El gobierno de Mariano Rajoy empieza a recular y suavizar las que hasta ahora eran unas posiciones intransigentes en el caso de la extensión del segundo rescate de Grecia por la UE, ante el temor de que una ruptura frontal entre Alemania y Grecia abra una crisis profunda del euro y en la Unión Europea. Lo que podría dañar severamente el proceso español de recuperación económica y salida de la crisis. Entre otras cosas porque, tras la eventual salida de Grecia del euro, los mercados pondrían en el punto de mira a Portugal, España e Italia.
Este temor de España no es solo exclusivo de nuestro país y se extiende a otras capitales europeas y a las instituciones de Bruselas. Y Así, mientras Alemania sigue calificando de ‘insuficientes e inaceptables’ las últimas propuestas griegas para la extensión por seis meses del segundo rescate de la UE, la Comisión Europea que preside Jean Claude Juncker ha calificado la propuesta helena como paso positivo que puede permitir el compromiso que ha de cerrarse este día 20 de febrero.
Entre otras cosas porque Grecia se ha declarado presta a pagar la deuda, a someterse al control de ‘la troika’ -con otra denominación- y a mantener un equilibrio presupuestario durante los próximos seis meses, aunque no acepta nuevas medidas de austeridad.
Sin embargo el ministro alemán de finanzas Martin Jäger ha afirmado que la oferta de los griegos no representa una ‘solución sustancial’ y tampoco cumple los compromisos exigidos por el Eurogrupo. El que hoy celebrará una reunión tensa y puede que definitiva a favor del acuerdo o la ruptura, lo que tiene en estado de máxima alerta a los mercados europeos y también a las cancillerías de los países de la Unión, España ahí incluida.
Vista la intransigencia del gobierno de Berlín y tras de una conversación telefónica entre Merkel y Tsypras, el gobierno griego ha hecho saber a la opinión publica que tiene la impresión de que Alemania está buscando la ruptura y no quiere llegar a un acuerdo, manteniendo posiciones firmes y a la vez inmovilistas. Y ello a pesar que el vice-canciller alemán Sigmar Gabriel solo habló de propuesta ‘insuficiente’ de Atenas, pero añadió que podría utilizarse como punto de partida para una negociación.
Declaraciones fuertes y cruzadas entre Berlín y Atenas que desvelan una batalla política y también de opinión pública, cosa que conocen muy bien en Bruselas y de ahí la posición conciliadora del presidente Juncker en pos de lograr un pronto acuerdo, porque una ruptura podría ser catastrófica para el euro y la UE, y para España, Italia y Portugal especialmente.
Por ello el ministro De Guindos, que como el propio Rajoy mantuvo unas posiciones muy duras contra Grecia y alineadas con Alemania, ahora da la impresión de que adopta una posición algo más conciliadora -PP y PSOE declararon ayer en el Congreso de los Diputados que quieren lograr un acuerdo con Grecia-, temerosos como empiezan a estar en Madrid de que la ruptura de Alemania con Grecia abra una profunda crisis en la UE que por otra parte arruine las expectativas de crecimiento y recuperación de España.
Decía De Guindos, metiéndose donde no debe, que Grecia se equivocará si busca financiación en Rusia o China (los chinos tienen el 20% de la deuda española), porque según el ministro español la UE es ‘la madre’ y los otros son ‘la madrastra’. Pues menuda madre es esta Europa que abandona a sus hijos en la ruina y no respeta las decisiones democráticas de sus países.
Al final de esta partida, lo hemos dicho más de una vez, Grecia tiene en sus manos más ases y otros argumentos que los simples económicos de Merkel. Sobre todo porque su posición estratégica en el Mediterráneo es algo que interesa mucho a Moscú y a Pekín, y no digamos si Grecia decidiera salir de la OTAN en el caso de que fuera expulsada del euro. Por todo ello cabe esperar que este viernes el Eurogrupo firme el acuerdo con Atenas, porque de lo contrario entraríamos en un tobogán infernal. Y que se cuide España de mediar a favor del acuerdo con los griegos no vaya a ser que la ruptura con Grecia se revuelva contra España como un boomerang.