Cargando...La presencia de buques de guerra de la OTAN y varias acciones bélicas contra los piratas en aguas somalíes no han hecho que disminuyan los ataques, sino al contrario. Los piratas han doblado sus ataques en los primeros tres meses de 2009 respecto al mismo periodo hace un año. Con el pretexto de redoblar la lucha contra los asaltos en alta mar, la OTAN, encabezada por Washington, ha anunciado la creación de una misión de larga duración, llamada «Escudo Oceánico», que sustituirá al actual dispositivo de la Alianza Atlántica en el Golfo de Adén. ¿Es la lucha contra una forma de delincuencia especialmente violenta y peligrosa para el comercio internacional lo que busca la OTAN?.
El Alto mando de la Alianza Atlántica ha arobado una directiva por la que crea una misión a largo plazo para combatir a los bucaneros que asaltan a la flota mercante frente a las costas de Somalia y en el Golfo de Adén. La misión, denominada “Escudo Oceánico”, sustituirá a la actual misión “Protector Aliado”, cuya vigencia expira el 28 de junio y donde participan 5 barcos de guerra, entre ellos la fragata española Blas de Lezo. Fuentes del Pentágono han afirmado que EEUU dotará al nuevo dispositivo con logística adicional, comunicación de Inteligencia, así como, posiblemente, con barcos para esta misión", y ha espetado al resto de miembros de la OTAN a que hagan lo propio: “Queremos más que dos barcos durante dos semanas. La posición americana es que es importante para la OTAN continuar sus esfuerzos contra la piratería", dijo una fuente militar norteamericana refiriéndose a sus aliados. Ciertamente por esta zona –la entrada al Mar Rojo y paso obligado en la ruta entre el Índico y el Mediterráneo vía Canal de Suez- pasa el 30% del transporte de crudo del planeta. Pero el interés estratégico de la OTAN –y por tanto de Washington- en la zona no sólo hace referencia a los estragos económicos o comerciales –verdaderamente cuantiosos- que la piratería causa. El Golfo de Adén y el Cuerno de Africa, son zonas crecientemente conflictivas. Los países africanos del área –principalmente Somalia, pero también Eritrea o Sudán o Yemén en la península arábica- son “estados fallidos” o con un fuerte grado de penetración de potencias y centros de poder rivales a la superpotencia: China, Irán, pero también la insurgencia islamista. EEUU y sus aliados occidentales no pueden permitirse perder el control no sólo económico y comercial, sino sobretodo político y militar de una zona tan cualitativa.