Es hora de coger el toro por los cuernos

«No es que Washington no entienda que en el futuro los EE.UU. no podrán gozar de una posición hegemónica como la que han tenido en el pasado, sino más bien deberá compartir sus intereses con los de los paí­ses asiáticos. EE.UU. quiere asegurarse que sus intereses fundamentales no sufran ningún daño. Esto tiene su cierta lógica. Sin embargo el problema es que esos intereses fundamentales precisamente han sido producto de la hegemoní­a»

Siendo EE.UU. el creador y el defensor de todo tio de escenarios en la situación geopolítica de Asia, interrogantes como cuál será su actitud frente a Beijing, o si aceptará la realidad de que China se ha convertido en una potencia regional, y cómo otros países utilizarán la ayuda de EE.UU. para contrarrestar el poder de China, influirán directamente en la estabilidad de la región. Todo esto también dependerá en gran medida de si EE.UU. podrá contener sus impulsos hegemónicos. Estados Unidos no carece de estrategas con visión de futuro. Para Washington, el mayor inconveniente es la falta de una clara comprensión de la valentía que supone ajustar la política a la realidad. (DIARIO DEL PUEBLO) THE WALL STREET JOURNAL.- España, que intenta como puede reducir su déficit presupuestario, ha convocado elecciones anticipadas. Madrid y Roma ya están en el punto de mira de los mercados. Las cumbres de emergencia y las promesas de proteger a la eurozona han fracasado. Las grietas empiezan a aparecer en el corazón de la eurozona, a medida que los mercados de deuda comienzan a hacer distinciones entre la deuda francesa y alemana. Los bonos franceses a diez años, en el 3,22%, tienen ahora mismo una rentabilidad 0,68 puntos porcentuales por encima de los alemanes, una diferencia muy superior a los 0,3-0,4 puntos porcentuales registrados durante buena parte del año. Este nivel no se registraba desde los meses posteriores al colapso de Lehman Brothers. China. Diario del Pueblo Es hora de coger el toro por los cuernos Ding Gang Hace unos pocos días, la secretaria de estado norteamericana, Hillary Clinton, expresó claramente que EE.UU. está presente en Asia, no sólo en lo diplomático o lo militar, sino también como una potencia económica. Los EE.UU. nunca han dejado Asia y siempre han tenido una fuerte presencia económica y militar en la región. El llamado “regreso” hace referencia a que en el pasado EE.UU. trasladó su foco de atención para realizar su lucha antiterrorista. Sin embargo, de hoy en adelante ese foco estará en Asia. En cualquier momento, Washington debe ajustar su estrategia, dependiendo de los desafíos que enfrenta. Pero hay dos puntos que no cambian: en primer lugar, su estrategia internacional está siempre determinada por la política interna. En la actualidad la prioridad más grande de Washington es impulsar el crecimiento económico, reducir el paro, y Asia es la región con mayor dinamismo económico y potencial de desarrollo del mundo. Por eso, en cierto sentido, Asia tiene una relación directa con el futuro económico de EE.UU. En segundo lugar, el objetivo estratégico de Washington ha sido siempre establecer o consolidar un modelo liderado por los Estados Unidos. Actualmente el desarrollo de Asia se encuentra en un momento crucial. La economía crece rápidamente, y las estructuras política, económica y de seguridad de la región están cambiando de manera acelerada. En algunas áreas se está rompiendo con los viejos mecanismos y se están incubando nuevos sistemas. También hay otros casos en los que no existía ningún tipo de mecanismo y ahora se está intentando establecer uno. Algunas zonas de libre comercio están enfrentando la dificultad de complementarse con la política y la seguridad, y están llevando a cabo un proceso de integración.Todo tipo de relación de intereses es profundamente intrincado y complejo, pues cada país desea estar en una posición favorable. Bajo estas circunstancias, el “regreso de EE.UU.” forma parte de un plan a largo plazo en el que Washington busca consolidar su posición como país dominante y asegurar sus intereses nacionales en la región. No es que Washington no entienda que en el futuro los EE.UU. no podrán gozar de una posición hegemónica