Un año de canon digital

Espadas en alto

Un CD-R son 0,17€ a las entidades de gestión de derechos de autor. Un móvil 1,10€, un disco duro 12, una impresora 7,95€…Están gravados escáneres, aparatos multifunción, fotocopiadoras, grabadoras DVD, discos duros, memorias USB, reproductores MP3 y teléfonos móviles multimedia. Además se aplica a soportes, como discos CD y DVD grabables. Aunque los deudores del canon son los fabricantes y los importadores, al final acaba pagando el consumidor. Todo lo que pueda servir para hacer copias de obras protegidas tienen que pagar la «remuneración compensatoria por copia privada».

Un año desués podemos decir que la batalla que se está librando tras el canon digital se ha polarizado. Ambas partes contendientes van ganando fuerza. Unos tienen el poder, la mayoría tenemos la razón. Me refiero a la batalla por el control de la red y la difusión de la cultura. De un lado, las entidades de gestión de derechos de autor, encabezadas por la SGAE, con casi cien mil socios. Bajo la máxima de que los autores, unidos, son más fuertes para hacer respetar y negociar el rendimiento de sus obras, se han lanzado a una vorágine recaudatoria que ha colocado en tan sólo 8 años la Sociedad haya pasado de ingresar 243 millones de euros en 2000 a 334 millones en 2008. Un 37% de aumento de beneficios en 8 años y una crisis financiera por medio (aunque los ingresos por conciertos, que son la parte principal, han crecido también más de un 30% en los dos últimos años), beneficios para repartir a los socios, calculados después de que la SGAE ha cobrado su 20% de gastos de gestión.Según los cálculos de AETIC, que agrupa a las empresas de tecnologías de información y comunicación españolas, las entidades gestoras de propiedad intelectual están ingresando bastante más, "como mínimo el 50% más del límite más alto". Y es que una Orden ministerial de junio de 2008 establece que el perjuicio anual de la copia privada está entre 110,2 y 117,8 millones de euros. Para libros, la horquilla está entre 34,8 y 37,2 millones de euros, mientras para fonogramas y audiovisuales, entre 75,4 y 80,6 millones de euros. La Asociación de Internautas calcula de 225 millones de euros de ingresos por compensación de copia privada, de los cuales hasta 80 millones pueden venir de las compras de material de las administraciones públicas, desde el estado central hasta el último ayuntamiento, que no están exentas de este pago. La única que puede ver elevados sus ingresos es Hacienda, puesto que el canon está sujeto a IVA. Su posición se ha visto fortalecida por la elección de la nueva ministra Ángeles González Sinde, auténtica bestia negra para las asociaciones de internautas ppor sus posiciones contra las descargas. Considerada una auténtica defensora del “pay per view” en el mundo cultural. ¿Cuánto han perdido los autores por las redes de P2P (Peer to Peer, intercambio de archivos)? Todo parece indicar que no se han resentido. Hay quien opina que se han beneficiado puesto que ha aumentado la difusión de sus trabajos. Por otro lado, las asociaciones y plataformas de internautas, quienes han orientado esta batalla como una lucha por los derechos civiles ante la monopolización y la coartación creciente de la libertad digital. La llamada plataforma contra el canon digital hizo una manifestación el 24 de mayo pasado y presentó 3 millones de firmas con una propuesta alternativa al canon para que se respetaran los derechos de autor y de los consumidores.En su aspecto estrictamente financiero, las pequeñas y medianas empresas de informática y nuevas tecnologías (agrupadas entorno a APEMIT) denuncian que el 45% de las tiendas que había antes del verano de 2006 han tenido que cerrar. Casi todas eran negocios familiares con uno o dos empleados.A finales de mes de julio acaba el plazo de la liquidación trimestral de la compensación por copia privada. Sabremos el balance financiero. En el campo de batalla, las espadas están en alto. * En total hay ocho entidades gestoras de propiedad intelectual, que representan unos 133.000 socios en conjunto: AGEDI (Asociación de Gestión de Derechos de Propiedad Intelectual), AIE (Artistas Intérpretes y Ejecutantes), AISGE (Artistas Intérpretes Sociedad de Gestión), CEDRO(Centro Español de Derechos Reprográficos, que se han visto perjudicados por el canon), DAMA (Derechos de Autor de Medios Audiovisuales), EGEDA (Entidad de Gestión de Derechos de Productores Audiovisuales), SGAE (Sociedad General de Autores y Editores que recauda el 72% del total), y VEGAP (Visual Entidad de Gestión de Artistas Plásticos).Los sepultureros del canon digitalLa Asociación de Internautas salió a la calle el pasado 24 de mayo para defender la "ineludible necesidad de restablecer el equilibrio entre el derecho individual de autor y el derecho colectivo a la cultura". Según ellos, "la Industria de contenidos debe asumir que los modelos de negocio que no puedan competir en el nuevo escenario tecnológico tienen que desaparecer y no pueden sostenerse artificialmente a costa de restringir las libertades civiles".Por su lado, la Plataforma Todos Contra el Canon Digital ha presentado en el Congreso de los Diputados un escrito firmado por tres millones de ciudadanos solicitando que se debata una propuesta de solución “más justa y equitativa para compensar a los autores por la copia privada que se hace de sus obras”. La solución pasaría por aplicar directamente la compensación del derecho de copia privada sobre la obra original que lo genera. En definitiva, se pagaría al comprar un original e iría directa e íntegramente al autor, sin pasar por los intermediarios como la SGAE, que se quedan un 20% de los beneficios en concepto de gestión, todo sea dicho. Según la Plataforma “esta solución beneficia tanto a los ciudadanos como a los creadores”, a diferencia de la situación actual, en la que “cobran sólo unos pocos y no se sabe quiénes son, ni cuánto cobran ni cómo se reparte”. También dentro de la SGAE crecen sus sepultureros. José Antonio Prieto, socio y antiguo inspector de la SGAE, que hace diez años denunció ya a la sociedad ante los tribunales por presuntos impagos y está pendiente ahora de una resolución de la justicia. Aunque es muy difícil demostrarlo, este músico asegura que sus obras se siguen utilizando, e insiste en que no cobra nada por ello denuncia que “mientras que hay autores que pasan serias dificultades económicas, la SGAE se dedica a abrir sedes majestuosas en Nueva York y crear un trama empresarial para hacer negocios". Junto a otros socios críticos exigen al Ministerio de Cultura que haga una auditoría sobre los balances de la SGAE y denuncian que si el Gobierno no hace nada es porque está pagando favores políticos

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