y figura entre uno de los inversores que van a participar en la compra de un paquete del 7,5% del capital que quiere vender el Estado en Bankia. Ha admitido también que va a invertir otros 92 millones de euros en la sociedad inmobiliaria Hispania, convirtiéndose en uno de los principales accionistas a través de Quantum Strategic Partners, fondo de inversión gestionado por Soros Fund Management.

Hasta Bill Gates

En octubre de 2013, el cofundador de Microsoft, Bill Gates, se convirtió en el segundo accionista de FCC tras comprar el 6% con un desembolso de 113 millones de euros, la cuarta parte de lo que habría pagado si la situación de la empresa no fuera la que es. La constructora arrastra una crisis financiera y de deuda que ha provocado una reestructuración de todos sus negocios y la venta de algunos de sus activos no estratégicos.

Su accionista principal Esther Koplowitz no ha tenido más remedio también que reducir su capital y dejar de repartir dividendo. FCC firmará este mes de marzo el acuerdo de refinanciación que tiene con los bancos de 4.950 millones de euros de deuda, el grueso del pasivo que tiene de 5.975 millones. La empresa ha podido salvar el bache gracias en parte a la venta de activos. En el último año, ha desinvertido en negocios por valor de 1.500 millones de euros y espera ingresar este año otros 500 millones.

FCC se ha librado en parte de la quema de los fondos buitre y ha logrado salvar la situación con los bancos por la desinversión que ha hecho. Otras empresas, en cambio, no logran evitar caer en las garras de este tipo de fondos. Nombres como Cerberus, Apollo, GSO (filial de Blackstone), Lone Star, Fortress, Canyon Capital Finance, KKR, Lindorf y Elliot, HIG Capital, empiezan a aparecer entre los hedge funds más agresivos.

Pescanova, en concurso de acreedores desde abril de 2103, es uno de esos casos. La empresa gallega tiene a los fondos KKR y Ergon Capital que están asociados a la cervecera Damm para hacerse con el control de la compañía pero ofreciendo quitas de hasta un 95%. Otra situación similar que incluso ha sido denunciado ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) es el caso de la compañía de juegos Codere. Canyon Capital Finance y GSO Capital Partners adquirieron la deuda bancaria de Codere a los bancos Credit Suisse, Barclays, BBVA y Houston Casualty Company, sin el consentimiento de la propia compañía. Un grupo de accionistas minoritarios tiene presentada una denuncia contra los propios bancos y los fondos por estafa, extorsión y coacciones. La empresa que preside José Antonio Martínez Sampedro ha denunciado también ante la CNMV la oferta presentada por sus acreedores de aportar 400 millones de euros a cambio del 82,5% por considerar que es un «fraude de ley».

El negocio inmobiliario

Pero donde realmente están haciendo grandes operaciones es en el sector inmobiliario. La Sareb (la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria) está vendiendo bloques de viviendas enteros a estos fondos. HIG Capital compró hace meses a la Sareb 940 viviendas por 100 millones de euros. El fondo Blackstone, a través de Magic Real Estate, ha adquirido también 1.860 pisos de protección oficial en alquiler al Ayuntamiento de Madrid por 125 millones y el banco estadounidense Goldman Sachs, junto con el grupo Azora, han adquirido otros 3.000 pisos al IVIMA por 200 millones.

Los bancos se están desprendiendo de todas sus carteras inmobiliarias y están siendo controladas por estos inversores. Bankia ha vendido su división inmobiliaria al grupo Cerberus por 40 millones; CaixaBank se ha deshecho de Servihabitat por 250 millones; el Banco Santander y Banesto han vendido Aktua por 100 millones a Centerbridge, y el Popular ha hecho lo mismo con su negocio inmobiliario que se lo ha traspasado por 800 millones a los fondos Värde Partners y Kennedy Wilson. Catalunya Bank, que en un principio había llegado a un compromiso con estos dos fondos oportunistas para hacerse con Catalunya Caixa Inmobiliaria por unos 50 millones de euros, ha sido abortada la operación. Apollo, Cerberus o Magic Real Estate estarían ahora interesados.

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