Ese no es buen camino

Triste, desconcertante, atética incluso, ha sido la reacción del nuevo secretario general deIzquierda Unida, Cayo Lara, ante la ruidosa bofetada electoral vasca a Madrazo, que lo ha dejado no sólo fuera del parlamento sino probablemente fuera de la política. La incomprensión y desconsuelo de Lara, su pobre argumentación (“con lo bien que lo había hecho en la consejería de vivienda”), obviando hechos tan determinantes como que Madrazo ha sido el monaguillo de “izquierdas” que ha ayudado a Ibarretxe a llevar a cabo su “misa negra” (Plan Ibarretxe, limpieza étnica, exclusión de los no nacionalistas, …) e incluso ha ayudado a ANV (última marca política a ETA) a regentar ayuntamientos, demuestra que el nuevo liderazgo de IU está aún muy lejos de la verdadera catarsis que necesita para salir del hoyo en que se ha metido. Lara empezó bien, declarando que rechazaba los independentismos y que el país necesitaba una huelga general ante la crisis. ¿Por qué no persiste en esa línea, en vez de andar lamentando la derrota de uno de los personajes cuya actuación durante años ha sido directamente responsable de que la coalición redujera sus votos a la mitad y estuviera a punto de convertirse en una fuerza extraparlamentaria?