Gripe porcina: a las puertas del otoño

Entrevista a Vicente Domí­nguez Hernández (primera parte)

Llegan los meses de frí­o en el Hemisferio Norte y buscamos la opinión de los profesionales de la Salud Pública española que pongan los puntos sobre las í­es de los aspectos más prácticos de la gripe y evaporen el alarmismo infundado. ¿Qué se está haciendo bien? ¿Qué se está haciendo mal? ¿Qué podemos hacer para combatir la aglomeración de casos? Vicente Domí­nguez ha sido presidente de la Asociación Española de Medicina Preventiva.

DV: Usted afirmó hace cinco meses que la alerta era seria ero había que esperar a la evolución de la enfermedad. Cinco meses después, ¿estamos el sistema sanitario y la gente preparados para afrontar el repunte de casos de este invierno? VD: Los especialistas en Salud Pública desde hace mucho tiempo decimos que si hay algo impredecible precisamente es la gripe. Cualquier cosa podía pasar, como en su momento con la gripe aviaria. El virus de la gripe A se ha difundido a todos los países del planeta con la velocidad que nos permiten hoy el sistema de comunicaciones y tiene, lógicamente, la categoría de pandemia. Hay nombres que van asociados a recuerdos históricos muy negativos. La palabra pandemia da la sensación de que es una cosa espantosa, cuando sólo se refiere a que una enfermedad traspasa unas fronteras geográficas limitadas o un nicho ecológico. En segundo lugar, las pandemias pueden ser leves o graves, por lo que preferimos hablar no sólo de fase sino de niveles de severidad. Según estos niveles que vaya presentando cada país o en general hay que ir adoptando medidas concretas para minimizar los impactos sobre la salud. Estos nivelen vienen dados por cuatro categorías, desde los índices de caso de muerte, el exceso de mortalidad por diez mil esperada, el porcentaje de población que enferma… datos epidemiológicos que te dan la realidad de cómo se va presentando. Yo estoy convencido que el sistema sanitario, aunque sólo conozco el gallego en el que yo me muevo, que se ha preparado al límite de las posibilidades o incluso por encima, en organización para asumir el impacto que tiene sobre la salud una situación de esta envergadura. DV: Pero, ¿cuál es la situación actual? VD: La situación actual de la gripe, por los datos que tenemos, es que cursa con unos cuadros leves en un porcentaje elevadísimo de benignidad, superior a la gripe estacionaria. Los cuadros importantes o graves no se han presentado apenas. La mayoría están o bien en tratamiento en su casa o andando por la calle sin enterarse que tienen gripe. Hay muchísimos portadores subclínicos, sin síntomas. Creo que, por suerte, la administración sanitaria está preparada para recibir dentro de lo lógico la aglomeración de gente por gripe. Ya todos los años se colapsan los servicios sanitarios por la gripe estacionaria, posiblemente este año haya mayor número de cuadros gripales, pero no nos debemos de alarmar por la gravedad de esos cuadros gripales. DV: Pero, ¿qué medidas concretas se han tomado? VD: En la autonomía de Galicia están todos los hospitales preparados con planes de contingencia, reservas de material, con refuerzos de personal. Hay acuerdos con los sindicatos para funcionar en distintos horarios con distintos tipos de aplicación, movilidad de personal,suspensión de vacaciones o permisos y hay un acuerdo unánime y responsable de todos los sectores que hay que aplaudir. DV: ¿Considera que se ha alarmado innecesariamente? VD: Lo que quizás ha habido es una mala o nula información a la población, una especie de fuego graneado. En los periódicos es normal que las noticias más sensacionalistas son los que ocupan las primeras páginas y luego cuando uno lee la letra pequeña no se corresponde con el tamaño tipográfico de la portada. Luego, además, hay muchísimas opiniones. En salud pública es casi imposible acertar. O te pasas o no llegas. El llegar al termino medio de la virtud que la población esté informada, que no se le engañe, que no se le oculte. Ha habido auténticas “astracanadas”, como el tema famoso de los militares. Si desde un primer momento se hubiera dicho que había 50 militares afectados no hubiera pasado absolutamente nada. La población desconfía cuando hay una cosa aparente y se intenta ocultar. En estos cinco meses, hablar de muertos un día sí, otro sí y el otro también, dar el goteo de muertos diarios, lo único que crea es alarma. Lógicamente este tipo de enfermedades provocan que gente fallezca pero no hay que olvidar que todos los años, según datos sobre la gripe, aproximados porque los cuadros no son claros, unos ocho mil españoles mueren de gripe. Esto hasta ahora no ha alarmado a nadie ni ha provocado pánico. Distribuya usted los ocho mil por los territorios autonómicos en proporción a la población y obtendrá lo que toca para cada Autonomía. Ahora, al dar muerto por muerto, es igual a lo que ocurre con los muertos por accidentes de tráfico, que hemos asumido que tienen que ocurrir, pero cuando se estrella un avión y hay treinta o cuarenta muertos provoca un shock en la población porque no estaba esperado. Pero creo que lo que no se debe hacer es dar una crónica al minuto. No sirve de nada, no hay que ocultar datos pero hay que ser realista ante circunstancias que son imponderables y muchas veces no se pueden solucionar. Si tuviéramos que dar al día los diagnósticos de cáncer en España y publicar los enfermos de cáncer provocaríamos un auténtico escándalo social. Las autoridades sanitarias tienen que hablar menos y hacer más. No es más importante el que sale en los medios cada día. DV: Han aparecido dudas sobre la seguridad de una vacuna desarrollada a todo correr, la propia ministra lo introducía al hablar de la vacunación de los niños o el hecho que en Gran Bretaña un 20 o 30% de las enfermeras van a negarse a vacunarse. ¿Qué peligro corremos con la vacunación? VD:El miedo es libre y la decisión de vacunarse es voluntaria. En España no hay ninguna vacuna obligatoria. Sólo lo sería la de la fiebre amarilla si hubieran casos y nos exigirían el certificado internacional. Los calendarios vacunales son solamente recomendaciones. Sobre que se hayan suprimido a los niños, mire, en España no se han vacunado a los niños de gripe nunca y nadie se ha escandalizado. España es un país especial, y en cosas poco serio. Yo llevo en la Salud Pública desde los años setenta y aquí se han cometido muchos errores. En mi opinión nunca se debió transferir la Salud Pública a las Autonomías. La Salud Pública es una, es la salud de todos los españoles, y no puede pararse en una división geográfica, en un puerto de montaña o en una división político-administrativa. En estos momentos tenemos 19 Saludes Públicas, con un problema de coordinación bastante complicado. Ahora, por primera vez, el Consejo Interterritorial parece que en algunas cosas está funcionando con sensatez, con acuerdos por unanimidad aunque al salir de las reuniones luego cada uno dice lo contrario de lo que ha manifestado dentro. No me extraña que haya polémica con la vacunación de los niños, pero en un país de cuarenta y poco millones de habitantes, hay 19 calendarios vacunales: eso sí que no se puede justificar de ninguna manera, ni del punto de vista sanitario, ni epidemiológico, ni financiero ni social. No puede haber la variabilidad epidemiológica, sanitaria, económica o cultural para que en Galicia haya un calendario y en Murcia otro, cuando EEUU que es un país más grande tienen un sólo calendario federal para todos los estados y en los países europeos pasa lo mismo. A mí me indigna la politización de la sanidad. Hay un calendario del Consejo Interterritorial que está firmado y aceptado por todas las autonomías, y al margen de ese hay 18 calendarios más y eso no es serio, no es de un país serio. El único calendario que recomienda vacunar de la gripe a los niños es el de la Asociación Española de Pediatría a partir de los seis meses, en ningún otro. No hay que extrañarse que entre pánico por vacunar a los niños.

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