como la que han tenido en el pasado, sino más bien deberá compartir sus intereses con los de los países asiáticos. EE.UU. quiere asegurarse que sus intereses fundamentales no sufran ningún daño. Esto tiene su cierta lógica. Sin embargo el problema es que esos intereses fundamentales precisamente han sido producto de la hegemonía. En el establecimiento de un nuevo sistema, el juego no sólo será entre EE.UU. y los países asiáticos, especialmente las nuevas potencias emergentes, sino también entre la política doméstica estadounidense y los diferentes grupos de interés . Por ejemplo, su enorme sector industrial militar tratará de influir en la política exterior para agudizar los conflictos regionales y generar ganancias a través de la venta de armas. Siendo EE.UU. el creador y el defensor de todo tipo de escenarios en la situación geopolítica de Asia, interrogantes como cuál será su actitud frente a Beijing, o si aceptará la realidad de que China se ha convertido en una potencia regional, y cómo otros países utilizarán la ayuda de EE.UU. para contrarrestar el poder de China, influirán directamente en la estabilidad de la región. Todo esto también dependerá en gran medida de si EE.UU. podrá contener sus impulsos hegemónicos. Estados Unidos no carece de estrategas con visión de futuro, el historiador Paul Kennedy hace tiempo adivirtió que la naturaleza expansionista de los imperios inevitablemente los conduce a su caída. Zbigniew Brzezinski ha pronosticado que uno de los mayores retos de EE.UU será la transferencia de poder en Asia oriental. Para Washington, el mayor inconveniente es la falta de una clara comprensión de la valentía que supone ajustar la política a la realidad. DIARIO DEL PUEBLO. 1-8-2011 EEUU. The Wall Street Journal ¿Está la manzana de la eurozona completamente podrida? Richard Barley A Grecia, Irlanda y Portugal les sostienen los salvavidas del rescate. Chipre, cuyos bancos tienen una elevada exposición a Grecia y víctima de una severa crisis de carácter económico y político, podría ser la siguiente víctima. España, que intenta como puede reducir su déficit presupuestario, ha convocado elecciones anticipadas. Madrid y Roma ya están en el punto de mira de los mercados. Las cumbres de emergencia y las promesas de proteger a la eurozona han fracasado. Las grietas empiezan a aparecer en el corazón de la eurozona, a medida que los mercados de deuda comienzan a hacer distinciones entre la deuda francesa y alemana. Los bonos franceses a diez años, en el 3,22%, tienen ahora mismo una rentabilidad 0,68 puntos porcentuales por encima de los alemanes, una diferencia muy superior a los 0,3-0,4 puntos porcentuales registrados durante buena parte del año. Este nivel no se registraba desde los meses posteriores al colapso de Lehman Brothers. Al no haberse producido una venta masiva en Francia, esta diferencia se debe en parte a que los bonos alemanes se consideran el refugio más seguro. Es probable que esta brecha acabe acortándose, a medida que remita la aversión al riesgo, aunque eso no significa que no haya motivos para inquietarse. Francia tiene sus debilidades: de los seis países de la eurozona con calificación AAA, es el que registra un mayor déficit, el 7% del PIB en 2010, y el segundo nivel de deuda más alto, el 81,7% del PIB. El FMI advirtió esta semana de que es probable que Francia tenga que adoptar más medidas para cumplir con los objetivos presupuestarios de 2012 y 2013. Dada la elevada exposición de los bancos franceses a la deuda de España e Italia, Francia es vulnerable a cualquier ralentización que sufran estos dos países. Por cada país que se ve afectado por esta crisis se reducen las posibilidades que tienen los tenedores de deuda europea, y se incrementa la presión de los países más sólidos. Tras la ronda inicial de rescates, los inversores llegaron a considerar los bonos españoles e italianos como una forma de apostar por el desarrollo de la crisis de deuda de la eurozona. Ahora que estos dos países están ya sumidos en la crisis, es probable que los inversores empiecen a establecer comparaciones entre Francia y Alemania. THE WALL STREET JOURNAL. 31-7-2011

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