Isabel Sola, experta en coronavirus del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC)

«Es un éxito conjunto de la ciencia»

Veinticinco años de experiencia trabajando con coronavirus acreditan a la navarra Isabel Sola Gurpegui como una de las máximas autoridades españolas y globales en el SARS-CoV-2 y sus vacunas. Desde enero, el equipo que Sola codirige junto a Luis Enjuanes en el Centro Nacional de Biotecnología del CSIC Sola está desarrollando su propio remedio contra la Covid-19, un sofisticado logro biotecnológico que, cuando vea la luz a finales de 2021, promete una de las vacunas más completas del mundo.

Entrevistamos a la experta en la víspera del 27 de diciembre, el día en el que comienzan las vacunaciones en España, en medio de la expectación sobre en qué medida evitará los contagios y la cantidad de población que decidirá vacunarse.                                                                

Mañana empiezan las vacunaciones en España. ¿Cómo valoras el hecho de que se hayan aprobado varias vacunas en tiempo récord? 

Es un éxito conjunto de la ciencia y de la cooperación entre la investigación, las farmacéuticas y los gobiernos. Ha sido posible gracias a una combinación de varias cuestiones. Primero, el conocimiento previo, los coronavirus son una familia de virus en la cual se lleva trabajando años, y gracias a ese conocimiento las vacunas no han empezado de cero. También ha sido posible gracias a una inversión sin precedente y al interés enorme por hacerlo. 

En el 2002 apareció el primer coronavirus mortal en humanos e inicialmente hubo mucho interés en investigarlo, pero después el coronavirus desapareció y se dejó de temer al lobo; la financiación se redujo muchísimo y muchos grupos tuvieron que dejar de trabajar. Nos hemos ido quedando solo unos pocos, pero de todo ese trabajo que se ha hecho de vacunas de SARS y de MERS tenemos un conocimiento muy útil ahora. 

¿Es importante pensar también en las investigaciones necesarias a largo plazo?

Claro, sabemos que los virus no surgen de la nada. Los virus con potencial pandémico están en la naturaleza, hay cientos de miles de ellos por descubrir. Vivir de espaldas a eso es engañarse. Desde el año 2000 este es el tercer coronavirus que aparece. Surgió el SARS en 2002, MERS en 2012 y ahora en el 2019, este. Esto significa que los virus están ahí, y que tienen suficiente capacidad para poder hacer el salto de barrera de especie y provocar pandemias como la que tenemos.                                                 

Las vacunas tan rápidas han sido posibles por el conocimiento previo de los otros coronavirus. Si uno suma la investigación previa, realmente el desarrollo de la vacuna ha llevado muchos años. La ciencia no es comida rápida, no se hace de un día para otro, la ciencia se cocina a fuego lento. Requiere tiempo, personas con experiencia, instalaciones y protocolos de alta seguridad. Esto es un recordatorio de que hay que estar preparados. Tiene que servir de lección para el futuro. 

Una de las nuevas preocupaciones son las nuevas mutaciones del virus, como la cepa de Reino Unido. ¿Las vacunas van a ser eficaces contra las mutaciones?

Cambiar está en la naturaleza de los virus, generan muchísimas variantes que les permiten adaptarse a las circunstancias. Hay un cambio ambiental o presión exterior, y de todas las variantes que existen, alguna de ellas tiene éxito en esa circunstancia nueva. Y a partir de ahí, el virus sigue su evolución.                                                         

Todavía no hay ninguna evidencia sólida de que las vacunas funcionen exactamente igual o no funcionen como deberían respecto a nuevas mutaciones. Podemos hacer una previsión basada en que las vacunas entrenan a nuestro sistema inmune para que responda a muchas partes de la proteína S del virus, de casi 1300 piezas; de las cuales, la variante del Reino Unido tiene unos ocho o diez cambios. Hay un pequeño porcentaje de cambios de lo que era la secuencia clásica.                                     

Lo más probable es que, en conjunto, la respuesta que generen las vacuna siga siendo válida. En el peor de los casos, si algún cambio en el virus hiciera perder efectividad a la vacuna, habría que reformularla, lo cual es relativamente rápido; se puede reprogramar en unas semanas y volver a producirla. 

¿Hasta dónde nos protegen las vacunas?

La duración de la inmunidad es una pregunta para la cual no tenemos respuesta, no ha pasado tiempo suficiente. No sabemos si la vacuna impide la transmisión del virus, pero lo más probable es que en parte lo limite. Para poder afirmar que la vacuna nos protege durante un año, tiene que haber transcurrido un año desde que una persona se ha vacunado o ha tenido la infección

La respuesta inmune tiene dos frentes. Uno son los anticuerpos, moléculas que van por nuestra sangre, encuentran al virus y lo neutralizan. La otra parte de la respuesta inmune son células, los linfocitos T, y estos sí que pueden durar varios años. ¿La combinación de ambos es suficiente para proteger? Aún no lo sabemos.                    

Podría ser que el coronavirus no cambie, pero que la inmunidad no durara mucho, y, entonces, hiciese falta hacer vacunas de recuerdo para reinmunizar cada uno o dos años.                   Lo que sí se sabe de estas vacunas es que disminuyen el riesgo de que una persona desarrolle la enfermedad, de forma leve o severa. Estando vacunado, el riesgo de desarrollar una infección sintomática -con insuficiencia respiratoria, por ejemplo- disminuye muchísimo, más del 90%. Esto ya es un gran alivio para la población y para el sistema sanitario, que tendrá que atender a menos personas. 

Diriges un proyecto de vacuna junto con Luis Enjuanes. ¿En qué punto de desarrollo está?

Nuestra vacuna está en ensayos preclínicos todavía. Confiamos en que va a ir bien, hemos desarrollado otras vacunas muy similares a esta para otros coronavirus. Tenemos la experiencia previa de que un desarrollo similar ha funcionado al 100%. Esperamos, a lo largo del primer trimestre de 2021, tener los resultados de los ensayos en animales y poder empezar cuanto antes los ensayos en humanos, para que en la segunda mitad del año estén los primeros resultados y dispongamos de otro candidato a vacuna.                Cuando hemos probado nuestra vacuna para otros coronavirus en animales, ha dado una protección de 100% frente a la enfermedad y, además, da inmunidad esterilizante. Esto quiere decir que el virus no se puede multiplicar ni transmitirse desde los animales vacunados. 

¿Cómo valoras las demás vacunas españolas?

En el CSIC, además de nuestro candidato, hay otras dos. Una es la del equipo de Mariano Esteban y Juan García Arriaza. Ellos utilizan una plataforma, la del virus de la viruela, que también están usando otros grupos en el mundo. Esta variante del virus se utilizó para vacunar contra la viruela y erradicarla. La otra vacuna del CSIC es de ADN. También este laboratorio había empleado una estrategia como esta para hacer una vacuna contra un parásito, con muy buenos resultados.

Todos los candidatos de vacuna en España, desde un punto de vista científico, no tienen nada que envidiar a los demás. Son candidatos prometedores, y soy optimista respecto a la posibilidad de que estas vacunas puedan aprobarse y contribuir a acabar con la Covid.

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