La reforma educativa del PP

¡Es saqueo, idiota!

Se enfrentan los intereses del 90% de la sociedad y los de los principales centros de poder. Una educación clasista para el saqueo. Los recortes en Educación suponen más de 10 mil millones de euros en 5 años. Este curso ha empezado con 6 mil millones menos. Más de 40 mil profesores van a perder sus puestos de trabajo, las tasas universitarias van a elevarse hasta los 1.500 euros de media anual, y las condiciones para acceder a becas van a endurecerse enormemente. Sin embargo parece que el debate en torno a la Reforma del PP no sale de la re-centralización. ¿Qué importancia tiene esto ahora?, ¿como para ser el centro de atención?

España va a agudizar su perfil de “país de camareros”, la Florida europea en la que el abismo social entre la minoría privilegiada y la gran mayoría es insalvable.

El aspecto principal del proyecto educativo del PP, continuación del proyecto del PSOE con otras “apariencias”, no es la re-centralización de la Educación, ni el retroceso en las fórmulas educativas con una especia de vuelta al antiguo B.U.P, ni el enfrentamiento entre lo público y lo privado. De hecho, las asociaciones de madres y padres de alumnos de escuelas públicas y privadas, se han unido para denunciar los recortes y los planes educativos del gobierno. «Esta es la reforma educativa que necesitan los recortes del FMI y el BCE»

Cada una de las medidas que el gobierno prepara no buscan más que un doble objetivo: un gigantesco trasvase de rentas, y la reforma de las estructuras educativas aumentando en control de las grandes corporaciones sobre ellas.

La propuesta estrella del gobierno se basa en la reducción en un año de la ESO y el “incentivo económico” de la FP. Una reestructuración que es presentada como la solución al fracaso escolar. Los alumnos podrán entrar antes en los ciclos de Formación Profesional con el aliciente de poder combinar su aprendizaje con “trabajo remunerado” en las empresas. El sistema educativo va a transformarse en un gigantesco “taller de aprendices”, de mano de obra barata, que nutrirá las necesidades del mercado laboral, enmascarando así los datos del fracaso escolar que, en una gran parte, se trasvasarán a los datos del paro.

La reforma pasa también por caminar hacia una educación separada por niveles, como ocurre en Holanda, en los que, en función de que “los peores” no lastren a “los mejores”, se les divide en tramos según sus notas y rendimiento. Una pequeña minoría sea la elegida para poder acceder a los niveles superiores, mientras que a la gran mayoría se le condena al fracaso.

El proceso de “privatización” es en realidad un aumento del control y la capacidad de decisión de los monopolios sobre nuestra educación básica, secundaria y universitaria. Ya no es la externalización de los servicios básicos, como limpieza o comedores, ni la creación de bolsas de paro gestionadas por ETTs (propiedad de los monopolios en su mayoría), sino la participación directa de fundaciones en la gestión de colegios públicos, universidades y su financiación.

Recientemente el ministro Wert se encargó de recordar que “el gasto educativo tiene que ser compartido por las familias”. Con las subidas de las tasas universitarias y las matrículas escolares, el aumento de los costes del material y los libros escolares (además de la subida del IVA), la jibarización de las becas, y la externalización de las actividades extraescolares, lo que va a implantarse en Educación es un auténtico copago. Un auténtico saqueo.

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