Una reunión extraordinaria y de urgencia en Moncloa, entre Rajoy, Santamaría, De Guindos y Montoro fijó un recorte de 10 mil millones de euros en Sanidad y Educación. La respuesta inmediata por parte del Gobierno a las exigencias planteadas por Bruselas y el FMI – Washington y Berlín » horas después de haber aprobado unos presupuestos que suponen la mayor sangría en las condiciones de vida de las últimas décadas.
Pero nadie debe dejarse engañar. Y para ser fieles a la verdad debemos dejar de llamarlos recortes abriendo, por lo tanto, la puerta a una disputa de criterios, a un aparente enfrentamiento entre quienes piensan que hay que recortar aquí o allí, hacerlo así o asá, más rápido o con más serenidad, con apisonadora o llegando a “consensos” basados en “negociaciones”. Hablemos, entonces, de saqueo.Efectivamente. Asistimos, sin tapujos, al mayor saqueo de la historia moderna de nuestro país. Un saqueo sin rubor, que desde los principales centros de poder se ejecuta contra nuestros salarios y rentas, y ahora, contra los puntos más sensibles de nuestras condiciones de vida, la salud y la formación de las generaciones futuras. Así se pretende hipotecar el destino de nuestro país por largas décadas, lastrando nuestro desarrollo y atándonos en corto a las necesidades de EEUU y Alemania. ¡Saqueo!, ¡saqueo!, ¡saqueo! Así debemos gritarlo en cada oportunidad que tengamos. El próximo 1 de Mayo en la celebración del Día del Trabajo, el 12 de Mayo en la convocatoria de movilizaciones a nivel mundial, el 15 de Mayo en el aniversario del Movimiento 15-M…¡Saqueo!, ¡saqueo!, ¡saqueo!… ¡No son recortes!, ¡es saqueo!Y es saqueo porque perdemos parte de nuestras rentas y salarios por una supuesta deuda que es usura y expolio. Pero es saqueo porque bancos y multinacionales, también en la Educación, en todos los ámbitos de la Cultura, en la Salud y la Ciencia, se apropian de nuestros recursos incrementando sus beneficios. «Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse»Volviendo una y otra vez a Celaya: “Maldigo la poesía concebida como un lujo cultural por los neutrales que, lavándose las manos, se desentienden y evaden. Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse”No es el momento de permanecer impasible, es el momento de gritar ¡al ladrón!, o salir corriendo por las calles de los pueblos golpeando sartenes como cuando la zorra visita los corrales, y las gentes la persiguen poniéndola en fuga. Los números están encima de la mesa y son incontestables. Los que los sufrimos… la mayoría. Decíamos en el anterior número que “ha llegado el momento del “¡no queremos!” de todos y con el que todos nos identifiquemos, ¡porque no nos da la gana!”, pero la realidad se mueve y ante tamaña ofensiva mediática que justifica cada día que tengamos que “apretarnos el cinturón y bajarnos los pantalones al mismo tiempo” como un destino inevitable y, además, del que somos culpables, se hace doblemente necesario gritar…¡No queremos!, ¡no nos da la gana!, porque ¡es un saqueo!… y porque además tenemos otra alternativa.